Dejaba Camboya con un sinsabor a nada, aunque sería más que injusto de mi parte, no destacar la visita a Angkor Wat y sus árboles milenarios trepando a los templos abandonados.
Aunque todo lo de espectacular que tuvo ese día, se disolvió en ciudades que no tocaron mi corazón, en días anodinos, en no contacto con gente notable, en fin, Camboya no ha sido un hit en mi vida.