Tal como habíamos quedado, pasaría unos días con Lili en su casa de Sitges, próxima a Barcelona. Ella partiría en tren a las 10 horas y yo, según mi costumbre, iría “a dedo” partiendo a las 8 de la mañana.
Una vez más, aunque no me canso de asombrarme, los angelitos
de la ruta estuvieron de mi parte, llegué una hora después que
ella, aunque prácticamente directo a la esquina de su casa! Increíble!
Así que directo a la playa!