Más que bien
dormida, en un motel de ruta, como en las películas!! De esos con todas las
puertas de las habitaciones alineadas detrás de los respectivos autos (y
camionetas), y con el cartel de neón multicolor en el borde de la ruta.
Manuel, el
camionero de turno, había resultado de lo más amable y educado, pero no era
cuestión de compartir el aposento de su gigantesca máquina.
Preferí
detenerme al anochecer en uno de éstos, y aproveché para orden y limpieza
general de la mochila, lavado de ropa interior acumulada (+ 2 o 3 remeras) (ja!
el aire acondicionado hace maravillas para el secado rápido noctámbulo) ,
depilación integral (hay que seguir pareciendo una mujer…), llamaditos
telefónicos (Mi hijo Agustín se recibió de Ingeniero Naval esa noche!!!!!! Y lo festejamos whatsapeando largo y
tendido!!!!!).