No es por ser insistente, pero…¡qué diferencia!!
Por supuesto, tomé un micro para pasar la frontera Canadá-USA. No era cuestión de estar ahí haciendo dedo, delante de decenas de canas armados como para la guerra nuclear.
El micro tuvo que detenerse en la garita y nos pidieron de bajar a todos con todos nuestros bagallos, incluso las valijas ya despachadas en los espacios laterales de abajo del micro.