Mañana gris limeña, aunque no en mi corazón: Menú del Día:
rezaba el cartel de un restaurant.
Realmente Lima me está sorprendiendo… estoy en el barrio de
Miraflores,
paralelo a la costa, pulcrísimo!
Con edificios remodernos entre casonas esplendorosas de principio de
siglo, perfectamente mantenidas y aggiornadas. De alguna manera, me hace
acordar a Mar del Plata, con su avenida costanera en desniveles con parques
bien diseñados, aterrazados, con una parquización exquisita!
Donde la modernidad va dando de baja las
casonas tradicionales. Llena de árboles preciosos o extraños…hasta hay una
especie de araucarias! No faltan flores
en primorosos canteros.
Y hasta los basureros son limpios!
Las cebras para cruzar son más divertidas:
Creo que sería la envidia de Macri! Modernos y
eficientes colectivos, y un Metro central, idéntico al de Bs.As. Ja!
Caminé…caminé…caminé…. Más de 3 hs…. no me podía despegar
del bramido de las olas… del vientito salado… del horizonte sin fin….
Pasé por el Parque del Amor, mini réplica sui generis del de Gaudí en
Barcelona, con una enorme estatua de dos amantes besándose desfachatadamente en
alto al monumento al Beso! Hermoso..!
Hasta que llegué al barrio Barranco, donde se halla el
Puente de los Suspiros, (decepcionante porque está en ruinas…)
y de ahí a la Alameda,
Así endulzada me metí en un Museo del Chocolate,
De repente… un vagón!!!!
Rebonito!
Habilitado como café-restaurant! Un lujo que no pude dejar de resistir…
Llegué a un barrio San Isidro, tipo Palermo Hollywood con un
montón de casas de decó en maravillosas casonas reformuladas.
Un deleite para
el arte contemporáneo, desde indumentaria, joyería, accesorios, plantas,
lámparas, carteras, bazar, mobiliarios, regalería, y cuanta chuchería exótica
fuera inventada. Super creativos! Lo super disfruté! Obvio con los ojos solamente, porque sería
imposible cargar desde ahora (o desde Bolivia) con regalitos para tutti… Ya
veremos…
Y otra vez! Otro vagón! Esta vez de tranvía.
En la Av. San Martín, como no podía ser de otra manera, la
estatua del ilustre prócer compartido, junto a un símil obelisco.
Con los piecitos a punta de huelga, me tomé un colectivo
como para un city tour casero desde la ventanilla, ya volviendo a mi Angel´s
house! Donde –empanaditas de queso mediante- me pongo al día con todas las
novedades bloggeras!
Ahora sí! Es tiempo
de apagar la luz… Pero jamás la del Alma…
Los quiero mucho! Gracias por venir conmigo, en la cinta de
un barrilete… (como me dijo Silvana esta noche…)
Descansen, mañana hay más… Ciao!
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