La mañana me recibió con el aroma de tostadas y el sonar de tazas en la mesa dispuesta al desayuno.
Tras lo cual, Herg me propuso, con su islanda sonrisa y el índice marcando el recorrido en el mapa, de ir a Hafnarhólmi, a ver una colonia de puffins, el pajarillo típico islandés.
Afuera llovía y mucho! no era cuestión de andar haciendo problema por esa diferencia. Mejor cola en asiento que dedo en ruta! Allá fuimos!
Y el puertito local también.
Y esta artista callejera pintando un mural bajo la lluvia, más aún!
Ya de vuelta, por una ruta donde sólo pasaba el viento y la bruma, nos encontramos un puestito de
"La última Coca Cola en el desierto!". Obra de un ingenioso comerciante local para albergar una máquina expendedora, con las debidas explicaciones para el correspondiente pago por los servicios!
Siguiendo unos kms. más adelante, la casa del pintor KJarvalh, un hermitaño del siglo pasado,
que les recomiendo revisar su obra, es maravillosa!
Por la tarde llegamos a Seysdisfjördur, pequeño pueblito de artistas, donde visitamos una galería de arte, y tomamos un reconfortante café con brownies. La lluvia no cesaba, y mi sorpresa tampoco!
Dando el paseo del día por concluído, volvimos a la casa Halla.
Con una cervecita Vikinga, me despido afectuosamente por hoy, contándoles todas estas andanzas...
No me envidien! La Vida es abundante para todos!
Felices DAR!!!
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