Amaneció lloviendo.
Ergo, el
Kili estaba desaparecido tras el gris de un cielo impío.
Buena excusa
para hacer fiaca en la cama y reordenar los propósitos del día.
Primer paso:
un buen desayuno! Me encanta cuando está incluido en la tarifa y podés estar
desayunando repetidas veces en la misma mesa, Ja! Mientras, busqué un
alojamiento nuevo para los siguientes días, quería un hotelcito rural, en las
afueras, no más pueblitos o ciudades por ahora. Ya saben, necesito el verde
como el aire, los árboles como el agua.
Bookineé un
largo rato, comparando distancias posibles, precios, fotos de los alojamientos
posibles, hasta que me decidí a salir a caminar, piloto puesto y listo!
Me alejé del
centro y fui llegando a un precioso “barrio” en las afueras, con olor a tierra
mojada y pájaros escondidos entre árboles de flores exóticas.
“Dios da pan
a quien empieza a tejer” -es un proverbio que me aplica ya desde hace muchos
años.
De repente,
descubro una casita con cartelito de “Alquiler por día”, golpeó.
Un morocho
con voz de locutor y collares de dientes
de cocodrilo, aunque sonrisa de querubín, salió a darme el Welcome, como si yo
ya me hubiera decidido. Me mostró una habitación con la cama más grande que
jamás he tenido, bajo una ventana de igual tamaño de frente a un jardín hermoso, con cortinas haciendo juego
con el cubrecamas, escritorio, silloncito, baño impecable (con ducha e
inodoro!!!), todo sano, limpio y funcionando. Con internet! ¡Qué más? Sin saberlo, ya había llegado a mi
nuevo paraíso!
!Y a que no saben cómo se llama el lugar? : Jacarandá Home!
Encima se ofreció
a ir a buscarme mi equipaje -que había dejado en el hostel- con su propio auto
y me trajo de vuelta, dispuesta a instalarme en mi nueva selvita. Otra que lluvia!
Fue una hermosa tarde, se despejó un poco y salí una vez más, a descubrir
nuevas plantas húmedas y silenciosas, viviendo en armonía con el piar que
agradecía mi tiempo de paz…
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Arbol del viajero |
El Kili se
hacía desear, no se despejaba del todo. Había quienes te decían que a veces la
bruma dura más de una semana… Una vez más, la paciencia como materia de aprendizaje
constante!
Aunque no está en mis planes escalarlo, por lo menos un avistamiento desde la base, no estaría mal, algún trecking corto, un abrazarlo con la mirada, algo…
Resulta que
tampoco está tan cerca, parece pero no! Los portales de rutas de acceso están a
unos cuantos kilómetros y en todos con la consabida “boletería”. Es una forma
de decir, porque en realidad, ahora todo se paga por internet. Y cuando digo
“todo”, significan unos 5.000.- euros mínimos per cápita! Porque ya no es como
antes, la imagen idílica del escalador aventurero, héroe o inconciente. Ahora
son rutas absolutamente preparadas para el turismo de masas, incluídas
bicicletas al por mayor. Me hizo acordar a lo semejante que sucede con el
mítico -aunque ya no!- Camino de Santiago. Aquí es obligatorio subir con guías
y “portadores “ que son los que cargan los bultos de las carpas, los alimentos,
las ollas, los remedios, sogas, ganchos y todos los por las dudas que pesan
unas toneladas. Hay cuatro “servidores” por cada “subidor”. Por eso las
agencias arman grupos ya organizados, con cocineros incluídos, “todo” sumando
en u$s o la divisa que elijas, todo suma! Ni hablar del equipo ropa, botas,
camperas, antiparras, gorros, guantes, etc. que necesitaras para llegar a la
cumbre para sacarte la deseosa selfie!
Y después
acarrearlo de vuelta, o donarlo (¿?) o venderlo por nada, para no cargarlo en
la mochila por el resto de mi viaje, Ja!
Ni hablar de
que no pienso arriesgar mi rodillita que se viene portando como una duquesa.
Ésta, y la convicción de que ya no necesito esas victorias para sentirme reina
de mi misma, hicieron que desechara la idea de la escalada. El ego pataleó un
poquito, pero ya lo tengo bien domesticado. A otra cosa mariposa!
Así que me
decidí por otra excursión mucho más sencillita que consistía en ir a nadar a
una hot spring cercana, para el día siguiente.
Mientras,
empecé a averiguar la posibilidad de hacer un safari… Ja! Primero critico a los
que lo hacen, y luego me tiento y termino como muchos.. “El que esté libre de pecado
que tire la primera piedra” -decía un viejo amigo.
Es que hay
cientos de Parques Naturales y Reservas de todo tipo, desde elefantes
huérfanos, a flamencos rosados, de leones trepadores a hienas hambrientas, de
víboras asquerosas (perdón pero no me gustan nada) a pájaros rarísimos, de
cebras de distintos pelajes a hipopótamos negros en extinción. Obvio todo con
entradas para distintos presupuestos , horarios y transportes posibles. Todo
organizadísimo por decenas de compañías de turismo en internet o por las calles
de esta ciudad base del Coloso Kilimanjaro. Ofertas de safaris all include de 1
a 14 días! Imposible no tentarse.
Es como
cuando criticaba al microondas y finalmente algún día termina llegando a tu
hogar. Como cuando rechazaba el contestador automático o más tarde rechazaba el
celular, y tarde o temprano, lo terminas “necesitando”, Ja!
Ahora
resulta que estando aquí “necesito” ir a
un Safari, ja! Encima la otra noche, a falta de apreciarlo personalmente, se me
dio por ver la peli en Youtube ”Las nieves del Kilimanjaro”, obra del genial
Heminway.
Y el
bichito, como el de la infección de la pierna de Gregory Peck, otrora buenmozón
actor, me fue entrando. Y acá estoy con mis averiguaciones, ja! Veremos,
veremos…y ya lo sabremos…
Hakuna matata! (Don´t worry). Ahora, a dormir, gracias por acompañarme!
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