La mañana me recibió con el aroma de tostadas y el sonar de tazas en la mesa dispuesta al desayuno.
Tras lo cual, Herg me propuso, con su islanda sonrisa y el índice marcando el recorrido en el mapa, de ir a Hafnarhólmi, a ver una colonia de puffins, el pajarillo típico islandés.