Apenas terminè mi desayuno, me dispuse a partir para Wellington, distante 360 kms. Obvio, el ùnico micro del dìa, ya no tenìa lugar!
¿Què otra me quedaba?
Esperar que pare de llover para salir a la ruta.
Apenas terminè mi desayuno, me dispuse a partir para Wellington, distante 360 kms. Obvio, el ùnico micro del dìa, ya no tenìa lugar!
¿Què otra me quedaba?
Esperar que pare de llover para salir a la ruta.
Ayer me quedè “quieta!”. SÌ! Me tomè el dìa! No precisamente franco, porque trabajè desde las 8.00 am. hasta las 22.00 sin parar! O mejor dicho, intentaba trabajar, mientras me peleaba con la computadora nueva.