jueves, 1 de agosto de 2019

Tonderhein


Despertarse con angelitos sobrevolando tu almohada, ya es un presagio de buena fortuna. Porque Ildred, la señora que me alquiló un cuarto anoche, tenía pegados angelitos fosforescentes en el cieloraso, ja! especial para mí!


Si a eso le sumás la bocina del tren que arribaba a la estación cercana, y partía en 30 minutos a Thonderheim, día asegurado!