Tratar de
salir de La Paz un domingo a las 8 de la mañana, es más difícil que mandar un
cohete a la luna!
Si creí
haber visto todo lo que implican los mercados bolivianos, no tenía idea lo que
significaba un domingo de feria!
Las calles
explotan de puestos, mercaderes, gritos, bultos, olores, carromatos, gente,
canastos, tablones, percheros, insultos, choques, mugre, bocinazos, corridas,
colores, etc. etc. etc…
Todas las
calles se bloquean, interrumpen el tránsito y todo se convierte en un gran
bolonqui!
No había
forma de llegar a la terminal de ómnibus, debí cambiar 3 veces de colectivo
(mochila en espalda al mejor estilo chola!), buscando sus paradas mudadas entre el laberinto antes descripto.