Hoy es Noche Vieja en Tailandia. Es la festividad Songkran, o sea, la despedida del año y mañana será el año 2566 ! según el calendario budista que rige tanto aquí como en Camboya, Laos, Birmania y Sri Lanka, entre otros.
El tránsito de un año a otro no es un día ni una hora precisa.
Son tres día consecutivos! Del 13 al 15 de Abril! de diversos festejos populares, carrozas y ofrendas en los templos, reuniones familiares, week end de vacaciones, ergo, muchísimos negocios cerrados.
Ellos hoy rememoran la muerte de Buda 543 años antes del nacimiento de Cristo, es por eso que van un tanto más adelantados que el calendario gregoriano.
Ya les contaré algo más de los festejos…
Hace dos días atrás, caminando por una calle comercial, me llamó la atención un muchacho, aprox. 30 años, evidentemente turista a todas luces, comprando una ametralladora plástica gigante. (1 metro de largo con un cañon más ancho que un tubo de papel higiénico).
En mi natural inocencia, y siendo escritora fantaseosa, lo declaré como un tierno que estando de vacaciones con su novia (estaba parada al lado) se acordaba de comprarle un regalito de recuerdo a su hijo (que seguramente estaba con su mamá en su ciudad de origen). Igualmente mi mente criticona enseguida designó que hay souveniers muchísimos más lindos y menos nocivos para un niño. ¡Que qué barbaridad que se sigan fabricando esas “armas” aunque sean de juguete!, etc.. etc. como siempre, yo la juzgadora.
Esta mañana, al salir a dar una vuelta, ya desde la esquina oí los griteríos de los participantes de la “Fiesta del Agua”, que se supone una recreación de la bendición de las cosechas, en tiempos pasados. Hoy en día consiste en el más brutal “Carnaval” que he visto en los últimos tiempos: todos contra todos, locales y turistas, viejos, jóvenes, niños, bebés y abuelas incluídas a metralleta pura (en mis tiempos eran ridículos “pomos” y más tarde espuma en aerosol), baldazos, mangueras, piletas inflables armadas en la vereda, bidones, y hasta tanques de 50 litros especialmente colmados.
¡Ahora entendí que el señorito de ayer no pensaba en ningún otro niño más que en el suyo propio interior!
Lo terrible no era ni el desperdicio del agua (con el calor que hace se agradecen las salpicaduras) sino el nivel de violencia que había en los participantes (todos menos la incauta María). Era realmene una GUERRA! Los rostros iracundos con los empuñaban los baldes, la ferocidad con que alzaban las mangueras con presión como para derribar elefantes, cada moto o scooter llevaba atrás a “un disparador”, idem desde los autos y las camionetas, donde se acomodaban 15 o 20 amigos/parientes en la caja trasera (con tanque de agua incorporado para recargar al paso), y cual bomberos en emergencia, lanzando el vital elemento a diestra y siniestra. Todo acompañado con los gritos y risotadas de rigor. Un infierno!!! Huí despavorida de vuelta a mi cabañita, preferí morirme de hambre que atacada por armas de colores.
No sé dónde habrán quedado las reverencias sonrientes, con las manitas juntas en el pecho bajando la cabeza, de los días anteriores, ante cada saludo amable y generosas gracias. Estaban todos transformados en bestias incontenibles. De hecho, muchos también llevaban los rostros pintados con una pasta blanca, cual tiza, talco o cal, no lo sé. Semejante engrudo también te lo lanzaban cual bomba o granada en pleno combate, pegotéandote la ropa ya hecha jirones por los tironeos de las corridas.
Paso, esto no es para mí. Feliz año viejo, nos vemos en el próximo…
Dos de la tarde. Estaba yo sentada plácidamente en mi cama leyendo las 21 Estrategias para el siglo XXI de Yuval Harari, genial! Super recomendable! Cuando alguien me golpea la puerta.
Extañada pregunto quien es al tiempo que voy abriendo.
En mi terracita me veo parado a Ron con dos ametralladoras sin estrenar (aún en su envoltorio de nylon) bajo el brazo una, y otra extendiéndomela cual presente.
-”¿Querés venir a jugar? Te compré una para vos…” -me invita con su sonrisa de ángel caído.
En un milímetrico segundo de Conciencia, mi alma me sopló: “Ahora tenés la oportunidad de decirle claramente lo que pensás de la guerra. Ojo! Sin sermones, pero con firmeza y determinación. Adelante!”
Respiré profundo, estiré mi esquelatura, lo miré a los ojos, y : -”No Gracias, yo no juego a la Guerra de Agua ni a ninguna otra, de hecho estoy tratando de ser lo más pacifista posible, aunque tengo mis propias batallas que defender… bla, bla, bá..”
Siguieron otras tres horas de charla, él ahí parado con sus regalos bajo el brazo, y yo con mi postura explícita de toda la conversación iniciada tres días atrás, donde solo me limité a escuchar. Esta vez, hablé yo, tenía mucho que decir…
Lo fantástico era ver cómo su rostro se iba transformando, como asentía con la cabeza, como entendía mis razones, como se sorprendía con ideas que nunca había pensado antes, cómo se cuestionaba sus pensamientos hasta ese momento, como daba lugar a nuevas ideas…
No era mi fin convencerlo de nada, simplemente yo sentía la libertad de expresarle mi postura respecto a las distintas violencias que veo en el mundo. Desde las mías propias, a la de la “Fiesta” del Agua, a la Guerra Israel-Palestina.
Para mi sorpresa, no me acuchilló ni encaró ninguna discusión de posiciones. Me escuchaba con la misma integridad con que se sintió escuchado el otro día.
Nunca sabré que hará de su vida. Si volverá a las filas del frente o si trabajará por la Paz. Ni siquiera sé si fue a jugar con otros en la calle… (las metralletas quedaron toda la tarde en el banco de su terraza).
Sólo sé que yo hice mi parte, de la forma más amable posible. Sin cobardías ni enjuiciamientos.
Nos despedimos -ya casi a punto de derritimiento global- con un abrazo de almas. Nos miramos a la profundidad de nuestros ojos y surgieron sendos: .”Gracias!” de ambos corazones.
Me quedé con una sensación tan rara…
Por un lado una especie de sentimiento del deber cumplido.
Por otra cuestionamientos de este tipo: -”¿Que ve él en mí para creer que yo me sumaría a esa clase de festejos?, ¿No tiene amigos de su edad para invitar? ¿Tan solo está? ¿Cómo que no veía el paralelismo de violencia entre un arma de plástico y una de verdad?
Tuve que volver a acallar a esta “controladora” sabelotodo que siempre quiere cree tener la razón en todo… ¡Cuánto me falta practicar! ¡Cuánto me falta aprender…!
Rescate el momento del abrazo.
Nunca me imaginé abrazando a un soldado “armado” (aunque hoy solo sea de plástico).
Nunca tuve tan en claro, cuán frágiles humanos somos todos…
Feliz Pesaj!
Feliz Año Nuevo Thai!
Felices Pascuas!
Feliz Ramadan!
Donde sea que quieras cobijar tu corazón...
A mí me llena la luna rosa de hoy.
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Paz, Amor, Luz, Belleza, Verdad |
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