Aterrizada a las 4 am. hora local en el aeropuerto de
Gatwick (al Sur de Londres) y no siendo prudente despertar a mi anfitriona
Clare a esa hora, me eché una siestita hasta el amanecer.
A las 6 tomé el primer tren, según su indicación y en London
Bridge hice la combinación hacia Bromley South , allí un bus rojo! Por solo 4
paradas, camiiné 6 cuadras, y…llegué!!
Ya me había avisado que estaba como a 2 horas del aeropuerto
y a 1 hora y pico del centro, aunque su barrio era un conjunto de típicas
casitas de chimeneas y jardincitos en la entrada, muy acogedor y tranquilo.
Sólo faltaba que apareciera Mary Poppins |
Clare me recibió con su dulce sonrisa, un té “inglés” y la
lista de los lugares posibles a recorrer en un día.
Dejé la lista para el siguiente, ya que mi plan prioritario
era el Kew Garden, y hacia allá me dirigí en un bus, + 2 trenes. Aquí las
distancias son enormes y las tarifas también!
Y el peligro de cruzar las calles también! No me acostumbro a que vienen del otro lado y
giran a la izquierda, y se pasan por la derecha. UFF!! Al final del día, contabilicé 9
“resucitadas!” (de cada paro cardiáco
que me agarro de los sustos. Por suerte, acá paran! Por edicados y por prudentes.
Encima sí pueden parar de cualquier lado de la acera, y para
cualquier lado! Así que te confunde más
todavía.
Aunque todo bien valió la pena!
De muestra sólo un poquito para no apabullar de entrada. El
resto en mi futuro libro “Huellas”. Tal como me imaginaba “recolecté “ un
montón de material!
El Sol de Londres brilló en todo su esplendor y la
temperatura atípica de alrededor de 30°C hicieron que la sombra y la brisa de los centenarios árboles,
refrescara el ambiente a las mil
maravillas .
Caminé durante 9 hs. sin dejar de deslumbrarme con la variedad
de especies, los colores, los aromas, los tamaños! La Arquitectura en hierro y
vidrio de los monumentales invernaderos, el portal del jardín japonés (con una
“intervención” moderna (¡?), la Pagoda mirado, con dragones por resguardo, y la diversidad de personas
circulando en todos los caminitos: miles de turistas de todo el mundo!
Además de todas las especies vivas, me encantó el pabellón
en homenaje a Marianne North, una aventurera, botánica y pintora, que durante 15 años
recorrió los territorios más indómitos de todo el mundo, en busca de especies
exóticas que pintó maravillosamente en miles de cuadros. Aquí se expone su colección completa que donó
al Parque, y un video sobre su vida, muy interesante!
Volví con los pies “planos” en los mismos 2 trenes + 1 bus,
previa pasadita por un supermercado para retomar fuerzas vitales impostergables! Ducha y a la cama! A dormir con los angelitos!
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