miércoles, 18 de noviembre de 2015

Sueño

A veces los sueños son como un globo rojo que volando por los aires con una ilusión, se aleja por sobre los bosques atardecidos….



A veces los dormimos en cunas de mimbre con bordados, los hamacamos cada tanto, para volver a dormirlos con la música del olvido…

Otros son como hojas de otoño que se arremolinan, crujen, y terminan pudriéndose en las sombras….
Los hay como conejitos blancos de peluche, que saltan por aquí y por allá, escondiéndose de las miradas.

O como tortugas calladas, paso a paso, seguras y determinadas a llegar.

Otros son rayos de sol que nos apuntan y señalan un largo camino iluminado de poder, con la voluntad y la certeza de recorrerlo hasta el final.

Algunos vienen en bonitos paquetes con cintas de colores. Nos los ofrecen, los tomamos, pero son de otros.

Quizá sean como una pequeña porción de arcilla en nuestra mano tibia, que tras mucho amasarla, la hace crecer y expandirse, tomar forma y ser al fin, una realidad cumplida.

Algunos sueños tienen patas, otros alas. Ruedas o remos. Dulces o salados. Música o silencios. Silencios o palabras. Colores o impalpables. Fugaces o ancestrales. Otros de nueve meses o de quinientas noches.

Algunos nacen en hamacas paraguayas, otros en bañeras tibias.

Bajo el lente de un microscopio de laboratorio o a través de un telescopio astronómico.

A veces los ponemos en el bolsillo con la promesa de sacarlos más tarde. O los obligamos a andar tras nosotros con una cuerdita al cuello.

Si tememos que se nos escapen volando, los podemos atrapar con una red. Aunque también en un hoyo en el hielo, sacarlos con un piolín con anzuelo.

Encerrarlos en una jaula es en vano, los barrotes no sabrán contenerlos.

Podemos publicarlos, anunciarlos a los cuatro vientos, o callarlos para siempre.

Podemos alimentarlos o dejarlos morir de sed.

Difícilmente los olvidemos, un día reaparecerán a golpearnos la puerta. A reclamarnos su existencia. O a agradecernos la nuestra.

Pueden sonar imposibles, asustadizos, tímidos o cobardes. Aunque siempre, pacientes...

Mi sueño de salir a plantar árboles, se vió interrumpido…

Las dificultades se presentaron disfrazadas de invierno; las mulas metieron la mala pata -no es que hicieron mula, habían sido mal herradas!-  Una por glotona, pasó a mejor vida; y nuestra inexperiencia salió más de la cuenta….

Lo intentamos! Una, dos, tres veces! Pero la cuarta nos venció!...

Por ahora!!!

No es que bajamos los brazos, simplemente los cruzamos por un rato: vacaciones!!! Hasta que aclare el panorama….

Así que como esta hormiga es muy inquieta, aunque mucho más curiosa! Se adelantó hasta Alaska a ver de qué se trata…

Y de paso, cerrar el círculo iniciado el 1° de Enero 2015 en la otra punta: Usuhaia!

Y como todo lo que sube, baja…    
Acompañada por mis angelitos, les sigo contando en cada siguiente entrada….

Gracias por acompañarme una vez más, en esta nueva mini gira! Que la disfruten!



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