Los miércoles, Maxi trabaja en una granja comunitaria, junto
a otros 50 vecinos voluntarios. Por supuesto que quise compartir la
experiencia!
Bajo un sol abrasador, sacamos cebollas al por mayor. Ja! La fuerza de la tierra metiéndoseme entre las
uñas, y las sonrisas llenándome el alma con los aromas de los yuyos a nuestro
alrededor.
A las doce la puntual campana anunció el almuerzo
comunitario que algunos prepararon, mientras otros acarréabamos las carretillas
de las verduras recolectadas, juntándolas en un galpón donde nos reunimos en
ronda, para bendecirlas y agradecerlas,
y proceder al reparto: cada uno llena
sus canastas y cajones con lo que necesite para el consumo familiar de una
semana, sin importar las cantidades, ni el tiempo empleado. Todos para uno y
uno para todos! Genial! Un ejemplo de comunidad! Me encantó!
De allí directo al lago! Zambullida (con malla prevista de
antemano), entre golondrinas y juncos dorados emergiendo entre el agua quieta
del borde, bajo la sombra de un sauce en paz. Todo el cielo para nosotras
solas! Una refrescante belleza!
Más tarde Maxi me llevó a conocer un pueblo “desaparecido”,
sobre la línea que dividía el este del oeste (el mal famoso muro de Berlín, que
en realidad dividía de norte a sur todo el país, dividiendo hermanos, ideas,
amores, etc.) .
Me contó un poco de toda esta nefasta historia, y aunque estos
temas me ponen los pelos de punta y el corazón muy triste, estuvo bueno saber
un poquito más, y reverenciar el sufrimiento de tantos ancestros, en especial
los de ella.
Ya que ella siente una especial conección con ese lugar, aunque no
recuerda realmente familiares involucrados. Es una difusa sensación, pero tan
real, como dolorosa.
Para sacudirnos esas sensaciones, nada mejor que otra buena
zambullida en el lago al final del camino. El calor seguía en pie de guerra.
Volvimos por la carretera, y para mi sorpresa, me señaló
unos ñandués pastando en los campos que pasábamos. Ñandues en Alemania???
SÍ!! Increíble!!!
Parece ser que hace unos años habían traído
una pareja para un circo y en un momento se escaparon, quedaron en libertad, y
se están reproduciendo a una velocidad que asusta a los encargados de fauna de
sus Parques Nacionales. Así que por el momento, dejan vivos a los que están
vivos, pero pinchan los huevos que encuentran entre las malezas. ¡Qué
mentalidad! ¿Quién es dueño de la Vida ajena? ¿Quién decide que es bien o será
nefasto para otras especies? Qué difícil ser juez y parte! Aunque parece una cuestión imparable…
Lo mismo con los inmigrantes!!! Cada vez me asombra más la cantidad de razas
y colores humanos que he visto en este escandinavo viaje, Islandia, Inglaterra
y Alemania incluídos. ¿Quizás aparecerá alguien que decida “pinchar” los hijos
de toda esta gente? ¿ O alcanzará con pincharles los sueños, negándoles el
trabajo, los salarios y viviendas dignas?
En fin… mucho para pensar y
decidir con el corazón….
Y avistando “inmigrantes”
descubrí una “Aracucaria” en un jardín de un vecino!
Otra expatriada que alguien se trajo de
semilla o de trasplane bebé, Ja! y ya va
como por los 4 metros de alto!
Una preciosidad exótica que no muchos aprecian,
pero allí está, como fiel testigo de la Diversidad! Ja!
Miércoles vespertino, Maxi va a clase de Line Dance, y por
supuesto, hasta allí, la seguí. Compartí un divertido momento, en que no pegaba
una! Iban super rápido, y se sabían
todas las coreografías. Pero, quién me quita la risa y lo bailado (intentado!)
Ja!
Y para cerrar el día, bah..la noche! Claro! Beer alemana!! No es cuestión de no catar lo suficiente, ja!
Lo suficiente para quedarse dormida, segundos después de AGRADECER
por tan maravilloso y productivo día. En especial a mi anfitriona Hada Madrina,
que me está mostrando una Alemania distinta, normal y familiera, diferente a la
progresista, industrial, rígida, que yo tenía en mente.
Cuántos prejuicios
abatidos, sólo por la magia de abrir el corazón y experimentar… GRACIAS!!!
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