lunes, 5 de agosto de 2019

Real Northkapp


Esta mañana mientras estaba desayunando en mi hostel, se apareció Pantom, la tailandesa que anoche me había levantado en el último trayecto de la ruta –y dejado en ese hostel- para anunciarme que me venía a buscar para invitarme for “free” al Northkapp Centre.

Yo aún no sabía exactamente donde estaba, ni había revisado bien el mapa.

Sólo dije: -“Yes!”  y la puerta mágica se abrió!

Mirar la patente



Me advirtió que llevara la valija conmigo, porque esta noche sería su huésped, así sin más, ni menos conocerme, me estaba invitando a su casa.

Pantom resultó ser guía de turismo, organizadora de las excursiones que reciben a los turistas de los grandes cruceros. Y así sin saberlo ni pudiéndomelo imaginar, estaba en un grupo de ricachones que descendían del crucero y los subían a los buses para la excursión al Northkapp Centre –distante 45´- guiada en 4 idiomas. A mí me tocó el micro n° 3 en francés. Ja!




O sea que llegué sentadita cómodamente en un lujoso micro entre cruceristas! Finalmente…! Ja!

Ahí sí resultó ser el punto más septentrional, al borde de un acantilado impresionante, dando fin a una meseta yerma, con un viento que te volabas, y una nebizca de nube a punto de reventar.











Lo de yerma, sería  sinónimo de estéril, aunque no de turistas, que dejan su buen dividendo. Ya que es tradición el brindis con champagne –el cual también recibí free, aunque siendo las 11 de la matina sólo embebí los labios- y la compra de souveniers varios. (De eso me abstuve por una razón de peso)
.
También había un cine en 3D para contarte la historia del descubrimiento del Cabo y cómo se lo ve en las 4 estaciones. MUYYYY BONITOOO!


Una exhibición de aves de la zona:


Una escultura de una artista local:


Una "instalación" hecha por 7 chicos de difernetes continentes, reunidos por la Unesco, para homenajear la Paz:














Y una capilla ecuménica, donde muchísimos peregrinos arriban para casarse ahí. Curioso! Y preciosa por lo simple.










Volvimos en los micros, pasando por el secadero de pescados y las factorías. Aquí el salmón, el bacalao, y los crustáceos –hay cangrejos de 2metros de ancho!!!  Horribles!!-  son los favoritos de la pesca, pero de eso no quiero hablar.

Ya saben mi opinión al respecto.

También vimos comunidades Samis, que me enteré que es el nuevo nombre adoptado por lo que antes se llamaban “Lapones” (como el helado!). Para ellos, esa denominación es despectiva, prefieren llamarse pueblo Samis, que reúne a pueblos originarios de 4 países diferentes en una sola cultura. (Noruega, Finlandia, Suecia y Rusia.). Por eso los 4 colores de su bandera, unificados con un círculo. Muy interesante. Vale la pena ir con un guía con micrófono, ja!









También vimos un montón de renos! 






¿Sabían que como las ovejas argentinas, los trasladan de pasturas en verano y en invierno?  Así es que los llevan a esa región en barcos, y ellos vuelven “nadando” a sus tierras de origen, en la temporada opuesta.  Muy interesante…


El aeropuerto se iluminó de repente, para recibir 1 de los 4 vuelos diarios con los que opera localmente con naves de no más de 18 pasajeros.




Qué más?

El pueblito super pintoresco, con callecitas que suben y bajan, todas casitas de colores con vista al mar, esparcidas como flores, con sus 3000 habitantes estables más los 5000 turistas que reciben en temporada alta (Junio y Julio) y 4000 en baja (el resto del año).  Con sus puertitos, y sus detalles coloridos.











Barrerass artificiales para la nieve, para evitar deslizamientos sobre el pueblo.









La casita de mis anfitriones… 





Y vinos argentinos y chilenos en el supermercado!




























Por mi parte, yo me llevo mejor con los osos.






























Jornada completa! Y otro día Milagroso, vieron?

Aunque del Sol de medianoche, ni pío!   buahhh....


A toute a l´heur….

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