Siguiendo la
ruta de Neruda, hoy me levanté decidida a ir a conocer Isla Negra, que no es
una isla ni es negra! Es un poblado mínimo de casas costeras, otrora de difícil
acceso y alejado, hoy villa turística famosa aunque aún recatada, a 150 km. de
Santiago.
Me despedí
de la ciudad capital, y siendo difícil salir de las mismas a dedo, tomé un bus
como Dios manda, ja!
Eran 2 ½ hora
de viaje, en medio de una neblina que impedía ver el paisaje. En algunos
tramos, la ruta se metía en las entrañas de las montañas atravesándola por
larguísimos túneles. Algunos de más de 2 o 3 km. de largo, casi hasta la
claustrofobia! Para volver a asomarse a la luz redentora.
Así
anduvimos hasta que en un momento…zas!: