La suiza me dejò en Murchinson, un pueblito tan animado como todos los otros. O sea, a las ocho a la cama, y a las ocho a levantarse!
La suiza me dejò en Murchinson, un pueblito tan animado como todos los otros. O sea, a las ocho a la cama, y a las ocho a levantarse!
Finalmente no lleguè al Jardìn Botànico de Wellington. Me lo
apunto para la vuelta, junto con el museo, ya que es una ciudad de
paso obligado, es el puerto del ferry que une el trayecto a las dos
islas que conforman este paìs.