Salí de Cádiz rumbo a la tierra de mis ancestros paternos...
en la costa sur de Portugal!
Siendo las 10 de la mañana, al llegar a Sevilla me dio ganas de darme
“una vueltita” por la ciudad. En realidad es una falta de respeto pasar “cerca”
del Alcazar y no entrar, pero el mundo es tan grande! que no se puede con todo. Además ya había estado
allí en mi primer viaje por España en 2007, se acuerdan? Así que seguí viaje...
Lo cierto
que mi vueltita consistió en un autobús local que pasó dos veces por encima del
bonito río Guadalquivir y costeó el paseo de la Alameda, para finalmente salir
a los suburbios donde pasaba la ruta que yo debía tomar hacia el oeste:
Portugal!
La parada final llegaba hasta un IKEA!!! Y no pude resistirme a entrar! Para mí es mejor que un viaje a Disney World!! Siempre deseo que algún día abran una franquicia en la Argentina. Me encantan muchos de sus diseños, la forma de exponerlos, el surtido, los precios increíbles!!!
Y el café gratis que te puedes servir indeterminadamente…..
Ergo,
adentro! ¿Qué apuro tenía para seguir los siguientes 200 kms. hasta mi
destino? Esto es una de las cosas que me
encantan de viajar: las sorpresas y la libertad de mis elecciones! Así que al festín de la decoración de interiores!
Un poco bizarro para alguien que decide tener una vida nómade por algún largo
tiempo, pero al mismo tiempo sueña con un posible sillón para mi vagón, un
nuevo revestimiento o cambiar las lámparas, ja!
Forma parte de todas mis locuras….
Cumplido el
caprichito, enarbolé nuevamente el dedo y debo confesar que me costó un buen
rato salir de su playa de estacionamiento. Primero porque era la hora del
almuerzo y pareciera que el mundo se detuvo; segundo: al parecer nadie iba para
mi lado…
Hay algo que
se cumple “siempre” en estos casos, una especie de Ley de HitchHiking: 1°
muévete unos metros más allá, no te quedes ahí donde no resulta y 2°: cada vez
que cuesta, es que luego llega algo mucho mejor…
Así que
empecé a caminar hasta la siguiente gasolinera que el GPS me marcaba a 500
metros y allí se detuvo un negro grandote en un autito rojo.
Le pregunté
si iba en la dirección que yo necesita y en perfecto portugués me dijo que “Sí!!!”
que iba para Lisboa, que pasaba por Faro y que me llevaba! ¿Se dan cuenta mi suerte? Una vez más se cumplió la “ley secreta” y una
vez más crucé la frontera en un auto de un local, y sin revisión alguna ni de
Covid ni de nada! Excelente!
Veremos
mañana si mejora el clima, aunque no se le puede pedir más peras al otoño, sino
Agradecer todos los geniales días que tuve hasta ahora.
Sinceramente GRACIAS! por Todo!
Faro apagado
A pesar de su bonita decoración de caballito de mar en mosaiquismo, el día estaba tan gris, tan ventoso, y de a ratos lluvioso, que me costó mantener el alma en alza.
Quizás sea
que llegué a una encrucijada de caminos, la rosa de los vientos me urge la
decisión a seguir. Opciones?: al Este sería saltar el charco y volverme a mi
casa; al Norte: seguir bordeando la costa de Portugal y vivir el invierno
europeo; al oeste sería como volver para atrás lo que vengo de transitar, y al
sur….. África! Como una promesa a un mundo desconocido, no más copy-paste del
mundo conocido, y a su vez, cumplirme la promesa de nomadismo al 100%,en
definitiva: una verdadera nueva aventura!
Veremos…veremos,
y ya lo sabremos!
Mucho para
googlear (investigar) antes de dar más pasos.
Así que hoy
mi paseo se limitó a la playa de Faro, apenas unos 200 metros para un lado más
otros 200 para el otro y vuelta a la cucha, o sea al hostel a seguir escribiendo,
que en definitiva, también me llena el cuore!
En eso
estoy….
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