lunes, 23 de noviembre de 2015

San Francisco

Nada mejor que empezar recorriendo la ciudad en sus típicos tranvías y sus troleys. 


Funcionan como atracción turística (con un boleto bastante caro por pocas cuadras) y como transporte urbano para los locales (con un pase mensual más moderado). 
La diversión consiste en viajar “colgado”, ya que el 50% de los laterales es abierto: los asientos dan directamente a la calle!


Pero como esta hormiguita es muy friolenta, decidí instalarme en el sector cerrado y disfrutarla sin viento en las antenas.

Otros modelitos: 





La ciudad está situada sobre unas colinas que hacen que sus calles tengan unas trepadas y/o unas bajadas impresionantes.

Por lo que si miras el mapa y decides caminar en una dirección, no olvides considerar las altitudes del terreno!








Además está asentada en una generosa bahía llena de las aguas del Pacífico.

Unida a otras islas, a través de descomunales puentes. El más antiguo y famoso Golden Gate, que no tiene nada de Golden y sí todo de rojo anticorrosivo.
Aquí va una muestra de uno de los tensores principales. Fue construido en 1930, en un alarde constructivista del uso del acero. Se lo ve desde muchísimos puntos de la ciudad, incluso desde la ventana de mi hostel, un lujo!




Como toda ciudad marina, la costanera y el puerto con sus muelles, son una de las principales atracciones. Lleno de comercios, restaurantes, museos, galerías de arte, hoteles, agencias de turismo y curiosidades varias, el Fisherman´s Wharf convoca multitudes los 365 días del año.




El museo de juegos electrónicos me sorprendió divertidamente: me encontré, o me reencontré, con antiguas maquinolas antecesoras de las actuales.








Hay un museo de cera donde Robin Williams parece que me encontró a mí!,

el museo de Ciencias, el de Arte Decorativo, el Asiático.... y por más que el fresco invitaba a estar a cubierto, preferí caminar por sus calles, descubrir las fachadas de las  casas victorianas, los edificios ladrilleros con las típicas escaleras exteriores de emergencia y los bow windows curvos en las esquinas.







Es una ciudad limpia y ordenada, aunque con muchísimos linyeras, gente durmiendo en las calles y/o fumándose pitillos o dándose con todo en plena calle en pleno día.



Incluso viajan en los colectivos con sus changuitos repletos de sus chucherías. Pueden también viajar con sus perros.

Los buses llevan adelante una parrilla para bicicletas, super cómodo!






Y si no, te alquilas estas motitos especie de mini fititos, muy llamativas! Parecen mosquitas de colores.



Hay un parque enorme y muy bonito, con lago, casa japonesa de té, anfiteatro, rosedal, museos y un  jardín botánico espectacular, con especies arbóreas de todo el mundo!

Cualquier parecido con el Palermo de Buenos Aires es mera coincidencia….






















Me gustó este chinito pintando en detalle este mural.





Y esta marquesina me tocó el corazón, ja!

En pleno centro cívico, con la casa de Gobierno a sus espaldas, se desarrolla una feria de productores de alimentos naturales.






Apenas un poco más allá el teatro de la Ópera y la Sinfónica, con excelente programación de óperas.


Los kioscos de diarios no existen, nuestros simpáticos canillitas fueron reemplazados por cúbicas máquinas.





Otras curiosidades que llamaron mi atención:
Las banquetas de este bar, las curitas de chocolate, ropa interior de confituras para ir relamiéndolas…. , la maquinita para masajearse los pies en la calle,


y hasta podés tener una tarjeta de crédito Visa, comprándola en el supermercado, sin ningún antecedente bancario. Ja! y funciona! Así me compré los tickets para el bus por internet. Lo que es el consumismo…. Te lo facilitan a la enésima para que gastes sin excusas!

Visité la Catedral, y me emocioné al caminar el laberinto circular que se encuentra en la entrada.




Momento propicio para la meditación y búsqueda de respuestas en estos tiempos de duda y reflección….

Aunque para mí el mejor santuario natural fue el paseo al bosque de las sequoias!  20 kms. en las afueras de la ciudad: tras tres colectivos y más caminata de 4 kms.  por un senderito escabroso, bajo la lluvia, lleguéeeé!!!








Y valió la pena! Hermoso! Ejemplares robustos, de húmedas cortezas, entre 70 y 250 metros de altura, jugando con las luces y las sombras. Un exquisito perfume inundaba el aire, como un laboratorio de medicinas: mezcla de alcanfor, eucaliptus, pino y hojarasca, ciertamente muy sanador para el alma….




















El reconfortante silencio con piquitos de aves ocultas, cuando una ardilla como de cuentito, cruzó mi camino.

Caminé por más de 4 horas… paró la lluvia y salió el sol. Todo para disfrutar…  hasta que de repente, voces y risas humanas, me llegaron desde la profundidad del valle. Avalanchas de turistas venían en dirección contraria. Resultó que yo estaba llegando a la entrada oficial del Parque, que me habían informado que estaba cerrado desde el 30 de Octubre, y yo, testaruda como siempre, me había propuesto conocer. Es por ello que me había averiguado ese otro camino “alternativo”. Ja!  Porqué será que tantas veces, lo complicado me resulta tan atractivo? Eh?!

Lo cierto, es que me llevo una sequoia a mi bosque sureño…. Aunque ya no me queden 300 años para disfrutar de su sombra, algún día mis sucesores lo harán. O se preguntarán: -“Cómo d. llegó este árbol acá?” Ja!

Bueno, ésta fue mi postal franciscana, espero la hayan disfrutado tanto como yo!

Hasta la próxima….


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