domingo, 29 de agosto de 2021

Lituania, Letonia, Estonia

Amanecimos entre la niebla a una temperatura un tanto fresquita para ser considerada de “verano”. Unos pescadores-héroes, en sendos botes, rompían la línea del horizonte donde el tenue sol se esforzaba inútilmente en aparecer.


Decidimos que no era el lugar apropiado para recibir el baño matutino que nos merecíamos tras la jornada del día anterior. Así que preguntamos en un camping costero si nos permitían usar las duchas, y nos las negaron. Fuimos a otro, y tampoco resultó. Nuestro polaco era inentendible y no era cuestión de especificar con gestos obsenos…

miércoles, 25 de agosto de 2021

Polonia I

 Apenas cruzamos la frontera, edificios de una arquitectura totalmente diferente se presentaron al borde de la ruta. Infinitos “monoblocks” de entre 4 o 5 pisos, muy cuadrados, más que racionalistas, con ventanas oxidadas, sin balcones y ninguna flor…  en franco estado de abandono, aunque habitados por centenares de polacos que pululaban entre mercados y calles colmadas de carteles, ruidos y autos tan deteriorados como ellos.

Evidentemente, la diferencia económica entre ese país y su vecino germano, es notoria desde el primer aprouch. Alemania con sus chalets de piedra con canteros de geranios rojos colgando, sus albercas plenas de dalias lilas y porchs vidriados con duendes y maripositas de cerámica colgando entre tejados de pizarra, cobijando BMW o Mercedes lustrosos, no tiene nada que ver con los rejuntes de chapa sin matrícula ni faroles de los modelitos de autos cincuentosos que usan los polacos en estas primeras ciudades fronterizas ni con las caravanas que circulan por toda Europa con sus desbordes de lujo para campings como colmenas.


Esa fue la primera impresión mientras aguardábamos en la fila para subir al ferry que nos cruzaría a la ruta definitiva rumbo norte. Una espera de 1 hora para una travesía de diez minutos, aunque, para nuestra sorpresa, gratuita! Es un servicio del Estado.

miércoles, 4 de agosto de 2021

Ya en Alemania...

 

 No hay ninguna línea en el piso de la ruta, ni ninguna garita, mucho menos un coche patrullero ni gendarme alguno, entre un país y otro. 

El único modo de saber que has cambiado es el aviso de Movistar anunciándote que el roaming sigue vigente (claro! Lo has pagado con creces!) y/o el mensaje de la Cancillería Argentina anunciándote que ante cualquier dificultad, tendrás apoyo en la sucursal de Berlín. ¿Cómo m. saben esos malditos satélites por dónde ando, si tengo desconectada la tecla “Ubicación” en mi aparatito, justamente para evitar estas intromisiones en mi privacidad viajera? En fin…


Me dí cuenta que sería muy complicado seguir a dedo (idioma incomprensible + falta de mapa papel para ver la línea imaginaria en plenitud + lluvia copiosa e intermitente + fatiga declarada impostergable = vejez? + ganas de llegar pronto a encontrarme con mi amiga).