Lo bueno y breve, dos veces bueno, rezaba el refrán. Como Bird tenía una visita a su médico, (en otra ciudad, por supuesto!) habíamos pactado solo un día de visita. Por lo que tuve que desandar la ruta del día anterior. Aunque ya envalentonada con la suerte de mi “dedo-jet” y la ayuda angelical, me planté temprano en la ruta de salida de Sister Beach y el primer autito que pasó, me llevó directo a Bernie. Allí esperé un poquito el colectivo a Devonport aunque ya sabía que mi próximo destino sería más al Este, en Lauceston. En un cruce de caminos, me bajé ante la sorpresa del chofer y la promesa confiada en que todo iría bien. Solo me faltaban 150 kms.! que en Australia, es como decir: “acá nomás..”