jueves, 17 de julio de 2014

Puna Pupa Pachamama



1° de todo: Gracias Amada! Por haberme entusiasmado a visitar tu país: Bolivia! Y todas las recomendaciones….

Tempranito 7.00 hs. me pasó a buscar la Traffic que me llevaría a la frontera, ya que de acuerdo a mis averiguaciones de la tarde anterior, por ese paso; Hito Cajón, y por esa ruta, no hay movimiento comercial de camiones ni de particulares, sólo las 4 x 4 de las excursiones programadas a Uyuni.


Impresionante la cantidad de gente que pasa por esa oficina-rancho! En el momento en que el gendarme me puso el sellito en el documento, sentí una alegría digna de pasar la frontera Argelia/Tunez, se acuerdan? Ja! 

Ahí nos cambiaron de vehículo y me tocó con un grupo de 5 chicas chilenas de entre 22 y 26 años, resimpáticas! Y con las que iría a compartir 3 días y 2 noches.


El tour incluía el desayuno de recepción, de muy esmerada preparación, en una mesita al ire libre a -10 °C, pero ya habíamos adquirido experiencia en untar los panes con los guantes puestos, ja! Cuando hay hambre…  todo se puede!


Comenzamos el trayecto por el paso por todo el desierto del Sud boliviano, al puro traqueteo, ya que no existe una ruta, sino que cada jeep va siguiendo huellas paralelas en la arena, como una bonita propaganda de Land Rovers, con los primeros rayos de sol coloreando las laderas circunvalantes.



Nos detuvimos en La Laguna Blanca, cuyo color lo debe al bórax que forma su lecho, y a que está congelada!




Probamos patinar sobre el hielo, hasta que alguna se cayó a un hoyo y se empapó! Ja!

Algunos kilómetros más adelante, la laguna Verde, más que hermosa!! Turquesa en realidad! El viento remueve el niquel y el arsénico del que está formada….. impresionantemente bella! Además de ser mi color preferido! Ja!




Pasamos por el Desierto Dalí, así llamado por un cuadro famoso del famoso.




La verdad es que no logré diferenciarlo de todo el resto, ya que por más de 600 km.  fue todo solitudine, hermosos colores ocres cafés, rodeados de Cordillera, volcanes y sucesivas lagunas a distintas alturas, semicongeladas, al igual que todos nosotros!





Llegado el mediodía nos detuvimos en una pileta termal a 4200 m.s.n.m. La misma impresión que el día anterior al sacarse la ropa (la mallita siempre ya puesta abajo) junto al borde (obvio no hay vestuarios!)  y el temor del aire helado a la salida del agua.  
Pero el estar sumergida a 40°C es impagable! Y con ese entorno de maravilla!



Te recomiendan no más de 10´ porque es super relajante y te puede complicar la presión.
Al terminar de secarme y vestirme, al ir a anudarme una zapatilla, sentí que el mundo se me daba la vuelta. Un espantoso dolor de cabeza me nubló el entendimiento. Conste que ya venía coqueando desde la frontera, para evitar el infortunio del apunamiento, pero….

Junté mis cosas y me subí al jeep más mareada que bocha en cancha.

No llegué a cerrar la puerta que me “boté” todo el desayuno junto a la rueda trasera, puaj!

El guía me dió entonces una pastilla (píldora roja y blanca) que ante mi desesperación no dudé en metérmela en la boca e intentar tragarla ccon agua de los bidones que llevábamos.

Se ve que mi traquea desconoció el volumen de la misma y se me atragantó a mitad de camino, con lo que empecé a atragantarme mal.

Por “suerte” me vino otra naúsea y salió con todo lo indebido. Ya Para entonces empecé a castañetear y tener unos espasmos hirvientemente congelantes. No había forma de dejar los párpados abiertos.

Debíamos continuar ya que el grupo estaba listo para seguir a los geisers, a 5900!.
Parecidos a los de Chile pero con mucha más presión, y un fortísimo olor a azufre que terminó de voltearme.


Eran como pequeños cráteres de volcancitos adonde te podías imaginar, una vez más, al Principito haciéndole la deshollinización a su preferido.

Siguió el desierto de rocas volcánicas, hasta llegar a un modesto “hotel”, o rancho de campaña (Ya nos habían avisado que no habría ni luz ni agua), pero de una inigualable “dignidad”: todas las camas, una la lado de otra cual hospital de campaña, en cuartos como de a 10, cada una luciendo enormes cubrecamas dorados o bordeaux brillantes. Super limpio el piso de cemento, y ventanas inexistentes. Todas daban a una larga galería perimetral donde estaban las mesas con largos bancos a sus lados.

Apenas nos distribuyeron los lugares, siendo las 15 hs. unas coquetas coyitas sirvieron el almuerzo.
Cosa que yo ni olí ya que quedé muerta en la cama asignada. Enseguida vino el guía a ver como seguía y me trajo un té hirviente de no sé cuantos yuyos y otra vez la pastilla. 

Yo no estaba en condiciones de cuestionar nada, así que intenté tomarlo. A los pocos segundos, otra vez salir corriendo a hacerle mi asqueroso homenaje a la Pachamama…. Y volver a acostarme.

Me dieron una bolsa de dormir negra que al subir el cierre, me sentí ya casi en la morgue. Encima con forma de sarcófago (más estrecha en los pies) con lo que te quedás así petrificada sin poder girar. Encima del cuerpo tieso 5 frazadas! y yo seguía temblando. La cabeza me reventaba a morir.

En eso me empezó a salir sangre de las orejas y de la nariz….

Comencé a pedirle asistencia a mis angelitos, a la Santísima María y hasta al Espíritu Santo!  Obvio para que ellos vengan a mí  y no yo a ellos!

El guía, Rolando, se convirtió en mi enfermero personal mientras todos almorzaban y luego seguían para la laguna Colorada, así llamada por los flamencos que la habitan.

Ni el té de coca, ni la pastilla, ni las frazadas lograban calmarme. Me quisieron llevar a no se donde a ponerme una mascarilla de oxígeno y suero… ya que se me estaba pegando la lengua al paladar, cada vez más oscuro (Tipo perro de raza, ja!), por la sequedad, pero les pedí paciencia por un tiempo más para reponerme sola, y entonces me quedé profundamente dormida…

A eso de las 8 vinieron a ver como estaba por si quería cenar… Sólo la palabra me produjo tal revoltijo que volví a volar al “baño” (tierra)  y me volví a acostar.
Me trajeron otro té y otra pastilla, y me volví a dormir…

Creo que fue la peor noche de mi vida: sin luz, con -15°C en el patio trasero a modo de baño, y sin querer molestar a los otros del grupo (que solo a otros 2, les molestaba levemente la cabeza), y por supuesto sin poder dormirme por el dolor y la incomodidad de la bolsa, aunque finalmente entré en calor.

5.30 am. Despertada, desayuno (los otros, obvio!) y vuelta a partir al desierto de Siloli y su árbol petrificado.



Probé levantarme, y ante la opción de que me enviaran al hospital de Uyuni y perderme el resto de la excursión, hice un soberano esfuezo por unirme al grupo. Las chicas maravillosas, embolsaron mi mochila y la llevaron al jeep, casi a la rasta como a mí.
Rolando prometió que bajaríamos lentamente a 3400 y ahí ya me sentiría mejor. Le creí!  Necesitaba hacerlo….




Pasamos por las lagunas Chiarcota, la Honda, la Hedionda y Cañapa. Ahí empecé a respirar mejor y a volver a tener color en la cara. Antes parecía el mismísimo salar en persona!

En el mirador del volcán Chuvica, nos detuvimos a un almuerzo campestre!


El guía bajó la tapa de atrás del vehículo y puso un atractivo mantel de telar boliviano, platos de loza, vasos de vidrio, y sacó ensaladeras como en un perfecto self-service free!: tomates, arroz, pepinos, choclo, remolacha, aaatún, huevos, y pan!  Precioso! Y ya me dieron ganas! Aunque me conformé con la foto y una manzana (por el pánico a repetir lo repetido del día anterior)

Fui tomando fuerzas y ya con el calor de la tarde me sentí totalmente recompuesta.




Llegamos al hotel pactado para esta noche: un hotel de sal! 


Al borde del salar, donde ingresaremos mañana a las 6.00 am. Para ver la salida del sol. A veces es dura esta Vida de turista! Ja!

Ya nos habían dicho que éste también era un “hotel modesto”, pero que tenía luz de 19 a 21 hs. y $10 bolivianos la ducha!

Todas las paredes, el techo y el piso son de bloques de sal, como así también el soporte de las camas, las mesas y los bancos en el acogedor comedor con chimenea! (aunque no hay leña! Ja!) Hay una biblioteca con artículos regionales, huevos secos de  flamencos  y un tatú embalsamado.





Hicimos cola para bañarnos ya que estábamos blancas! Esta vez de polvo! Ja! Y nos sirvieron una humeante sopa de vegetales que ya sí disfruté. Para las chicas: pollo con papas, para mí huevos, tomate y bananas saltadas (ya que sabían de mi vegetarianismo, genial!)



Aprovecho a escribirles ahora que todos se fueron, linterna en mano a ver unas cuevas con momias, acá a la vuelta. Yo decidí conectarme con la Vida, ya para muerta estuve todo el día de ayer, ja!


Quizá mañana, al llegar a Uyumi, tenga internet para mandarles estas noticias…  Aunque no sabemos si llegaremos porque hay un paro general de gasolineros y de transportistas, con cortes de rutas y etcs…  

El guía anda un poco preocupado, pero esta Hormiguita no piensa detenerse por esas “vulgaridades”, Ja!  Pienso juntar suficiente energía del Salar y volver a empuñar mi dedito rumbo Norte… y llevarlos en mi corazón!

Ahora sí, van a apagar las luces, buenas noches angelitos! Del Cielo y de la Tierra!


1 comentario:

  1. que hermoso viaje!
    te felicito
    espero que no sigas pasando frío
    Ceci Z

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