miércoles, 7 de agosto de 2019

Papá Noel en Agosto!



Aunque Finlandia es sinónimo del más rico queso untable, por supuesto también lo es de árboles! 


Desde que pasé la frontera, como con una varita mágica, la ruta se transformó en un pinar ininterrumpido!  


De a tramos, elegantes abedules, también compiten por su blanca presencia.


Los pinos son distintos a los que yo conocía: de troncos altos, cuasi anaranjados, y de cortezas tan rugosas que se le hacen nudos parecidos a los llao-llao de nuestros cohiues, pero más “acunados”, es decir, nudos no tan esféricos, sino oboloides…Ja!  se entiende? 

Con dichos nudos, los artistas locales hacen artesanías: fuentes, ceniceros, soporta velas, etc.  aunque no llegué a fotografiar ninguna.

Tanto pino y tanto reno, me condujo indefectiblemente a Rovaniemi, la villa donde habita Santa Clauss.  Y allí tienen montado todo el “circo!”, o mejor dicho, la cueva! Y el merchandising a la enésima!


Te venden los tours en trineos, en 4 x 4, en Trafficc, en motodenieve (en invierno), en carreta… y por supuesto, para mí, fue a dedo!!

Es como un gran parque de diversiones, con diversas construcciones, restaurants, juegos para niños, tiendas de todo tipo, cine, cabañas, alojamientos, y por supuesto, el correo y la cueva de Papá Noel!

Cuando llegué había una cola larguísima de niños con sus papis, esperando para la visita y el pedido del regalito para la próxima Navidad. Considerándome una “persona grande”, decidí pasar de largo y seguir recorriendo las instalaciones, saturándome de merchandising y “haciendo los deberes” en el correo….   (sorpresa para los seres queridos!!...)




Cuando ya me dí por satisfecha, vi que no había nadie en la cola y decidí entrar a la cueva….  Hice “la visita!”  ja!  como cuando era muy chiquita y recuerdo que una vez me llevaron a Gath & Chavez (antigua tienda porteña antecesora de los shoppings de ahora), y me saqué la misma foto que hoy!

  
La diferencia está en que Santa Clauss permanece en formol y yo no…   pero la Alegría creo que fue la misma (la mía con la de mi niña interior).

Y encima recibí mi regalito de sus propias manos: un pen drive con esta foto!!!
Gracias Papá Noel, por haberme enseñado a soñar que todo es posible!

Ya de vuelta por la ciudad de Rovainiemi, nada espectacular…  Aquí un surtidito de fotos al paso.

















Por suerte, seguirán los árboles, y las fantasías. 

¡Viva Viajar!



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