Africa, flor de regalo de cumpleaños!
Dormí en el
aeropuerto de Lisboa, ya que esa mañana estaba anunciada una huelga de metro
(subterráneo) y no era cosa de perder el tan preciado vuelo.
A las 11 en
punto me presenté en el mostrador de despacho de equipaje. Casi me infarto
cuando la empleada de Real Airlines Maroc me dice que no puedo embarcar sin el
certificado de vacuna.
Me miró con
un asco digna de manicomio (ella o yo?) al escuchar mi declaración de no
vacunada.
Le hice
revisar la web de la embajada senegalesa, donde a priori, yo había estudiado
bien la situación y sabía que no era requisito indispensable. La leyó, y se
disculpó, yo estaba en lo cierto. Decía “O
certificado o PCR”, así que me
recibió mi equipaje y yo retorné a mi ritmo cardíaco.
Recorrí los pasillos hacia la puerta de embarque y esperé al horario asignado.
A medida que iban llegando los otros pasajeros, me iba asombrando con sus coloridos trajes, tanto hombres como mujeres, sus atuendos en las cabezas, ya sea pañuelos anudados, sombreros, casquetes o como se llamen. Los collares, y pulseras, la enorme cantidad de bolsos y maletas que portan (en esta compañía no hay límites de pesos ni cantidad de bultos! ), en fin, son un monumento a la abundancia, donde me sentía como una caracolita con mi valijita a cuestas, espiando otras historias.
El primer
avión que me llevó hasta Casanlanca (oh..Humpry Bogart, Tócala de nuevo, Sam!….) era una cascarita de
nuez que se zangoloteaba entre las nubes sin ton ni son.
Fueron otras 4 horas de vuelo a Dakar, en un boing grande, repleto de exóticismo, desde los azafatos con saris, la música de fondo de tenor sacro, las luces verdes y rosas fosforescentes en los pasillos, las comunicaciones del capitán en senegalés supongo, como las del estado del vuelo y la forma de colocarse los cinturones y mascarillas obligatorias. Como segunda lengua, aquí se usa el francés, que es la oficial, por haber sido colonia francesa, pero, como pude comprobar más tarde, en los poblados sólo se habla Wolof, así que se me fue complicando un poco bastante el entendimiento mutuo.
En fin,
el de los gestos y las sonrisas es universalmente válido, así que allí
apelaremos!
3/11/21
Aterrizamos
a la 1 de la madrugada, por lo que no me animé a tomar el último bus hacia la
ciudad capital y ponerme a buscar hotel. Tenía una dirección agendada, pero
preferí los incómodos sillones de la sala de espera del aeropuerto. Lo bien que
hice!
Este aeropuerto también es atípico, no hay bares ni confiterías, mucho menos free shop de nada, apenas salís del control aduanero, donde no me pidieron más que mi pasaporte (a la merd mi PCR de 85 euros! Uffff…) hay una parada de bus local, una de taxis, un estacionamiento casi desértico y pare de contar.
Una hora y
media en un bus del año ´50, con palanca al piso, cortinitas con flecos, y un
chofer bastante antipático, me dejó en una ”estación”. Diría en un infierno de mugre,
arena, taxistas como salidos de un hormiguero ofreciéndome llevarme por precios
ridículos (casi tanto como el avión!) y además desconociendo la dirección que
les mostraba. Alrededor todo era bocinazos, gritos, olores nauseabundos, carros
con caballos más flacos que nunca haya visto, chatarra amontonada, botellas
plásticas tiradas por doquier, más un sinfín de trapos, latas, y/o objetos no
identificados, más que un infierno dantesco! No era momento para ir tomando
fotos. Ni en ese, ni en ninguno, sacar mi cámara hubiera sido un real suicido.
Por el valor expuesto, y porque me pareció una afrenta estar mostrando “su”
realidad, como objeto de curiosidad.
En pocos
minutos arribamos a la dirección del hostel que yo portaba.
Una entrada
minúscula por acceso, daba a un salón semioscuro, con el ulular de un
ventilador y tras un mostrador precario, los ojos rojos de Omur. De frente, un
baobab pintado sobre un muro. Supe que me quedaría allí!
Dejé mis
cosas para averiguar dónde cambiar dinero, ya que allí se manejan con francos
senegaleses. La oficina de cambios estaba a 45´minutos a pie! bajo el sol
abrasador… y por las mismas calles
embarradas, con cabras y muchísimos seres vivos más! desde humanos a mosquitos!
Aún en pleno centro.
billete de autobús |
Decidí tomar
una especie de colectivo local, pero era como decidirse a tirarse a la pileta
de agua verde, confieso que un poquito miedito y mucho asquete… finalmente
llegué al centro, tras 2 horas de ese bus! Hubiera podido llegar antes
caminando.
Pregunté por todos lados por la oficina de turismo, y nadie supo explicarme. Quise comprar un mapa (Google map sin internet aquí no funciona!) y ni siquiera dí con un kiosco o librería. Todos son puestos callejeros de papas, frutas, herrería, telas, celulares, zapatillas, ollas, collares, lámparas, bolsas de cebolla, lamparitas, ropa, cuadros, muebles, ferretería, etc.etc.etc. todo mezclado con el máximo desorden y en la más increíble mugre. No hay veredas ni líeas divisorias de predios. Es un continuum de mercadillo hasta el hartazgo.
De
repente una plaza central, la llamada “La Independencia”, con pastos altos del
año anterior y mugre de hace una década, yergue su monumento central, bordeada
de algunos edificios públicos que parecían haber pasado varias guerras.
Increíblemente en una esquina, un monumental hotel Sofitel a todo trapo, y con
autos negros lustrosos en su aparcamiento, marcaba un hito. Jamás entenderé
cómo alguien con dinero suficiente para pagar ese lujo, pueda pensar en venir
de turista a Senegal. De hecho no puedo entender que “esto” sea la capital de
un país! El nivel de pobreza, y por ende
de pobreza intelectual, está totalmente fuera de mi entendimiento… Que alguien me lo explique por favor!
Tras pasarme
toda la tarde tratando de averiguar los sitios recomendables para visitar,
resultó que la recomendación era ir a no sé que puerto y de allí a una isla,
que es desde dónde se sacó a los millones de esclavos de Africa hacia Estados
Unidos y Brazil! Con réplicas de los
suplicios, las cárceles y los escenarios donde se vendían…. Gracias, paso, no
es el tipo de “aventura” que aprecie.
Volví al
hotel exhausta, derretida, hambrienta (sólo seré capaz de comer bananas y
mandarinas en los próximos días si el panorama no cambia. Todo el resto es de
dudoso origen, incluso el agua!). Primera duchada (¡?) a tacho! Con agua fría
obviamente! Y a la cama.
Perdón, esto
no me está gustando naa…
4/11/21
Con el poco
internet que logré conseguir de a ratos en el hotel, supe que hacia el sur
había un bosque de baobas. Allá vamos!- me dije. El problema que nadie era
capaz de explicarme ni dónde era la estación de autobuses, ni si había
autobuses a esa región, mucho menos los horarios, y ni por asomo el precio
presunto.
Todo te lo
solucionan con –“Tómese un taxi”.
Cabe aclarar
que aquí los taxis son compartidos con 6 o 7 personas! Nada de distanciamiento
social obviamente. Y hasta que no llenan su cupo, no salen. El precio se
negocia a los tirones, así que hasta aprender la técnica, fui estafada varias
veces.
Finalmente
“fui transportada” hacia M´Bourne. Por
el camino alegré el alma al descubrir los primeros baobabs en primer
plano! Son gigantes! Crecen aislados,
aunque en conjunto a lo largo de los kilómetros, se les llama bosque.
Más tarde
aprendí su leyenda:
-Dicen, que
como eran árboles que crecían tan grandes y con tanta fuerza, se volvieron
soberbios, desafiando a otros árboles, e incluso al Creador.
Finalmente
Éste se hartó de la altivez de los baobabs, y los arrancó de la tierra y los
arrojó boca abajo. Es por eso que lucen como raíces patas pa´ arriba!
Aunque a mí
me parecen bellísimos, tanto me recuerdan al Principito….
Resultó que
para ir a la Reserva Sambia, donde había uno de más de 1000 años, debí tomar
otro taxi. Nueva pugna con los choferes de turno! Desgastante! Y todo bajo 40°C de calor… Me pedían 8000 francos para un trayecto de 20
kms, dejándome sobre la ruta y no en la entrada del Parque, 1 km. más adentro.
En un
momento, Moustaff, como salvador angelito negro, me rescató! Y por 1000 Fr. Me
llevó hasta la recepción de3l Parque. El problema era que ya era tarde para
entrar porque en 1 hora cerrarían…
Increíble
como se pasó el día! En nada! en averiguaciones, y un traslado de 89 kms.! Tan
frustrada me habrá visto, que se ofreció a llevarme de vuelta a M´Bourne, donde
dijo conocer un pequeño hotelito para pasar la noche y que al día siguiente, me
volvería a buscar para traerme temprano al Parque.
Y todo por
el primer y único precio, un SANTO!!!
Eso sí,
debía esperar hasta las 10 de la mañana, porque antes tenía un cliente ya
contratado. ¿Qué problema? Podría dormir un rato más para reponerme….
El
“hotelito” resultó indescriptible! La
dueña una amorosa que sin entendernos ni una palabra, me otrogó un lugar, por
así llamar a la pieza asignada. El resto me lo reservo….
Al cerrar la
puerta contabilicé 2 mandarinas y 1 banana en mi mochila, y me dí por cenada.
No se me ocurriría ni por asomo, salir a la “calle”.
5/11/21
Salvo una
nube de mosquitos con los que cohabité durante la noche, me desperté repuesta y
con todas las ganas!
Ganas de
desayunar!
La dueña me
trajo un vaso con agua caliente y por suerte yo siempre tengo a mano sobrecitos
de azúcar y saquitos de té. Las facturas se las debo para el año próximo…
Salí a ver los alrededores aprovechando “la fresca” y descubrí que el hotelcito daba a la playa! O mejor dicho, al mar. Porque la playa, lo que menos parecía ser, una playa, sino más bien, un basural indescriptible….
Y para que vean que no exagero, los limito a las fotos. Terrible!!! ¡Cómo puede haber en el mundo, al día de hoy, tanta inconciencia!? Tanta ignorancia!!!.... Una pena irreparable… No creo que esto cambie para esta gente, en los próximos 300 años… Faltan siglos de educación y evolución, si es que nos los tapan los residuos….
Decidí
cerrar mi corazón a las críticas infructuosas, y destinar mi día a agradecer
por estar en plena libertad y disfrute de mis derechos, aunque lo del disfrute,
está por verse….
A las 10
pasadas llegó Moustaff a buscarme tal cual había sido su promesa del día
anterior. Directo a la Reserva Bandia!
Justo había una familia que iniciaba la ruta y me permitieron compartir
la 4 x4 y el guía contratado! Casi me atraganto con el precio de la entrada,
pero no era momento para dudas, así que opté por “el disfrute”.
A pesar del
calor sofocante, el frescor entre los árboles daba consuelo, y la alegría ante
el descubrimiento de los primeros animales, disipó cualquier inconveniente.
Entre monos,
jabalíes, jirafas, cebras, avestruces, cocodrilos y otras especies fue pasando
la jornada, entre acacias y baobabs gigantes.
Tras la visita, la familia me invitó a un almuerzo en el bonito restaurant del lugar.
A media
tarde nos despedimos, y uno de los mozos del lugar, me llevó a la parada de
taxis –distante 15 kms.- para rumbear al delta de Siloum Riviere, tal como
dicha familia me recomendó.
Lo cierto es
que el taxi que me dijo tardaría 1 hora en llegar, se tomó 3! Y en vez de
dejarme en el pueblo pedido, me dejó en otro a 39 kms!. Ya había anochecido y
comencé a desesperarme un poquito… No
tuve más remedio que tomar otro y confiar….
En
determinado momento, se me agotó la confianza, porque me dí cuenta que el
chofer no tenía idea de adonde le había pedido ir: Djilor. Daba vueltas por rutas
oscuras nada amigables y comencé a temer por mis pertenencias (a esta altura,
no creo que nadie pretenda violarme, ja!).
Así que cuando ví una especie de restaurant con las luces bien
prendidas, le pedí que se detenga allí. Más rápida que una ardilla, me bajé con
mi bolso bien apretado bajo mi brazo, le extendí el dinero prometido y le pedí
sacar mi valija del baúl. Refunfuñó un poco acusándome que no le tenía
confianza. No me detuve a discutirle nada, entré dispuesta a recibir ayuda y
allí la obtuve.
La dueña del
local me tranquilizó, llamó a un hotel cercano de su confianza, y en pocos
minutos vinieron a buscarme. Salvada! O cobijada! O bienllegada! , como quieras
mirarlo.
Lo cierto es que el hotel, bien parecido al de
la película “Marigold Exotic Hotel” en la India, se acuerdan? Ése que se caía a
pedazos, y el jovencito que lo administrataba, trataba de disuadir a los
turistas americanos de la 3° edad de los problemas evidentes. Bueno, así, pero
peor!
Agua estancada desde el año anterior.... |
Vista desde el balcón |
los alrededores... |
No lograban
darme una habitación que se precie de tal: la que no tenía lavabo, no tenía
cerradura, la que no prendía la luz o no salía agua. O no funcionaba el aire o no
abrían las ventanas. En fin… la 7° fue la vencida! Eso sí! con sábanas con
agujeros y cucarachas bajo la cama. A la mañana siguiente, mi valija amaneció
llena de hormigas…
Obviamente,
yo era la única “turista” en ese miserable pueblito. El dueño estaba tan
contento de recibirme, que me abrió una cerveza en el patio, junto a la pileta
de estancadas aguas verdes, en una silla de plástico reseco de tres patas. En
fin, es lo que hay….
6/11/21
Debo
confesar que a pesar de la “decoración” del cuarto, me dormí todo! directo
hasta las 9 de la mañana!
Los pajaritos me cantaron el "Feliz cumpleaños" y respiré profundo, agradeciendo la Vida.....
El modesto
desayuno consistía en una bebida “UFO”, por lo que apelé a uno de mis saquitos
de té, y un pan con manteca (seguramente del día anterior o más anterior, a
juzgar por su dureza).
Dodó, el
muchachito de la limpieza (¡?), se ofreció a darme una vuelta por los manglares
de la zona, en su motito. Acepté gustosa, ya que la seguridad de las piraguas
no me parecía tal! La verdad, la de la
motito, tampoco. Pero al menos, si nos caíamos estaríamos en tierra y no en el
estuario.
La verdad es
que no entendí a qué se habrían referido los que me recomendaron este lugar,
porque para ver pajonales en agua marrón, me quedaba con el delta del Tigre en
Buenos Aires. No hacía falta venir hasta aquí…
En fin, quién me manda inventarme estas aventuras?
Lo bueno fue que pude ver bien de cerca las aldeas locales, su gente y su forma de pasar el día. Lastimosamente sentados esperando vaya a saber qué, o recogiendo cacahuetes a mano, doblados sobre una tierra reseca,
Debo admitir
que pasé un buen rato. Quizás con más adrenalina que la recomendada, ya que a
cada rato patinábamos en la arena, o chocábamos con una vaca blanca o un niñito
negro.
Allí no hay
calles, ni rutas, sino caminos en todas las direcciones posibles. Ergo, se hace
camino al andar, y al volver la vista atrás, se ven las montañas de basura
acumulada, las termitas gigantes de hormigas laburantes, palmeras asadas al
sol, gallinas por doquier, bostas, nylons, botellas, zapatillas u ojotas
solteras olvidadas semienterradas, latas, malezas, conchas de mar, huellas de
ruedas de labranza a mula, y cuanto prehistoricismo imagines….
Volvimos
transpirados como si hubiéramos atravesado el Sahara. El patio y una jarra de
agua helada, me parecieron un lujo afrodisíaco! Todo es relativo en esta vida…
Me quedé
escribiendo y ordenando fotos en una mesita de dudoso equilibrio y segura
mugre.
Al rato
llegó el dueño y me invitó a almorzar a su casa y a su "piscina" (¿?). Los 40°C no me
permitieron negarme. Su esposa había preparado fideos con pato. No era cuestión
de andar explicando mi vegetarianismo, sino más bien de AGRADECER lo que el día
otorgaba. Tras los postres, el chapuzón! (Otro Milagro cumplido en la lista de
los deseos).
Volví al hotel
con la excusa de una siesta, pero lo que realmente añoraba era un aire
acondicionado!
Recién a la
caída del sol asomé el morro. Caminé un poquito hasta la Riviera, pero el barro
y los mosquitos, me mantuvieron a suficiente distancia de cualquier deseo. Me
dirigí al restaurant “Cocodrillo” donde había sido recibida la noche anterior.
Le agradecí su trato a la dueña y brindé conmigo misma, con una refrescante
cerveza. Fin del día de mi exótico cumpleaños!
7/11/21
Dispuesta a
ir a Tambacounda –aunque no sabía muy bien a qué- continuando mi dirección
hacia el este: Mali, etc…, salí tempranito a tomar el taxi compartido
(Blablacar A.C.) (Antes de Cristo). Hubo que esperar un buen rato a que se
llenara (con otros pasajeros)… y finalmente nos ubicaron dentro a 8! En un auto
diseñado para cuatro.
A los tantos
kilómetros, en Yousbundum hube de cambiar de taxi, ya que el anterior,
mentiroso!, no llegaba a Tambacounda. Allí conocía Awa, una hermosa mujer que
me explicó que con ése tampoco llegaría, que en Fatick debería cambiar a otro
hasta Loastck y ahí finalmente tendría un bus directo!!! a Tambacounda. Según mi Google map, eran 500 kms a hacerse
en 6 horas, pero por esas cosas senegalesas, tardé 12!!! (3 horas esperando que se llene el #taxi-bus”
del último tramo, más todas las paradas alternativas que se mandó en cada
esquina, donde bajaban y subían personas, cabras, colchones, maletas, televisor
(del año ´60!) y otras posesiones.
En fin,
agotador! Por supuesto apiñados peor que sardinas en lata, y con 40°C de
sensación térmica. Por suerte, me rindió la botella de agua, sorbo a sorbo… aunque no el dinero previsto, ya que todos
cobran el doble de lo que te dicen que va a costar. Te tenés que pasar
discutiendo el regateo, y encima te dejan donde el diablo perdió el pocho, la
mierda misma!
Al llegar a
destino, ya era de noche y todo oscuro, no me quedó otra que confiar en el
mototaxi que se ofreció a llevarme a un albergue “económico”, a mí con gran
maleta, bolso y ridículo tapado en el brazo izquierdo.
El aubergue
me dio repugnancia!!!! Pero no tenía escapatoria: o “eso” o la calle…
El abusador
de turno pretendió cobrar 40 euros por esa pocilga! Uffffff…..
Por suerte
tenía en mi valija, mi bolsa de dormir, para colocar encima de las supuestas "sábanas" (¿?) que reposan sobre una dudosa goma espuma mordisqueada por ratas, entre muros despintados, quebrados
los revoques, los cables colgando afuera, sin mesa, ni silla, ni toalla, ni
papel higiénico! El baño privado se
limita a un foso “inmirable” y una canilla colgando, sin agua!! en la pared, a la altura de la
rodilla (lavabo? ducha? Qué sería?) . Hasta me daría vergüenza mostrar las
fotos…
En fin,
cerré los ojos, y la boca del estómago, obvié los distintos bichos
circundantes, me hice una especie de lavado express y ya estoy horizontal
escribiendo hasta que las pestañas se me cierren solas… Ahora! Bye!
8/11/21
A las 6 de
la mañana, unos gritos (¡?) provenientes del parlante de la mezquita más
próxima, me despertaron con “la oración”.
Enseguida escuché unos pájaros y el mugir (¿?) de las cabras de la calle. Ya no
pude seguir durmiendo. Las aspas del ventilador sobre el colchón amenazaban
caerse sobre mí en cualquier momento.
Decidí salir
de allí cuanto antes. Me lavé, cerré la valija y abrí la puerta de la
habitación.
No había
nadie en el “hotel”. Estaba cerrado con llave…
Comencé a
llamar a través de la puerta por si había alguien del otro lado. Unos minutos
después apareció un muchacho en calzoncillos, con cara de dormido, preguntando
que quería.
-“¡Salir!”-
ir al centro era mi único deseo, además de un desayuno.
Me asomé a
la calle, por la que había llegado a oscuras la noche anterior, y ví que era
imposible trasladarme por el fango y la caca humana y de cabras, con mi valijota. Le
pedí que llamara a un taxi.
Veinte
minutos después, llegó una motito que no quiso llevar mi valija.
A unos
metros vi un auto estacionado y varios hombres. Me acerqué a preguntarles si
alguno sabía dónde era la “Oficina de información Turística”, o algo
similar… a falta de internet, no podía
ver mi teléfono para saber donde merd estaba ni que había más allá de mis
narices.
Uno se
ofreció gentilmente a llevarme por 2000 francos. Enseguida me dí cuenta que no
tenía ni idea de adónde era y empezó a dar vueltas y a alejarse de lo que mi
radar personal me indicaba. Por gracia divina nací con un GPS instalado en mi
mente y mi memoria.
Comencé a
discutirle y le pedí que me lleve a la oficina de Policía. Por suerte accedió,
y tras otro montón de vueltas por las embarradas callejuelas, me dejó frente a
la comisaría. Le dí 500 francos y lo despedí
sin rencor. Un montón de
gente aguardaba para ser atendida, o vaya a saber qué esperaban tirados por el
suelo… Me hicieron pasar muy
amablemente y la verdad, es que me atendieron muy bien, a pesar de la
dificultad del idioma.
Les relaté
todo lo difícil que había sido llegar hasta allí para ver “los árboles de
Africa”. Obviamente parecía una locura! Y no lo niego…
A ningún
turista con cerebelo se le ocurriría venir aquí sin información, sin conección
a internet, sin un guía, y con poco dinero.
Lo cierto es
que tras preguntarme veinte veces lo mismo, y ver que realmente estaba
interesada en conocer el país, su gente, y su Naturaleza, accedió a ayudarme.
Dijo que llamaría a un amigo que es “botánico” y que tiene un “campamento
ecológico” en las afueras de Tampacunda. Que él podría enseñarme todo lo
referente a los árboles y hacerme una visita al Parque Niokolo.
Tuve que
esperar 1 hora sentada en la comisaría hasta que llegara Kalyat. Se presentó
como un guía que hacía 30 años acompañaba a los turistas a conocer la región.
Me pidió 160 u$s por el día! El “favor”
me resultaría imposible! Me negué
categóricamente, y quise averiguar cómo volver a Dakar, a cambiar mi pasaje de
dentro de 90 días para el día siguiente! Basta de Senegal para mí!!! Siento que todos pretenden robarme! Te ven
blanca y piensan que sos europea con euros y dicen cualquier cosa!!!!
Mantuve la
calma…
Pareciera
ser que el único bus disponible parte a las 20 horas.
Entonces me
propuso trasladarme a su “campamento ecológico” para reposar y comer, hasta la
noche que me trasladaría a la partida del bus.
No me quedó
otra que acceder, sino, debía quedarme en la comisaría sentada hasta la noche.
Visualicé un
campamento con tiendas de campaña, con tules blancos alrededor, la fogata con Robert
Redfort u Omar Shariff… como en las
películas… OH!!! Hollywood! Que nos has mentido tanto…!
El
campamento resultó ser un conjunto de chozas prehistóricas, en una tierra
desértica, con unos pocos árboles medio raquíticos, con cabras hambrientas por
doquier, mascullando botellas resecas aplastadas, tetrabricks, latas de
sardinas, papeles de galletitas, hojitas de afeitar, una pelota de plástico
reventada, chapitas de botellas, trapos, semillas caídas del árbol, y manojitos
de yuyos resecos que intentaban salir de la tierra reseca.
La recepción |
Algunas
vacas blancas, con cuernos y mirada inquisidora, merodean cerca de las tablas
que me han puesto a modo de mesa. Debo mantener el equilibrio para no caerme de
la supuesta silla. Corre un aire caliente que te va adormeciendo.
A cada rato,
llega alguien a saludar al propietario. Intuyo que vienen a ver a “la blanca”,
o sea, yo! Dan un vistazo y se van sin
poder hablar de nada… Alguno hasta me tocó el hombro para comprobar mi piel. O
decirle a sus amigotes “que tocó a una blanca”. En fin, ni me molestó.
Yo saludo
con mi “Bonjour” medido, y sigo escribiendo, tratando de cerrar las fosas
nasales, pues el ambiente apesta….
Igualmente sé que estoy bien, no hay amenazas, confío en esta familia que “me cobija”. Fátima es la esposa del propietario, tiene un niñito de alrededor de 3 años que llora y grita cuando me ve. No se anima a acercarse. Las cabras van tomando confianza y ya me mordisquean las zapatillas, y están a punto de robarme las manzanas que Fátima, generosamente, me entregó a modo de bienvenida.
.
¡A no
quejarme!!! Yo sola me metí en esta
“aventura” y sé que voy a salir airosa, vivita y coleando como tantas veces en
mi vida. La pregunta es:
-“¿Qué vine
yo a aprender aquí?”.
O -“Qué
puedo yo dar aquí?”….
Quizás el
tiempo me lo dirá, porque por el momento, es una gran, gran, grandísima
incógnita! ¿Cómo hago yo,
inconscientemente, para caer en estas situaciones? ¿Por qué no seré una mujer más normal, que
contrata un crucero por el Caribe? (por la misma o menos plata!). ¿Cómo podría llegar a ser que algún día encuentre un compañero “normal” para compartir la vida, si
termino metiéndome en parajes tan exóticos y en semejantes locuras? ¿Cuándo voy
a sentar cabeza??? Ya estoy grandecita para estos trotes…. Por otro lado, no deja de ser “buen
material” para relatos de viaje, Ja!
Espero no se asusten, y puedan acompañarme hasta las últimas
consecuencias! Ja!
Ayer me
sentía presa del chofer del bus que me hizo esperar 3 horas antes de la
partida, sin explicarme nada, ni a qué hora partiría, mucho menos cuándo
llegaríamos a Tambacounda. Hoy estoy en una especie de “retiro” a la espera del
supuesto autobús nocturno.
Por de
pronto, esta vez, me está ganando la cordura, y estoy decidida a regresar a la
capital y de allí volar a la civilización (Europa). No más intentos de
atravesar África para llegar al inicio del “Cinturón Verde”, en Kenia, como era mi objetivo. Si para avanzar 600
kms. tardé 1 semana y ya estoy agotada, se imaginan para 8.600 kms.? más la
vuelta??? Con toda la suerte 11 semanas
para ir, los 3 meses previstos, si todo funcionara bien. Suponiendo que la
vuelta a Dakar la pudiera hacer en un avión, cosa que es altamente improbable.
O a qué costo??? Y no me refiero sólo
al dinero, que obviamente, a este ritmo,
no me alcanzaría ni para un tercio del trayecto, sino el costo emocional
y físico. Es imposible vivir sin comer, y no estoy dispuesta a diarreas por
ingerir vaya a saber qué. Y el costo emocional de mis hijos y mis amigos que me
acompañan “moral y virtualmente”. No tengo derecho a preocuparlos! No se trata de eso el compartir un viaje. Es
verdad que para conocer lo desconocido, hay que vivirlo en carne propia, pero a
esta altura, ya me estoy convenciendo que es mejor mirar un documental por
Youtube, y no arriesgarse tanto! Ni
hablar de si me pesco fiebre amarilla, violeta, malaria o la que sea! Ya esta mañana amanecí toda picada de no sé
que salpullido en brazos, piernas y abdomen, y eso que usé mi propia bolsa de
dormir! Y me vengo salvando de cualquier
clase de diarrea!
Agradezco al
Universo, a los ángelitos y a todos Uds. la fuerza y el ánimo que me dan para
sobreponerme a esta “aventura”, y tratar de llegar a un final feliz. Mientras
tanto, a seguir aguantando… falta poco!
Ya la cabra
terminó de destrozarme la zapatilla! Y no quisiera patearla, al fin y al cabo, esta
es su casa, yo soy la intrusa aquí. Como anoche las cucarachas, no pude
matarlas, sólo las corría de arriba de la cama a los manotazos hasta que me
ganó el sueño. Debo admitir que anoche no hubo mosquitos! Aunque vaya a saber
de qué son las picaduras..ja! Ya va
pasar… tranquila…
Me acabo de
dar cuenta que anoche me dejé mi toalla en la otra pocilga! Como no me animé a
usar la que colgaba del “baño” (¡?), saqué la mía de la valija y hoy me olvidé
de agarrarla antes de partir… En fin, hay cosas peores…
Otro detalle
al paso: anoche, al descender del bus-colectivo, se me enganchó el vestido en
un clavo del asiento y se me rasgó todo un costado. Lástima! Era bonito y el
más fresco que tenía.( Aunque no el más limpio. ). Esta mañana decidí ponérmelo igual! Es
imposible no llenarse de tierra y oler a transpiración a los 5 segundos de
terminar tu “lavado corporal”. Por otro lado, no hay a quien lucirle, y mucho
menos, seguir rompiendo otros atuendos durante la incierta jornada…. Eso sí! mi cabello luce impecable! Hace tres
días que adopté el sistema “pañuelo en la cabeza” a la usanza de las mujeres de
aquí. Ahora comprendo por qué siempre van ataviadas con semejante croquetería en
la cabeza. A decir verdad, son muy elegantes. Sus vestidos apretados con volados
en la cola, en el pecho y en las mangas, siempre combinan con sus pañuelos. Son
telas duras, brillantes, con cuerpo! No entiendo como aguantan el calor con
todo eso grueso y manga largas. Incluso los hombres, van con esas camisolas
largas hasta las rodillas, portan escarpes que se enroscan en la cabeza y dejan
colgando como bufandas, al estilo Principito. Será un modo de combatir el
calor, pero no estoy dispuesta a probarlo. Prefiero andar con mi solerito de
breteles ajado, sucio, pero fresquito! Nadie me ha mirado mal por eso. Le
pregunté a una mujeres, si no era en contra del islamismo, o si era
provocación, y todas concordaron en que por aquí no. Los musulmanes de Senegal
son mucho más abiertos con “los cristianos” que en Maroco u otros países del Norte.
Aquí no hay problema de mostrar los brazos, las piernas, el pelo y la cara descubierta.
Menos mal! No soportaría ni un trapo más sobre mi piel! Los 40 °C
me están matando… ¡A no
quejarme!... ya va a pasar…. Me lo repito como un mantra para mantener la
calma, mientras las moscas me silban sin
cesar alrededor….
Me acabo de
hacer amiga del hijito del propietario. Se ha acercado de a poco, intrigado por
la computadora. Me miraba de lejos, hasta que tomó confianza y empezó a tocar
todas las teclas. No me quedó alternativa que sentármelo en la falda, y
escribir con él a mi lado. Esto es lo que se diría “una verdadera inmersión
cultural”!!!, por no hablar de inmersión en la Naturaleza salvaje, ja!
Al rato
llegó Fátima, la mamá, con una enorme olla con un guiso de un arroz partido,
trozos de alguna carne (intuyo que cerdo), mucha cebolla, Y MUCHÍSIMO
PICANTE!!! Metió un cucharon y me sirvió
una más que generosa ración con una gran sonrisa. Agradecí con otra tan
generosa y grande como la suya, y me lo devoré!
A decir
verdad, sólo pude con la mitad del plato. Le pedí me lo guardara para más
tarde… No me entraba más, y picante con
sed es terrible…Ja! Cuando me acordé que aún tenía un poco de agua en mi bolso,
la botella ya ardía! Y no me atreví a pedirle más agua a ellos. Bastante me
estaban dando… Además acaban de sentarse
en cuclillas o en unos trocos en el suelo a comer con las manos. No quería
importunarlos, aunque me permitieron sacarles una foto. El sol es tan fuerte,
que me salen todas a contraluz oscuras, o se me velan por el reflejo. Aquí hay
tiempo de sobra para medir la exposición, pero sería invasivo estar
esperándola, así que a disparar y que sea lo que Deus quiera….
Con la panza
llena y el ventilador dispuesto en la habitación, no pude resistirme a entrar
en mi choza N° 5 (en las demás no hay nadie) a una buena siesta.
Debo
confesar que me sorprendí para bien. A pesar de la precariedad, ésta sí estaba
limpia! Paredes blancas rodeando la cama fija empotrada en un zócalo de
material igualmente blanco que alberga el colchón embutido, con sábanas
viejitas pero fiables. Los postigones cerrados para evitar la entrada del calor
y las moscas. El piso de cemento alisado podría ser el de un shopping de otras
latitudes. Y el cieloraso cónico de pajitas prolijamente bien dispuestas, y sin
bichos! O al menos, unas pocas telas de araña, pero muy por allá arriba en la
punta del cono!
Baños externos nena- nene |
ducha con vistas! |
Kalyat me
trajo un multi prolongador para poder enchufar la computadora, el teléfono y el
ventilador al mismo tiempo. Y hay electricidad, todo un lujo!!! Para el we-fee,
habrá que esperar otro emplazamiento. En fin, más que Agradecida!!!
Tarde de
siesta y mucha lectura y escritura, qué placer!
Para
completar el pantallazo cultural, haré a continuación un breve resumen de las
“sorpresas” y/o diferencias al venir a Senegal:
- + En
la cola para embarcar el avión, eran todas personas “de color”!!! y yo la única
blanca!
- + Los
colores y las formas de sus vestimentas! Ni hablar del calzado o los gorros y
pañuelos anudados en la cabeza. Hombres con especie de pijamas y sandalias,
mujeres con coquetos vestidos entalladísimos onda Morticia Adams, pero de
colores a full y muchos volados.
- + La
cantidad de bolsos, valijas y paquetes que portan. Pareciera que cada uno es
una mudanza en sí mismo. Y la compañía aérea no cobra sobrepeso ni pone límites
de cantidad!
- + El
comandante da su presentación de bienvenida a bordo en “senegalés” (wolfo) y
después en francés, 3° en inglés.
- +Los
azafatos son todos varones.
- + Me
dijeron que aquí está sancionada la homosexualidad con pena de muerte. No sé si
será verdad, pero estos muchachitos no tienen ni un pelo de maricas.
- - En
inmigraciones “sólo” me miraron el pasaporte sin hacerme ninguna pregunta. Los empleados atrás del vidrio, ninguno usaba
barbijo.
- - En
el aeropuerto de Dakar no hay ningún bar, ni restaurant, Ni oficina de
informes. Sólo una agencia de cambio de dinero y una de remises.
- - El
baño del aeropuerto no tiene inodoro, ni provee papel higiénico, ni jabón, ni
nada para secarte las manos. Hay una plancha enlozada en el piso a modo de letrina
y una manguerita para enjuagarla tras su uso. Estaba impecable! Una señora los
revisa continuamente.
- - El
bus al centro era una catramina del año ´50. Aún funcionaba…
- - Por
la ruta de ida hacia la ciudad, muchísimas casa en construcción, pero todas sin
acabar. Ladrillos grises sin revocar ni techar, hierros oxidándose al aire. Sol
abrasador y sequedad blanca en la tierra roja…
- - La
entrada a la ciudad era un infierno de bocinazos de autos, colectivos,
camiones, chatas, todos chocados, rotos, despintados, sucios, maltrechos,
viejos, pintarajeados, ruinosos, entre burros, cabras, vacas blancas y
cualquier tiro a sangre imaginable. Un moscardón de motitos interminable
surfean por entre medio de todo ese infierno. Todo a paso de hombre debido a
los embotellamientos. Nadie respeta los carriles ni las manos, todos hacen
cualquier cosa para avanzar! No hay veredas, mucho menos límites.
- - Un
ejército de barredoras, munidas de unos palos con una desplumada palma en la
punta, junta la arena del camino y va haciendo pilones cada tres metros. Otros
atrás, la juntan con pala a unas maltrechas carretillas, para arrojarla más
allá del ex guardaraid, si es que lo hubiera o hubiese…
- + Es
la peor mugre que ví en mi vida! Peor que El Cairo o La Habanna! Es como una
grandísima e interminable villa miseria, la porteña 31 sería el equivalente al
Sheraton en comparación con ésto!
Indescriptible…
- + El
centro de la ciudad es una continuidad de puestos ambulantes despatarrados a modo de mercado.
No existen los locales, porque no existe línea de edificación. Todo es adentro
y afuera al mismo tiempo, invadiendo el espacio público. Las calles son cloacas
abiertas, aún en pleno centro. La pobreza es tal que no se distingue entre
mendigos, mercaderes, o transeúntes. El barro se mezcla con aguas servidas
verdosas.
- + No
hay perros, ni gatos. Nadie podría darles ni las sobras. Los caballos de tiro
de los carros, son esqueletos en 4 patas.
- + Aquí
es la antítesis de la industria de apaciguar la soledad con mascotas con
collares de diamantes, aquí se reproducen las familias y el hambre!
- + Muchos
hombres andan con el rosario musulmán en la mano todo el tiempo, aunque también los
celulares, como en todo el mundo.
- + Otra
constante costumbre es sacarse los mocos sin pudor todo el tiempo, tanto
hombres como mujeres. Regodean su dedo índice con gran ímpetu dentro de sus
orificios nasales, hasta extraer los sobrantes internos. Creo que ésta es la
causa de la formación “ancha” de sus fosas respiratorias, podría aseverarlo!
- - Cada
tantas horas, y ante el llamado a la oración, los hombres extienden sus
alfombritas, se sacan los zapatos y se hincan de rodillas, frente al piso e
inician el ritual gimnástico en dirección a la Meca, todos al unísono, por
algunos minutos. Luego se levantan como si nada, y siguen con lo suyo, previo
lavarse los pies con unas pavas de aluminio machucadas.
- + Cada
dos por tres ves mezquitas, de distintos tamaños y cada cual en peor estado de
conservación, como en Europa ves iglesias o catedrales. Sólo los hombres pueden
entrar. Éste y otros atributos hacen de este país, un monumento al machismo.
- + Todos
hablan muy fuerte como peléandose todo el tiempo. aunque parece ser lo normal
porque todo se regatea a voz en cuello, y pidiendo la opinión de los que están
alrededor. Las mujeres no se quedan atrás a la hora de hacer valer sus
derechos.
- + Aquí
son tan pobres que el pan, tipo baguette te lo cortan como fiambre, y te lo
envuelven en un trozo de papel de diario!
- + De
fruta sólo hay bananas, mandarinas, y manzanas verdes. Y grandes montañas de
sandías por doquier. No veo verduras por
ningún lado, solo bolsones de papas, de cebollas y de ajos.
- + No
encontré la oficina de turismo por ningún lado. Mucho menos una librería o
kiosco donde comprar un mapa. No hay we-fee en ninguna parte, sólo en el
Sofitel, único gran hotel a todo lujo, inexplicable!!!
- + Cada
tanto veo grandes autos negros lustrosos polarizados, últimos modelo, con un
francés dentro, y alguna jovencita negra a su lado. No quiero
prejuzgar, pero me suena a prostitución de luxe. De “ellos” obviamente!!!
- + Si
es que lográs que alguna vez salga agua de alguna canilla, ni se te ocurra
tomarla. Aunque la envasada tampoco me da ninguna certeza, y me siento culpable
de comprar plástico, pero al menos no voy a morir de sed…
- + Juro
que no he visto ni un solo tacho de basura en “ningún” lado. La gente arroja
las botellas, las latas, los sachets de agua, las cáscaras de banana, y cuanto
papel o desperdicio consideren, sin más, a la mismísima superficie donde estén
parados o el bus o taxi transitando. Así es como todo está “alfombrado” de
basura.* anécdota próxima: yo no sé qué hacer con mis basuras!!!
- - También
he visto gente, viejos en su mayoría, con la espalda deformada, andar en cuatro
patas (sin apoyar las rodillas y con ojotas en las manos, aunque descalzos los
pies) recogiendo cáscaras en mugrosas bolsas de nylon. Realmente se me anudó el
corazón de impotencia.
- + He
constatado que aquí casi nadie tiene canas, aún la/os muy vieja/os tienen sus
motas renegridas, apenas unos pocos tienen la barba blanca, y son menos aún los
pelados (no es moda). Aunque la mayoría del tiempo todos tienen la cabeza
cubierta con algo, no sé si por religión, o para preservarse del calor y/o la
tierra.
- + Aquí
el 90% de los hombres son de flacos tirando a escuálidos, lo mismo que los
niños y niñas; pero las mujeres son más bien rellenitas, muy bien dotadas de
pecheras y colas.
- + Los
atardeceres aquí son impresionantes! El sol completamente naranja, enorme, se
desliza en el horizonte entre una neblina que pareciera le hace foco de
agrande. Una belleza! A continuación la
noche es más negra que nunca… Al rato
aparece una luna finita, en cunita horizontal, junto a un lucero brillante y
poderoso. Nunca había visto este conjunto en esa posición, maravilloso… Y
además la luna sale del mismo lado que el sol poniente, bizarro…
Descansé
durante las horas de más calor y me asomé a eso de las 6 de la tarde. La familia
de Kalyat se había reproducido! Una
multitud de mujeres, niñitos, y muchachos, tendidos en alfombras bajo “el
árbol” , conversaban amenamente y reían cada dos por tres. Hablaban en su
lengua “no oficial” y todos estaban esperando conocerme!
Una le hacía trencitas a otra más jovencita, Bababur lavaba su triciclo cual su primo mayor lavaba su moto. Otros jugaban con sus celulares. Fátima partía arroz en un gran mortero. La hermana de la hermana, bañaba a su bebé en un tacho, para luego colgárselo a la espalda en un trapo anudado bajo el pecho, con una destreza propia de malabarista. El bebé chocho!
Otra prima embolsaba jugo de Baobab: tras haber remojado y molido las
semillas, las remolvió durante horas hasta formar una pasta agregándole azúcar
para que largaran el jugo. Todo eso en una gran palangana plástica. Luego con
un jarrito, tomaba una porción y la vertía en bolsitas plásticas que otra
jovencita le alcanzaba. Colgándolas en el aire, las hacía girar para cerrarlas
terminando cada bolsita con un nudo. Las colocaba en una bandeja, de ésas que
mañana colocará sobre su cabeza, para salir a vender por la calle… Ante mi curiosidad, me dio a probar! Sentí
tocar el cielo con las manos! Por un lado era un placer de sabor, por otro se
cumplía lo que el señor que me había llevado de Calpe a Altea en España hace
unos meses atrás, se acuerdan del jardinero que leía a Krishnamurti? Él me había recomendado exactamente esto:
beber jugo de baobab como el más poderoso nutriente! Encima esta señora me vió
tan entusiasmada, que me llenó y regaló una botellita (de las de plástico
vacía). KAMANDA!!!!! Lo que en Senegal
significa “Todos somos todo!” o algo así. Quiere decir que ellos viven todos
juntos, y que todo se comparte, que todo es de todos! Lo cierto es que entre todos hablaban y
reían, aunque yo no entendiera ni jota!
En lo que sería la casa, especie de cuartos con cortinas que daban a una
galería de hojas de palma en dudoso estado de equilibrio, con las cabras entrando
y saliendo de “ese espacio” (living?), reinaba un televisor plano de 40” !!!
con una novela a todo color, y propagandas como en cualquier programa. Lo
extraño para mí, era ver que todos los actores eran africanos, obviamente! Por
sus rostros oscuros, sus trajes, sus gestos, y no era un documental, era una
novela romántica! Con pausas y miradas lentas como cualquier novela mexicana o
brasilera. ¡Qué absurdo de mi parte pensar que allí no habría actores o
productores que hicieran las cosas “a su manera”! Qué África no es solamente un país de documentales,
aquí hay Vida real! Y aunque vivan de
cuclillas en la tierra, tienen su propio modo de ser en un mundo diferente,
auténtico, con sus costumbres y sus valores. Su sencillez y generosidad! No sé
cuántas familias occidentales, te permitirían pasar la velada en el interior de
su hogar, sin intentar demostrar nada ni armar un circo, sin ni conocerme ni
entender una palabra más que el saludo inicial y las sonrisas siguientes. Pasé
una tarde hermosa! Totalmente inesperada!
Y para mi
sorpresa…. Kalyat me dijo que esta noche no me voy nada. Que me consiguió la
visita gratis al Niokolo Koba National
Parc como regalo de cumpleaños!!!!! Que mañana me pasa a buscar a las 7 am. que
esté lista, y él me lleva, (150 kms. distantes de aquí.) y que ya arregló la
vuelta! Se puede creer semejante
regalo-milagro!!!! Si éstos no son
ángeles negros, los ángeles dónde están?
Contenta y
agradecida con la visita a la familia, y ya bien anochecida, volví a mi
“choza”. Como había dejado el ventilador apagado por prudencia en el consumo,
resultó que al abrir la puerta, me sentí como un pan dorándose en un horno. No
quería dejar la puerta abierta, para evitar que entren mosquitos y otras
fieras, por suerte enseguida pasó el efecto calor porque el ventilador en la
cara hizo su trabajo.
Me puse a
leer y al rato me golpearon la puerta. Me extrañó porque ya nos habíamos
despedido. Una voz varonil desconocida me llamó por mi nombre al otro lado de
la puerta. Me inquieté un poco, pero no podía dejar de responder. Mi luz estaba
prendida y obvio se vería desde afuera.
Abrí con
cuidado, y unos ojos negros en la oscuridad negra, me preguntaron si lo
conocía. –“No se asuste, soy Idrizavaldé, el policía de esta mañana en la
comisaría de Tambacounda… Venía solamente a ver si estaba bien, si está cómoda
aquí, cómo pasó el día….”. Inmediatamente lo reconocí, ahora ataviado con esas
camisolas largas, azul con brocados dorados no se parecía en nada al uniforme
con charreteras y botas de la mañana. Lo hice pasar, con gesto de pase rápido
que entran bichitos!, y conversamos un rato. “Inshalá, Inshalá, amén, amén, me
bendecía cada vez que yo le agradecía lo que me había ayudado al presentarme a
Kalyac y estar allí. Me explicó que para él como musulmán, no podría no haberlo
hecho, que ellos creen que todo lo que uno hace en esta tierra por sus
hermanos, sean de la religión que sea, que todo vuelve, que alguna vez él
necesitará ayuda y que la va a recibir, por que él actuó conforme al
Corán… No muy distinto de lo que ya
sabemos muchos, la ley de la reciprocidad, del dar y recibir, del hacer a los
otros lo que te gustaría ( o no) que te hagan, etc. etc… a esta altura, la ley del espejo es pata
todos, y al parecer más vieja que el Islam! Se despidió muy afectuoso, y yo me
quedé de lo más tranquila.
Ahora
aprovecho a escribir otro ratito y ya me voy a dormir. Mañana será otro gran
día! Por hoy, más que Agradecida! Bon soir….
9/9/21
Amanecí expectante y bien repuesta, aunque solo encontré en mi bolso una manzana para desayunar. Decidí entonces acomodarlo, a modo de limpieza y orden, y para resolver qué hacer con la colección de botellas descartables y cáscaras que desde hace tres días porto sin saber a
dónde tirarlas. Sacrifiqué una de mis prolijas
bolsas de las zapatillas para armar mi propio basurero y preguntar dónde
dejarla.
Tal cual lo
prometido, puntualmente a las 7 am. Kalyat vino a buscarme a la choza con una
moto-taxi. Deduje que no entraríamos los tres + mi valijota. Me dijo que el
muchacho me llevaría a la estación de auto-buses (taxi compartidos de 6 o 7
personas) y que por 2000 francos me dejarían en la entrada del Parque. Un amigo
de él, me estaría esperando para oficiar de guía botánico.
Sin dudarlo
ni un instante, le entregué la bolsita con mis desechos y la duda de dónde
dejarlos. Sin inmutarse tomó la bolsa y la arrojó metro y medio de dónde
estábamos, en el mismísimo frente de sus chozas. Allí esperará la eternidad…
Me monté a
la motito y partimos. El muchacho se detuvo en la estación de servicio a
echarle un chorrito de nafta, tan mísero como un pis apurado. Llegamos a la
parada de los buses-taxi y otra vez sopa!: me pedían 6000 Fr.! Y debía esperar
a que se llene… Tras mucho discutir , y
llamado telefónico a Kalyat para convencer al chofer, me respetaron los 2000,
pero tuve que esperar 2 horas y media! A que se completara el transporte (metió
22 personas en una camioneta con 8 butacas!). Otra que el distanciamiento
social! Para entonces, yo ya estaba tan transpirada como el que más, así que ni
importarme los olores ajenos, una se va acostumbrando.
Debía
dejarme en un pueblo a 170 kms. y allí estaría mi posta.
Tras 3 ½
horas de subir y bajar familias, cabras, bicicletas, bultos, bolsones de papas,
sandías, cachos de bananas y etcs. varios, me dejó en un pueblo de chozas a 150
km! Ergo debía hacer 20 kms. más pagando otro transporte. Ningún taxi quería
llevarme “hasta allá”. Luego entendí que volverían vacíos, porque nadie va en
transporte público hasta el parque, y no les convenía.
Finalmente
logré llamar nuevamente a Kaliyat quien llamó a su amigo, y me fue a buscar en
otra motito!
En la
entrada del Parque Niokolo-Koba, reserva de la Unesco, me esperaba el biólogo y
elJefe de Guardaparques y 3 guías. Todos muy amables y sonrientes! Aunque resultó que debía pagar la entrada, el
guía y una 4 x 4 para entrar! (Sumaba 100.000 Fr. = 200 u$s). Un regalo un
tanto caro que no sé si hubiera elegido….
Ya no me animé a llamar a Kalyat para preguntarle en qué consistía su
ofrecimiento “gratis”. Por un lado me parecía un abuso de favores, pero por otro,
también me indignaba que me haya hecho ir hasta allá, para no poder
entrar.
De hecho,
entre pitos y flautas, llegué después del mediodía, y ya todos los grupos
habían entrado. Debía esperar al día siguiente si quería entrar….
Obviamente
volver a dormir a Tambacunda e intentarlo nuevamente más temprano.
Casi me
largo a llorar….
Le pedí agua al Jefe de Guardaparques porque ya tenía la boca seca. Le conté de mi amor a los árboles y que esta semana había sido mi cumpleaños, y que este viaje a Senegal había sido mi super regalo, pero sentía que aquí todos mentían, desde los choferes de los transportes, los hoteleros, los comerciantes, en fin…
Parece que le toqué el amor a su país, que me
ofreció lo siguiente: Quedarme esa tarde allí y pasar la noche en un cuartucho
que casi me desmayo de asco. Compartiría la comida con todos ´los guías y si a
la mañana siguiente entraba un grupo y había lugar en la 4 x 4, él me haría
entrar… Me lo pensé 30 segundos, y a
pesar del horror del colchón y el calor matador, acepté (confiando en mi buena
suerte para el día siguiente) No era cuestión de volverme frustrada y saber que
a la mañana siguiente sería la misma historia, porque los buses no parten hasta
que están más que completos. Además debería pagar otra pocilga para dormir en
Tambacounda y otros taxis para ir a la estación. En fin, tiré los dados de la
suerte y me quedé.
Ellos contentos,
me acomodaron una silla en su salón con televisión, me trajeron una botella de
agua helada, y compartimos mis libros de árboles con los de ellos. En un rato
estuvo listo el almuerzo, y tras colocar la gran fuente en el centro de la
mesa, repartieron las cucharas y todos comíamos de la misma. Era una especie de
paella picante, con huevos de pescado rebozados como croquetas. Traté de
evitarlos pero, Pabile, el jefe, me los ponía en abundancia en mi cuchara,
alabándolos y recomendándolos. No era momento para desagradecer con mi
vegetarianismo, así que los engullí sin chistar. Y la verdad es que estaban muy
ricos! Poco a poco, se fue creando la
camaradería. Tomamos un té senegalés, hecho con la técnica de la teterita y el
trasvasamiento de vasitos para generar espuma. Muy rico!
Al rato me
trajeron una bolsita congelada, de color bordeaux. Me explicaron que muerda una
punta y espere a que se derrita el contenido en mi boca, a modo de helado de
hibiscus. Otro manjar! No sé si tenía
hambre, sed o aburrimiento, pero todo me venía bien.
Hasta el noticiero en la tele, aunque que no entendía nada, algo sobre las próximas elecciones, matanzas y cosas del clima. O sea, igual que en todos lados. Luego pasaron un programa de la vida de los presidentes franceses, y una serie, todo mechado con propagandas de productos de Francia, con actores blancos, blondas modelos, edificios parisinos, cremas cosméticas para el rostro, supermercados bio, nada más ridículo de ver desde esta choza tan precaria llena de negros…. En fin, ahora todo es cultura globalizada….
En eso llegó
una pick up 4 x 4 plateada poderosa con una pareja super mona! Pagaron la
entrada y mostraron su reserva en el lodge que hay dentro del parque. Hasta
ahí, ni idea que había un super hotel bacán dentro del parque, a sólo 180 euros
por persona por noche, más 40 de pensión completa! El problema de entrar con ellos, es que
tenían reserva para 3 noches y yo no tenía la menor intención de pagar esa
fortuna. Preferí esperar a la mañana siguiente…
Seguí viendo
la tele, a modo de curso avanzado de idioma francés, abanicándome, a falta de poder hacer otra cosa, mientras observaba las
gallinas y las cabras a mi alrededor. Allí las cabras son como perros en otras
latitudes.
Ya siendo
las 17,30 pm., Pabile, el Jefe Guardaparque, me dice que me prepare, que voy a
entrar con el cocinero del Lodge en una camioneta cargada de mercadería. Que
dormiría allí y que a la mañana siguiente, me traería de vuelta. Entre el Lodge
y la Entrada al Parque hay 30 kms. de puro pozo rojo, y luego supe, de pura
belleza salvaje!
No daba en
mí de Alegría!!! Pero mi prudencia me
hizo preguntarle si debía pagar ese “otro” alojamiento. Me guiñó un ojo y me
dijo que no me preocupara, que ya había arreglado con el encargado del Lodge.
Con la
hermosa puesta del sol por delante, avanzamos por entre la exuberante
vegetación y el canto de mil pájaros diversos.
No podía
creer que hubiera un lugar así, y encima me recibieran Gratis! Mis ángeles son increíbles!!!! Éste sí que
era un regalo más que insospechado! El lugar para un cumpleaños perfecto (aunque
sólo con 3 días de atraso, más que compensado!).
Me llevaron
a una terraza sobre el río Guinea, con una vista impresionante. Un camarero me
trajo una copa con rodajitas de naranja y pajita de bambú, con jugo helado de
baobab! Si éstos no son Milagros, los
Milagros dónde están?
Me dijo que
me acomodara y que no saliera, porque los leones y las serpientes merodean. Que
en 1 hora me vendrían a buscar para la cena. Le volví a agradecer y le dije que
no era necesario, que ya me había homenajeado más que suficiente. Se negó a
recibir mi negación y que en 1 hora me recogería.
Me derretí
en la ducha, ni más cerrar la puerta. Qué placer!!!! Me vestí bonita y maquillada como hacía meses
que no hacía. Perfumada y con labios pintados, ja! Como si hubiera un príncipe
esperándome. En realidad, yo ya me sentía una reina!
Investigué
el frigobar y había botellas de agua helada y bolsitas de maníes! Siguen los
placeres…
En eso me
tocan la puerta, y un carrito eléctrico, de esos de la Isla de la Fantasía,
estaba estacionado delante, dispuesto a llevarme al comedor… Casi caigo
desmayada de la emoción! Too much!!!!!!
Evidentemente
la Ley del péndulo existe! Después de tantas últimas decepciones, por fin “un
lugar” lindo, más que lindo! GENIAL!
Aunque obviamente, no es el verdadero Senegal. Éste que vengo conociendo
hace 1 semana, con su real pobreza. Éste otro es un mundo aparte creado para
ricos europeos que vienen de “safari” con todas las comodidades, como si
estuvieran en cualquier 5 estrellas del mundo occidental, aunque con paisaje
selvático senegalés. En fin, no voy a andar criticando, después de todo lo
beneficiada que estoy siendo acá.
Lo cierto
que para la cena me habían reservado una mesa bonita junto al río, con velas,
balde con bebida helada a elección (sólo pedí agua!), 4 cubiertos, esbelta
copa, y pancito tibio. Todo un lujo!
Además del menú!
Tras una
última mirada a la luna sobre el Gandhia, con el rumiar de los hipopótamos, fui
conducida nuevamente a la habitación.
Allá
voy! Mmmm…. Mmmmm….. mmmmm…. Alors,
a demain! Bonne soireé!
10/11/21
Citada para
las 7am. para el desayuno, volví a disfrutar de una ducha y del frescor matinal del río.
No habiendo
leones por el camino, me dirigí al salón. Ibrahim, el guía botánico me esperaba
con los brazos abiertos!
Me sirvieron
un café en taza de moderna cerámica, un par de croissant, un petit au chocolat
y unas rodajas de baguette con quesito Philadelfia! No se puede creer este mundo (occidental)
insertado en medio de la selva, en medio de este país tan pobre en un sentido y
tan generoso en otro. Para los islamitas, todo es de todos TAMANGA!!!
Luego me
enteré que ese Lodge es una concesión del Estado a un particular belga que lo
usufructa. Por eso todos los visitantes son europeos ricos en euros! Yo fui la
primera argentina en llegar allí! Y gracias al Islam, Inshalaa…
Alaaaaa….Alaaaaa….
El
administrador se acercó a mi mesa a saludarme y a comunicarme que en un rato
partiría para Tambacounda en su jeep, que si quería me llevaba o me dejaba a la
entrada del Parque.
Acepté
gustosa el aventón a “la ciudad” para evitarme las 5 horas del día anterior
toda apretujada. A él le llevó 3 horas!
Y eso que se detuvo dos o tres veces para que yo sacara fotos!
Leones no ví
ninguno! Apenas 2 monos, unas lagartijas, una especie de nutria enana y miles
de pájaros diversos. Me contó que en esta época es muy difícil ver los animales
grandes, porque recién la semana anterior terminaron las lluvias. De hecho, me
podría considerar afortunada que pude entrar al parque porque hasta el 2/11
estaba todo inundado por las precipitaciones tropicales… Que allí sólo había 2 elefantes pero que
andaban mucho más lejos y no es zona de jirafas, quizás algún antílope, pero no
se presentaron. En fin, todo no se puede…
Yo me dí por más que contenta de haber pernoctado allí y disfrutado una
cena y un desayuno de lujo, y el aventón de regreso! Impagable!
Me dejó
directamente en una empresa que tiene un servicio “vip” (aunque al modo
senegalés) para comprar un ticket de bus nocturno de regreso a Dakar.
Alli veré si
puedo cambiar mi aéreo a Lisboa y se fini Áfrika mía pour moi! No soy Meryl Streep, todo muy lindo
en las películas, pero la realidad es otra cosa!
Lo llamé a
Kayat para avisarle que estaba allí, para despedirme, agradecerle y de paso, si
me hacía el aguante hasta la hora que salía el bus, 9hs. a partir de
entonces…. Demasiado para estar parada
en la calle o merodear por los mercados con 40°C!!!
Encantado me
pasó a buscar y me invitó a almorzar con un amigo. Enseguida me dí cuenta que
pretendía “presentármelo” como futuro esposo, ja! Me dijo que era viudo y que
tenía casa con jardín, como si eso fuera suficiente para mí, una pretensiosa!
Obsevarán la diferencia "edilicia-decorativa del ambiente". ¡Qué péndulo el mío!!!
La mesa
tablón daba asco de hormigas y pegajoso mantel de plástico raído, aunque a
nadie parecía molestarle. Los vasos no existen, mucho menos una servilleta.
Igualmente más que agradecida por el cobijo, aunque mientras ellos hablan en Wolof
y se pelean o discuten a los gritos terminando a las carcajadas, yo no entiendo
nada… Yo sólo quiero que pasen las horas para irme y salir de esta pesadilla de
asco. Mientras, cumplo mis lecciones de pacífica paciencia y ver que puedo
aprender de todo esto….
Tras dos
horas, Kayat se excusó que debía hacer “unos trámites” y le pidió a su amigo me
acompañara al “campamento ecológico” para dormir una siesta hasta la hora del
bus. Acepté gustosa con el sólo recuerdo del ventilador, aunque deseché
inexorablemente su proposición de matrimonio. Debió conformarse con mi número
de teléfono para un futuro imposible encuentro.
Ya acomodada
en mi choza N° 5, como el Channel, ja! me tiré en la cama a disfrutar de mi
privacidad y del balar de las cabras alrededor, más los gritos del parlante de
la sinagoga cercana. Seguramente en 24 horas estaré en otra historia. Por de
pronto, a sobrevivir aquí y ahora…. Inshalaaa….
El descanso
resultó un poco ruidoso, ya que en una choza vecina se estaba realizando un
velorio. Al parecer una jovencita de 18 años, enferma desde hacía dos meses, no
entendí de qué, falleció ayer. Aquí los velorios duran 2 días, y vienen de todo
“el barrio” a dar el pésame, todos engalanados con sus mejores galas. Hay
comida y bebida para todos, cantan, lloran, y rezan.
No intenté
acercarme, no fui invitada y ya tenía bastantes experiencias en mi haber. Que
en Paz descanse, y yo también, aunque vivita y coleando, Inshallaá!
A las 19 me
vino a buscar la moto taxi y me llevó adónde partía el bus a Dakar. Otra espera
de hora y media… Senegal se ha
convertido en mi escuela a la paciencia, aquí el tiempo no existe! Es un
transcurrir sin medida. No apto para occidentales, controladores, eficientes y
puntuales, como yo! pero no me queda otra que seguir aprendiendo…
Una vez
ubicados todos, y repartidas las botellitas de agua mineral, los caramelos, y
un sachet congelado de yogurt o algo así (se chupa rompiéndole el piquito con los dientes), partimos.
Por los
televisores por sobre las cabezas, comenzó “el rezo” con imágenes de diversas
mezquitas, tanto interiores como exteriores. Una música sin fin, con el
monotema de la plegaria nos acompañó durante las 8 horas de viaje, de noche!
Imposible dormir! Peor que las películas de tiros y de guerras que ponen en los
buses de la Argentina… En fin, lo mío es
viajar a dedo, no lo cambio por nada. Salvo que wolof se me hizo imposible.
Llegada a
las 5,45 hs. a un barrio distante del centro de Dakar, compartí el trayecto en
taxi a la Place de Independence, a buscar refugio en el hotel de 5 estrellas
que ya tenía registrado.
Me presenté
en la recepción con la educación necesaria como para despistar la apariencia de
pordiosera que traía y con la mejor sonrisa pedí asilo mañanero (con la excusa que más tarde decidiría si me
alojaría). Para mí sorpresa, no sólo me dijeron que sí, señalándome los
sillones del gran estar, sino que además me ofrecieron café! Ya en confianza le pedí al conserge la clave
de internet, para aprovechar las horas trabajando un poquito…
Es increíble
la diferencia entre los dos mundos: dentro y fuera de este hotel! Adentro todo lujo y abundancia y afuera todo
mugre y mendicidad.
Para variar,
no me sienta bien ni un extremo ni el otro, pero confieso que en ese momento,
no cambiaría su hospitalidad por nada!
Esperé la
hora en que abriría la oficina de la Real Maroc Airlines, situada a una cuadra!
Y con esperanza, me dirigí a cambiar el pasaje de vuelta. Absolutamente
decidida a abortar “esta aventura” y retornar home sweet home, donde sea que
ésta quede… Por ahora planeta Spain!
En menos de
diez minutos, y previo pago de 90 dólares, me hicieron el cambio para el vuelo
esta misma noche, tal cual pedí! ( a ellos y a los ángelitos). Ya me estaba retirando de la oficina, cuando
se me da por revisar el pasaje que me entregaron: 12 de Junio 2022!!!!
Le señalé el
error a la empleada que me había atendido, y se sintió ofendida. Me ponía
excusas para resolverlo, y pretendía triplicarme la tarifa para cumplir la
fecha que le había pedido, hoy mismo!
Tras sus
gritos, y bastante revuelo, me ofrecía mantenerme lo pagado, para el día
19/11! O sea, una semana de hotel en
Dakar para no hacer nada! Me opuse terminantemente, y finalmente lo logré para
el día siguiente. Sólo un día más de pocilga!
Obvio no me voy a pagar el 5 stars hotel…
Tras el
objetivo logrado, la siguiente maratón fue ir al centro hospitalario aprobado
para el PCR de turno. También lo logré!
Ahora faltará el resultado, otra angustiante espera…
Decidí pasar
la tarde en el mercado Sarganga, un laberinto de callejuelas abarrotadas de
puestos callejeros donde podés adquirir desde una olla a un traje de novia,
desde un espejo a una pala, lo que imagines, lo encontrarás!
El tema es
que te encuentres a vos mismo, en medio de ese infierno! Los vendedores
ambulantes rogándote, los mendigos pidiéndote lo que fuera, los supuestos
dueños de los talleres textiles, invitándote a que visites sus tiendas, los
curiosos que preguntan de qué país sos, los posibles hurtadores de mochila, los
verdaderos ladrones vendedores ante el regateos por menos de un tercio del
precio que anuncian, etc. etc….un agobio!!!
Siendo las
cuatro de la tarde, volví a buscar refugio al 5 stars, ya que gentilmente
aceptaron cuidar mi valijota desde la madrugada y debía pasar a retirarla y
buscar un alojamiento más modesto.
Hacia la dirección de un “booking” tomé un taxi, con precio fijo de antemano!!! Supuestamente a diez minutos del centro, tras casi dos horas de dar vueltas y no encontrarla, metiéndonos en calles “en construcción”, más precisamente en deconstrucción!.
Aquí no existen los carteles con nombres,
todo es al adivinador y/o preguntando a otros taxistas colegas, o vecinos de la
zona. Nadie lo conocía y todos tenían otro albergue para recomendar, aunque los
precios no condecían con la zona ni con la calidad (¿?) ofrecida. Por suerte,
el taxista estaba de mi parte y no le importaba seguir dando vueltas. Ya se
había hecho la noche. Finalmente me dejó en uno a una cuadra de donde habíamos
iniciado el periplo, y no me pidió ni un peso más de lo pactado.
TARANGA!!! Como ellos dicen, este es el
país de la hospitalidad, y dodos estamos juntos! Algo así es el significado de este término,
que todos utilizan continuamente, como slogan de Senegal. Merci beaucoup!
Sandwichito
mediante, y mañana será el último día, bon soir…
12/11/21
Amanecida
tempranita, salí con rumbo incierto a “matar el tiempo”. Por un lado soy pies
inquietos (en este caso 0 curiosidad por la ciudad), por otro lado necesitaba
salir del asco de habitación en que había pernoctado y por último, y no por eso
menos importante, necesitaba conección a internet para ver el resultado del PCR
para viajar tranquila al aeropuerto.
Una vez más
recurrí a mi refugio en el 5 Stars donde me recibieron como una huésped conocida,
me ofrecieron nuevamente café, y me imprimieron el certificado!!! sin llegar ni
a pedírselo. Listo! Negativo! Ahora sí a
caminar…
Enfilé para
el puerto, indescriptiblemente mugroso, oloroso, lleno de la misma miseria que
el resto de la ciudad.
De repente
me sorprendí con la hermosa y reluciente estación de tren. Lo sorprendente es
que el tren no funciona desde el 2018! Aunque en un andén, hay uno de alta
velocidad reluciente. Intenté entrar pero un gendarme me salió al paso y me
dijo que ahora la estación era una oficina del Ejército. OK! Seguí viaje…
Un poco más
adelante, un edificio gigante y modernoso con letrero de Museo de las
Civilizaciones Negras. Me interesó!
Lástima que faltaba 1 hora para que abrieran. Seguí viaje…
Enfrentado,
otro gigante: El Teatro Nacional. El edificio impecable, los alrededores (por
no decir jardines y veredas) destruídos de yuyos y baldosas quebradas y
faltantes, por lo hablar del óxido de la verja perimetral.
Este país
cada vez lo entiendo menos! ¿Quién podría venir a un teatro así? Por otro lado,
no creo que haya público “culto”, o al menos educado, para colmar su capacidad,
o tener medios con los que pagar una entrada. O qué obras se representarían. No
es por ser despectiva o creerme superior, pero realmente el contraste es TAN
grande, que no se entiende.
Como no se
entienden los Land Rovers o los Mercedes que cruzan imperiosos las calles entre
los carros de borregos y las cabras.
No se
entiende que en medio de ese asco haya un restaurant “Petit París” bastante
bonito y paquete. ¿Quién irá a comer allí? Y salir a patear botellas y latas
vacías hasta llegar a sus limousinas?
Seguí
caminando rumbo al zoológico. Entidad deplorable en cualquier punto del mundo,
no admito los animales en cautiverio; pero no podía irme de Áfrika sin ver un
león. Ja! Así que doblegué mis juicios y
allí fui.
El lugar
parecía haber sido demolido y/o bombardeado 50 ños atrás, y aún no haber sido
reparado, todo roto, despintado, con bancos públicos deplorables, y paro de
contar para no ser más criticona. Cada uno tiene lo que puede, y vale lo mismo
para los países, en fin… lo cierto es
que había 4 leones en su hora de almuerzo, un gorilita con lo propio y 3 o 4
monos pirueteando en sus celdas. Un par de serpientes tan grandes como
asquerosas, unas aves tipo palomas enjauladas y otras correteando por ahí. Pare
de contar.
"bancos" a mode de bar... |
No sabría
decir si me alegré de ver leones, o me entristecí de verlos encerrados. Para
entonces, sólo contaba las horas para ir al aeropuerto, pero recién era
mediodía y mi vuelo era a medianoche…
Decidí
volver al Mercado Sarmanga a comprar algún regalito con el último cambio que me
quedaba. Otra vez el acoso de los comerciantes y los mendigos, me hicieron huir
para siempre.
De repente
se hizo un silencio tan conmovedor como si la tierra se hubiera enmudecido. Los
autos se detuvieron, y cuanto hombre había en la calle, se arrodillaba en su
alfombra, todos con la misma dirección de las cabezas. Debí detenerme yo
también y esperar junto a un árbol, ya que no se podía caminar por ningún lado
sin pisar a alguno o saltar sobre sus espaldas dobladas. Eran las 14 hs de un
viernes, cita infaltable a la plegaria!
En eso me
llamó por teléfono Moustaffa, a quién había dejado un mensaje la noche
anterior, para combinar vernos, despedirnos y devolverle el chip que me había
prestado el primer día. Justo estaba en la zona. Una vez más, el ángel
apareció en mi rescate!
En 10
minutos pasó a recogerme por la esquina del árbol, pasamos a buscar mi valija
por el hotel, y me llevó directo al aeropuerto!!! En su auto super limpio, tanto que yo me
sentía una mendiga transpirada, pegoteada de tierra, desplumados los pelos y
con un cansancio atroz después de la caminata matutina.
Intercambiamos
el chip, y nos despedimos con la promesa que después que él logre llegar a la
Meca, su 2° meca será ir la Argentina. Nunca digas “nunca”, por qué no?
Lo cierto
que llegué al aeropuerto con 8hs. de anticipación, y me parecía el mejor
programa del día! : directo al baño a “lavarme” de arriba abajo, incluídos pies
en el lavamanos ( para eso sirve tener un estado atlético!).
Me despedí
finalmente de las rotas zapatillas y estrené medias y zapatillas nuevas. Lo
mismo con ropa interior y la remera. Una bolsa descartable a modo de ataúd de
las prendas y cuanta pulga las habitaran. Me tomé el rato para el desodorante,
el perfume, el arreglo del cabello, y reaparecer como una personita más
civilizada y limpita.
A
continuación, ponerme al día con los mensajes y llamadas telefónicas,
aprovechando el we-fee del lugar.
De repente
me acordé que no había hecho el cheq-in y me asaltó la alarma de si la empleada
del día anterior había hecho correctamente la reserva. No me daban los dedos
para entrar a la página. Finalmente, falsa alarma! Todo estaba correcto. Por el
momento…
También
recordé que debía rellenar un formulario digital para entrar a España. Ahí
empezó a fallar la conección. No marchaba la página. Intenté 1 y mil veces y
nada. Decidí procastinar el problema para cuando llegara a Madrid. Pero cuando
fui a embarcar, no me lo permitieron sin el QR en el teléfono. Les expliqué que
no era mi culpa, que había iniciado el trámite, pero para ellos sin QR no
pasaba. Empecé a transpirar, a seguir
intentando, no había caso. Después de
hora y pico, y ya no habiendo nadie para embarcar, el empleado de la compañía
–que me había retenido el pasaporte y la tarjeta de embarque emitida- decidió
ayudarme con su teléfono. Y lo logró! Gracias angelitos, también se ocupan de
la tecnología!
Debí correr
a la puerta de embarque antes que la cerraran. Aunque con los nervios debí
perder 10 kilos, volaba con las zapatillas nuevas y la alegría de “IRME!!!”
Agradezco de
todo corazón esta experiencia Senegalesa y a todos los que me ayudaron y
compartieron en estos días, pero creo que a esta altura de mi vida, prefiero
vivir con un poquito de placer y disfrute y no andar sufriendo por problemas
ajenos que no puedo resolver ni mitigar. Tampoco quiero verlos como en una
película a través de las ventanillas, sacando fotos de los rostros cautivadores
de los niños como si de monitos se trataran. No quisiera pescarme ninguna peste
más allá del salpullido que estoy ya sufriendo. Tampoco tuve suficiente caridad
para meterme en un voluntariado y sentirme mejor persona.
Saldo de la
experiencia?:
-me animé y
vine!
- me frustré
y pude dar vuelta el timón!
- darme
cuenta que mi país es maravilloso, a pesar de todas las incoherencias
dictatoriales de los gobernantes de turno, pero aún así, somos civilizados y
concientes.
-Agradecer
todo el tiempo por mi privilegiada vida! por haber nacido en otro lugar y no
tener que vivir aquí!
- Haber
sembrado nuevas relaciones y cosechado sonrisas.
-Apreciar la
Taranga! La hospitalidad y generosidad de la gente.
- Haber
abrazado a un baobab gigante!
Por ahora
esto, el tiempo ya dirá…
Gracias
angelitos africanos por haberme guiado y acompañado! Hasta la próxima! (sólo volvería con un tour todo organizado,
que me lleven de safari directo desde el aeropuerto en un Land Rover! Y me devuelvan a un 5
Stars! Ja! cómo cambió la hormiguita, o
se está haciendo vieja, o está muy cansada, o no era el momento…. Y como en Senegal, el tiempo no existe,
quizás todo esto haya sido sólo un mal sueño…
Hasta la próxima y más divertida historia… Gracias por venir en mi corazón!
Au revoir!!!.... |
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