Entré a
Mexico por el norte por Puerto Juarez y paradójicamente salí por el sur también
por otra Ciudad Juarez.
El primero
árido y seco en la frontera con USA y ésta a la orilla del mar Caribe, de donde
zarpan los ferrys que en 30 minutos te dejan enfrente, en la Isla Mujeres.
Además del
“Welcome!” y la sonrisa, allí te reciben con unos carritos de golf
dispuestos a
trasladarte a un hotel 5 stars!. Instantáneamente me acordé de Ricardo
Montalbán junto a Tatoo, en la “Isla de la Fantasía”, pero en mi caso opté por un carrito triciclo
para llegar a un juvenil hostel sobre la playa…
La Isla
tiene 7 kms. de largo y un ancho variable entre 2 y ½ km.! ideal para rodearla caminando, en bicicleta o
en motito. No hay transporte público, pero sí taxis carísimos.
Hay una
playa que da al mar abierto,
con olas bravías, donde está prohibido bañarse, y
otra calma de arenas blancas, suave declive, cocoteros y palmas envolviéndola, y
obviamente cálidas aguas turquesas que son una maravilla.
Entre las
sombrillas de paja escuchás muchísimos franceses, alemanes, suizos, israelitas
y …. Argentinos! Sí! el mate y el “che
boludo” a la orden del día!
Frente al
puerto de arrivo, muchísimos restaurants de pescados, langostas, pulpo y
moluscos varios. Por supuesto, pasé de largo…
En los
alrededores plagado de tienditas con souveniers mexicanos: camisolas bordadas,
bolsos, llaveros, sombreros, mantas, etc. etcs… lo mismo que se jactaban de
artesanías locales en cada uno de mis anteriores destinos. Con lo cual creo que
el aporte chino viene incluído con las ojotas, mallas, toallones, gorras, etcs.
etcs… en fin! ya no se puede
confiar…. Por supuesto, también pasé de
largo…
Estaba mucho
más interesada en la historia, en el porqué del nombre de la isla… en fin, en
el tema “mujeres”… Así que inicié mi caminata detectivesca dejándome perder por
las callecitas, por el interior del verdadero pueblo donde habitan las familias
locales, descubriendo sus reales actividades, más allá de la zona turística.
Seguí la
ruta perimetral hacia la izquierda, el lado del corazón, segura de encontrar
respuestas….
Al llegar a
la punta Sur encontré la estatua de una diosa: Ixchel.
Que según rezaba la placa a sus pies, era la Diosa del Arco Iris, del Agua, de la Fertilidad, de la Abundancia, de la Luna, del Amor y de la Medicina! No pude menos que reverenciarla ante tantas virtudes.
Que según rezaba la placa a sus pies, era la Diosa del Arco Iris, del Agua, de la Fertilidad, de la Abundancia, de la Luna, del Amor y de la Medicina! No pude menos que reverenciarla ante tantas virtudes.
De alguna forma en parte trasmisible, sentirme orgullosa de pertenecer a nuestro género. Tomé sus manos, como aquí se acostumbra, a ver si se me impregnaban un poquito más, sus tantas bellas cualidades en tan generosa apertura.
Cuenta la
leyenda, que al llegar los primeros conquistadores hispánicos se encontraron no
sólo con este monumento, sino con una pirámide maya dedicada a la gobernanta de
la civilización que ocupara estas tierras en el s. VI, y que a su vez, seguían habitadas por una
comunidad matriarcal. Siendo no tan creativos en nombrar lo que iban
descubriendo y conquistando, sencillamente la llamaron “Isla de las Mujeres”.
Así como hay un Río de la Plata, o una Sierra Colorada… al pan pan, y al vino vino!
Aunque si de
mujeres se trata, hay otra leyenda más contemporánea y documentada, que es la
de “La Trigueña”, que goza de su monumento: una bella escultura en el paseo
costero frente a la plaza principal del centro.
Es una esbelta figura acerada de largos cabellos, con los brazos extendidos al sol…
Es una esbelta figura acerada de largos cabellos, con los brazos extendidos al sol…
Su historia
es contada en un pequeño museo también en la punta Sur de la isla, y dice lo
que las fotos van contando….:
Transcripción literal:
“En
compañía de sus valientes marineros, después de atravesar el océano
Atlaántico, en un atardecer de 1858,
arribó a Isla Mujeres el famoso pirata Fermín Mundaca con tan solo 33 años de
edad. Cuenta la leyenda que el pirata dirigió sus naves desde España hacia
América, huyendo de las actividades delictuosas que desempeñaba ya que estaba
relacionado al tráfico de esclavos negros de Africa y venta de indios mayas prisioneros
de la Guerra de Castas de Yucatán. Estas actividades eran consideradas como
“Guerra de Piratería” en esos tiempos.
… en la
Isla Mujeres, considerada el Santuario de la Diosa maya Ixchel, el pirata
Mundaca enloqueció de amor por una nativa de nombre Martiniana Gómez a la que
él llamó “La Trigueña”.
Pero
ella, altanera y orgullosa nunca correspondió a su amor.
Hoy una
vieja y vacía tumba en el cementerio de la isla, es testimonio de ese amor
platónico de mediados del s. XIX. El epitafio escrito por el pirata es un
elocuente reto a “la Trigueña”: “Cómo tu eres, yo fui, lo que yo soy, luego tu
serás”
Entre
1862 y 1876 el pirata construyó en la Isla una hacienda agrícola y ganadera a
la que llamó “Vista Alegre” con un jardín llamado “la Rosa de los Vientos”, el
cual funcionaba como un reloj solar.
Son
notables los vestigios que aún se encuentran en “Vista Alegre”…
Imaginen
el amor de un intrépido pirata por una bella joven. Isla Mujeres debe haber
sido el escenario más romántico, con un esbozo de pueblo de pescadores, llena
de senderos caprichosos de arena, rodeados de uvas de mar, entre palmeras de
cocoteros y chitales.
Cuentan
que para construir “Villa Alegre”, el pirata Mundaca utilizó las piedras
labradas de cuatro edificios mayas que encontró
en la parte central de la isla, y que correspondían a la diosa Ixchel, y
que habían sido abandonados por los indígenas a la llegada de los españoles en
1517.
En el año
1882 se dejó de tener noticias del pirata Mundaca en la Isla. Descendientes de
los fundadores de la isla, cuentan que la noble Familia Virreinal de Mérida se
lo llevó enfermo de paludismo y ya nunca regresó. La tumba que el pirata se
construyó quedó vacía y jamás se pudieron localizar sus restos. Se dice que
bien pudieran estar en algún lugar de Yucatán o en Cuba, lugares donde el
pirata tenía muchas amistades.
En su
hacienda “Vista Alegre” el pirata Mundaca cultivó una gran variedad de frutas
tropicales y construyó grandes corrales de ganado vacuno. Los isleños lo
recuerdan como una persona egoísta y sin sentimientos, herido por el desaire de
“La Trigueña”, ya que nunca se mezcló con la gente del pueblo, y prefería que
la fruta y los animales se perdieran o murieran antes de regalarlo.”
Siendo
sábado a la tarde, el cementerio estaba cerrado, que de buena gana me hubiera
ido a curiosear otro poco… debí conformarme con esta escueta aunque nutritiva
información. Valió la pena la caminata de los 10 kms!
De paso
conocí el Faro,
y una exposición de arte al aire libre, aunque no entendí demasiado de que la iba… para justificar el precio de “la entrada” (¡?)
y una exposición de arte al aire libre, aunque no entendí demasiado de que la iba… para justificar el precio de “la entrada” (¡?)
De vuelta
pasé por una capilla que me deslumbró por su luminosidad y el vidriado de su
muro posterior, detrás del altar! por lo que los fieles tienen una visión
abierta del mar que es una maravilla…
incluso hasta el Cristo allí colgado, parece menos dolorido… ni le sangran sus estigmas… curioso! A un costado, las vírgenes de Guadalupe, dispuestas para la procesión de más tarde. Parece que aquí se sigue festejando…
incluso hasta el Cristo allí colgado, parece menos dolorido… ni le sangran sus estigmas… curioso! A un costado, las vírgenes de Guadalupe, dispuestas para la procesión de más tarde. Parece que aquí se sigue festejando…
Por mi parte, me fui a relajar las patitas en la arena tibia con el suave poniente de febo en el oeste.....
Agradecida, tomé un ferry nocturno, que me sorprendió con sus luces turquesas alumbrando las aguas ya oscuras, y un cantante de bossa nova amenizando la travesía.
Podrían haber puesto un mariachi! En fin, la luna y yo lo perdonamos! Y gozamos de buena gana la música propuesta para mi despedida.
Sino, mirá lo que le pasó a ésta,por ser tan exigente.....
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