lunes, 6 de octubre de 2014

Cuentito con reflección.


Dicen… que un día, un señor murió imprevistamente, por lo que no aparecía en las listas del cielo ni del infierno.
Entonces, le dieron a elegir, en que morada quedarse.
Primero le mostraron un gran salón rojo, con mesas cubiertas con manteles bordados, copas acristaladas, botellones de bebidas espirituosas, y fuentes con ricos abundantes manjares.
Enseguida notó lo extraño de los cubiertos: eran largos tenedores y más largas aún las cucharas.