Dicho y hecho, al despertar encaré la retirada de la gran urbe y me propuse recorrer en pequeños buses locales, en esos que te dicen que jamás te subas porque te van a matar, descuartizar y robarte hasta el apellido. Cada vez me atraen más los desafíos y comprobar los infundados miedos de la mayoría de las personas. Así es que llegué, sana y salva, a Margate, una pequeña población a solo 125 kms. de la anterior gran cuca Durban, y sobre el mar!