Con los
rezos de la mezquita cercana, me desperté al amanecer, con los bríos renovados.
Enseguida los reemplacé por el piar de cientos de pájaros azules en el jardín
de Kali Marley.
Tras el
prometido desayuno, nos informa que él no podrá acompañarnos ya que le surgió
un compromiso ineludible, que llamaría a un amigo, que cumpliría su mismísima
función.