Este informe
matinal va en homenaje y gratitud a mi padre:
Tras el
desayuno, siendo las 9.00 am. en punto, me pasa a buscar “el guía minero” que me
llevaría a conocer las minas!
Tomamos el
colectivo que nos subió a los 4.200 m.s.n.m. a la boca de la mina 1° de Abril
sobre la ladera del Cerro Rico, fuente de la rica plata de Potosí desde el año
1700 aprox.
Lo gracioso
es que como éste es un pueblo minero, donde 14.000 personas se dedican de lunes
a sábado a esta explotación (en épocas fuera de las cosechas en los montes
circundantes, los agricultores suman otros 6.000), todos andan así vestidos por
la ciudad, en colectivo, en los negocios, etcs.
Ya ante la
entrada –boquete en la tierra con precaria puertita de madera- me explicó el
ritual que haríamos antes de entrar: 1° esparcir hojas de coca al piso, como
permiso a la Pachamama para entrar en su territorio.
2°: ponerse
un buen puñado en los cachetes formando dos grandes bollos, para formar un jugo
que nos dé fuerza para bajar a las profundidades.
3°: tomar un
sorbo de alcohol de 96°C para entrar en calor, y tirar dos chorros a la Pacha
de derecha a izquierda.
4°: Invocar
al “Tío”. Dios del interior de la tierra (demonio) para encontrar una buena
veta, que sea una jornada productiva y nos deje volver a salir a la superficie.
5° y último: Santiguarse...!
Así
preparados, bajamos por una escalerilla más que precaria (atada con alambre),
por un estrecho hoyo vertical que nos dejó en el inicio del laberinto de
túneles absolutamente oscuros. Por eso los cascos llevan una luz de batería en
la frente. Pero como uno va caminando agachado, a veces casi de cuclillas, con
la cabeza gacha, el foco alumbra el siguiente paso, y no mucho más adelante.
Empecé a
sentir que me faltaba el aire, y él me explicó que es común…que no me
preocupara. Empecé a toser, por el polvo que levantábamos al caminar por ese
piso de tierra floja. Podía ser que en cualquier momento diera un paso en falso
y se desmoronara el pasadizo, ya que está todo comunicado en distintos niveles,
a causa de estos mismos movimientos. A veces la tierra aparecía mojada, o
incluso congelada, de acuerdo a los florecimientos de humedad de las
profundidades.
Me mostró lo
que son las vetas y cómo distinguirlas.
A veces son de plata, pero también se
extraen otros 7 minerales: plomo, zinc, manganeso, tugsteno, niquel…y no me
acuerdo más.
Me previno
de no tocar donde había efloraciones celestes porque eso era arsénico, y que si
luego me tocaba la cara, en 2 hs. estaría out y sin vuelta atrás.
Lo increíble
es que ellos ni usan guantes ni máscaras, ni barbijos siquiera y no hay ningún
elementos de seguridad, ni barreras, ni cintas protectoras, ni iluminación de
emergencia, mucho menos cartelería de prevención o indicaciones, etc. Una real afrenta
para la hija de un Asesor en Seguridad Industrial, creador de la carrera
universitaria homónima allá por los ´60, profesor y fanático de estos temas,
inventor de botines, guantes, máscaras, herramientas y cascos especializados
para la industria en sus diversas facetas (yacimientos, frigoríficos, textiles,
mecánicas, etcs. etcs.).
Toda mi infancia y adolescencia me la pasé escuchando
sobre los Riesgos y Prevención en Seguridad del Trabajo…. Y llegar acá y ver que están igual que en la
época de la colonia, es muy triste…
Quizá el
gran avance es que actualmente los mineros están muy bien pagos, porque
trabajan en cooperativas. Ya no para uno o tres “señores dueños”, ni para el
estado. Sino que la mina es como un gran campo con parcelas (metros del
laberinto). Quien quiera pertenecer a
una de las 40 cooperativas, se inscribe y se le otorga un sector para que haga
sus propias exploraciones. Si descubre una veta que es significativa, se le
concede su explotación, quedándose con el 7% de la ganancia, el 2% va para la
cooperativa y el 1 al Gobierno.
Ese sector pasa a ser como de su propiedad,
incluso es heredado por sus hijos, familiares o amigos que él designe.
Por ley,
pueden trabajar desde los 14 años! Y lo hacen en jornadas de 8 horas, saliendo
sólo para almorzar o para hacer sus necesidades. (No había ningún olor a pipí
ni nada, cuidan su territorio!) Aunque sí había bastantes botellas de plástico
tiradas, latitas de cerveza y bolsitas de coca vacía.
Caminamos
unos 400 metros en diversas direcciones y alturas, a veces hasta con cuerpo a
tierra, arrastrándome como serpiente, y otras trepando de rodillas con las
manos afirmadas a ambos lados del conducto y dejando rodar tierra floja al
intentar pisar en inciertos escalones de roca.
Comprobé que estoy en un estado
físico excelente! Aunque la arritmia que te producía cada esfuerzo, no era nada
reconfortante.
Descendimos
hasta unos 80 metros, y no más por los gases metano (letal instantáneo) que más
abajo había, ya que el día anterior habían detonado más abajo, y hay que dejar
pasar 1 semana para circular por allí. Antes comprobaban si ya se podía
llevando jaulitas con pajaritos. La llevaban adelante con un palo y si el
gorrión se moría de golpe, era tiempo de retroceder. Ahora lo hacen con un
cricket y según si se parte o no la llama, es posible avanzar o no. Por las dudas, ni nos acercamos.
Seguimos
desviándonos por el hormiguero sin fin, por donde a veces había vías de tren
para los carretones
Otros tramos
tienen mangueras de alimentación de aire y cables de electricidad para algunas
herramientas como taladros o para poner las mechas.
Me mostró
las cápsulas con la dinamita y los distintos tipos de mechas. Son de detonación
lenta (¡?) . Tienen 5´para correr a escaparse del sector donde se producirá la
explosión.
En eso
estábamos cuando por sobre mi cabeza escuché un estruendo y acto seguido cayó
un montón de piedritas sueltas sobre mi casco.
-“No se
preocupen.. Es común… No pasa nada…”- trató de calmarme el guía Marcos.
Yo mientras
tof, tof, carraspeaba el polvo que se metía por la nariz, boca, orejas, pelo, y
hasta en las botas de goma.
Mi casco ya
había sufrido incontables golpes y raspones, porque uno tiende a levantar el
cuerpo, ya que la cintura pide “pido!”.
Al final de
un pasadizo se detuvo a mostrarnos, el altar del “Tío”:
Apenas nos
acercamos le hizo la ofrenda pertinente que consiste en tirarle hojas de coca
alrededor de los pies, pidiendo para no tropezarse y caer. Más hojas en las
manos, pidiendo la fuerza para el trabajo. Se le pone alcohol en una botellita
que el Tio tiene en su mano. Se le prende un cigarro que se le coloca en la
boca, y se le conversa mientras éste se consume, pidiéndole se le otorgue la
gracia de una buena extracción.
Dicen que la
montaña es Mujer (la Pacha), y por eso no deja entrar a trabajar a mujeres a la
mina porque es muy celosa… Que ella es la dueña del mundo visible, pero que en
el intraterreno, el dueño es el Tío! El Diablo, dos fuerzas complementarias.
Pero no es
un Diablo malo, ya que es Protector y Otorgador, aunque casi siempre “se cobra”
los favores con víctimas mortales.. Por
eso le tienen tanto respeto, y no entran ni salen del laberinto sin pasar por
el altar del Tío, ni dejar de llevarle las ofrendas.
Cuentan que
a veces el Tío se te aparece mientras estás trabajando y te llama con una dulce
voz, pero entonces es que te ha elegido para llevarte a su reino. Por eso a
veces, algunos trabajadores desaparecen, y nunca más se los encuentra, como si
se “los hubiese tragado la tierra”…
También en
su reverencia, los viernes al final de la jornada, convierten el sector del
altar en una taberna, se quedan bebiendo con él, pero está prohibido pasarse de
la raya y quedarse dormido, porque dicen…que al Tío le gusta jugar y entonces
te viola!
Y así un
montón de anécdotas, mientras seguíamos mascando coca, y charlando con algunos
obreros. La mayoría hablan aún en quechua o aimarán, pero el idioma universal
de las sonrisas, funciona a la perfección!
Esta era la
montaña sagrada de los Incas, quienes sabían de su riqueza, pero justamente por
su Amor reverencial a los espíritus que la habitaban, no la tocaban. Hasta que
con la llegada de los españoles….el resto es historia!
Para
entonces, entre 1500 y 1700 murieron 2.000.000 de esclavos, que Galeano se
encarga duramente de describir en su libro “Las venas abiertas…”
Traían negros
del África (vía Brasil) a falta de suficientes aborígenes locales, y los ponían
a trabajar por 6 meses en turnos de 12 horas, sin domingos ni feriados! Si al
cabo de los 6 meses, aún vivían, les daban 3 años de asueto, pero sin el
permiso de salir de Potosí. Por supuesto que no hay registro de que ninguno
logró salir ni de las profundidades. Además vivían amenazados que si pretendían
escapar, el Tío los perseguiría y les alcanzaría la muerte, por lo que
preferían quedarse abajo.
Ya exhausta,
emprendimos el retorno desandando los pasadizos entreverados de arriba abajo,
de aquí para allá y vuelta atrás. Yo hubiera preferido ir tirando las hojitas
de coca (verde brillantes) a modo de miguitas de Hansel y Gretel, para evitar
perder el sentido de la salida, pero tuve que confiar en el guía, que resultó
un experto!
Los últimos
peldaños de la escalerilla de madera emparchada, y……LA LUZ DEL SOL!!!!!! …..
AIIIIRRRREEEEEE!!!!!!!!.......
Feliz de
haberme animado a esta experiencia, aunque en algunos aspectos dolorosa, ya que
en síntesis, toda esta explotación y la del hombre x el hombre, no es más que
por exceso de ambición! No hay tu tía!...
Volvimos a
la oficina de la Cooperativa a devolver el traje prestado y….
Oh! Coincidencia!
Estaba lleno de afiches de “minas” en bolas! Ja! Otra que gomería!....
Bajé pasado
el mediodía al centro, a la plaza del mercado, a comprarme unas “salteñas”! Aquí en Bolivia, nos aprecian las empanadas y
se venden en carritos ambulantes! Pero
AiJJ! Qué picantes!!!... pero con jugo de naranja recién exprimido! se acuerdan?
P.D. de ayer: En la descripción del atuendo de las cholas, me olvidé algo fundamental, que nunca falta: el manto o chal tejido, enroscado desde la espalda por sobre los hombros y casi siempre atado a la cintura o con un gancho sobre el pecho, sobre los brazos siempre tomados cruzados de los codos, en actitud de pasiva espera...
El mismo que las madres usan para portar sus guaguitas o la mercadería que llevan para vender....
A las 15,
tenía apuntada otra visita guiada. Esta vez a la Catedral de Potosí. Obra
cumbre del Barroco colonial en América, atención arquitectos! Remember?...
-“ Y además
es la más alta del Planeta!”- anunció el guía Dulfredo.
Yo me quedé
dudando, porque enseguida saqué cuentas con el gótico de Chartes… y entonces aclaró: “Porque le lleva ventaja al
estar 4000 m.s.n.m.! Ja!”
Con lo cual
estuve más cerca de Dios por un rato…
Está recién
reciclada y puesta a punto, después de 8 años de restauración, así que los
colores originales fueron recuperados en su intensidad, y vueltos a revivir
todos los revestimientos del dorado a la hoja, exuberante hasta el exceso! Propio
de lo ecléctico de sus estilos intervenidos.
El piso en
su gigante totalidad era de madera de pinotea de no me acuerdo dónde, pero
bellísimo!
El órgano
alemán, donado a la Iglesia por uno de los ex dueños de las minas en 1950, para
sentirse un poquito más purificado …
Los vitrales
hechos con cristal de Murano, directamente traído de Venecia…
Las 5
campanas en lo alto del campanario, desde dónde se aprecia toda la ciudad!
La mayor, llamada Clara
(saluditos amiga!) pesa 400 tn.! Y su toque se escucha hasta 15 km. a la redonda!
En los
capiteles de los altares laterales, aún en restauración, se apreciaban algunos
símbolos ocultos de logias y de los ………. Ay! Me sale mormones, pero no! Los otros,
los….masones!!!!!! Qué coincidencia
extraña para un templo, verdad? Ja!
Lo que más
llamó mi atención es que ningún Cristo Crucificado, ni estatua del santo patrón
Santiago Apóstol presidían el altar mayor.
Sino una figura de Cristo Resucitado
hecha en cartón terciado coloreado, colgado por unos hilos, sobre un manojo de
tul blanco a modo de nube, muy modernoso!
Pero….evidentemente algún curita se quedó con el madero original… o
no?...
Cosas que
pasan….
Y así pasó
Potosí, porque pasé por el hostel a buscar mi mochila, y rumbear a Sucre, en un
micrito lleno de cholitas, como yo!
Es
tardísimo, mañana les cuento más!
Los quiero,
chau!!!
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