miércoles, 3 de noviembre de 2021

Afrika Mia

 Africa, flor de regalo de cumpleaños!

Dormí en el aeropuerto de Lisboa, ya que esa mañana estaba anunciada una huelga de metro (subterráneo) y no era cosa de perder el tan preciado vuelo.



A las 11 en punto me presenté en el mostrador de despacho de equipaje. Casi me infarto cuando la empleada de Real Airlines Maroc me dice que no puedo embarcar sin el certificado de vacuna.

Me miró con un asco digna de manicomio (ella o yo?) al escuchar mi declaración de no vacunada.

Le hice revisar la web de la embajada senegalesa, donde a priori, yo había estudiado bien la situación y sabía que no era requisito indispensable. La leyó, y se disculpó, yo estaba en lo cierto. Decía “O certificado o PCR”, así que me recibió mi equipaje y yo retorné a mi ritmo cardíaco.

Recorrí los pasillos hacia la puerta de embarque y esperé al horario asignado. 

A medida que iban llegando los otros pasajeros, me iba asombrando con sus coloridos trajes, tanto hombres como mujeres, sus atuendos en las cabezas, ya sea pañuelos anudados, sombreros, casquetes o como se llamen. Los collares, y pulseras, la enorme cantidad de bolsos y maletas que portan (en esta compañía no hay límites de pesos ni cantidad de bultos! ), en fin, son un monumento a la abundancia, donde me sentía como una caracolita con mi valijita a cuestas, espiando otras historias.


El primer avión que me llevó hasta Casanlanca (oh..Humpry Bogart, Tócala de nuevo, Sam!….) era una cascarita de nuez que se zangoloteaba entre las nubes sin ton ni son.









Allí hubo una escala de 5 horas, donde el paisaje humano ya había cambiado rotundamente. Yo era la única blanca entre un mundo de pieles negras.

Fueron otras 4 horas de vuelo  a Dakar, en un boing grande, repleto de exóticismo, desde los azafatos con saris, la música de fondo de tenor sacro, las luces verdes y rosas fosforescentes en los pasillos, las comunicaciones del capitán en senegalés supongo, como las del estado del vuelo y la forma de colocarse los cinturones y mascarillas obligatorias. Como segunda lengua, aquí se usa el francés, que es la oficial, por haber sido colonia francesa, pero, como pude comprobar más tarde, en los poblados sólo se habla Wolof, así que se me fue complicando un poco bastante el entendimiento mutuo.

 En fin, el de los gestos y las sonrisas es universalmente válido, así que allí apelaremos!




3/11/21

Aterrizamos a la 1 de la madrugada, por lo que no me animé a tomar el último bus hacia la ciudad capital y ponerme a buscar hotel. Tenía una dirección agendada, pero preferí los incómodos sillones de la sala de espera del aeropuerto. Lo bien que hice! 

Este aeropuerto también es atípico, no hay bares ni confiterías, mucho menos free shop de nada, apenas salís del control aduanero, donde no me pidieron más que mi pasaporte (a la merd  mi PCR de 85 euros! Uffff…) hay una parada de bus local, una de taxis, un estacionamiento casi desértico y pare de contar.

Una hora y media en un bus del año ´50, con palanca al piso, cortinitas con flecos, y un chofer bastante antipático, me dejó en una  ”estación”. Diría en un infierno de mugre, arena, taxistas como salidos de un hormiguero ofreciéndome llevarme por precios ridículos (casi tanto como el avión!) y además desconociendo la dirección que les mostraba. Alrededor todo era bocinazos, gritos, olores nauseabundos, carros con caballos más flacos que nunca haya visto, chatarra amontonada, botellas plásticas tiradas por doquier, más un sinfín de trapos, latas, y/o objetos no identificados, más que un infierno dantesco! No era momento para ir tomando fotos. Ni en ese, ni en ninguno, sacar mi cámara hubiera sido un real suicido. Por el valor expuesto, y porque me pareció una afrenta estar mostrando “su” realidad, como objeto de curiosidad.



Tras negarme a todas las ofertas simultáneas y cuasi desesperarme, uno se apiadó de mí y por casi nada, subió mi maleta a su “especie de carro”, todo chocado, desvencijado, despintado y cuanto “des” exista! enfiló por unas calles de tierra entre arenosas y barrosas, con una continuidad de casas desparejas a medio construir, donde niños semidesnudos peloteaban la nada, o mujeres con la mirada perdida, me miraban pasar tras la ventanilla baja, muerta de calor y de asombro!

En pocos minutos arribamos a la dirección del hostel que yo portaba.

Una entrada minúscula por acceso, daba a un salón semioscuro, con el ulular de un ventilador y tras un mostrador precario, los ojos rojos de Omur. De frente, un baobab pintado sobre un muro. Supe que me quedaría allí!


Las instalaciones más que precarias, sin contar que no había luz ni agua caliente, que el grifo de la ducha no andaba y el depósito del baño tampoco. En fin, es lo que hay! Me dije, además de roña y calor.

Dejé mis cosas para averiguar dónde cambiar dinero, ya que allí se manejan con francos senegaleses. La oficina de cambios estaba a 45´minutos a pie! bajo el sol abrasador…  y por las mismas calles embarradas, con cabras y muchísimos seres vivos más! desde humanos a mosquitos! Aún en pleno centro.




billete de autobús



Decidí tomar una especie de colectivo local, pero era como decidirse a tirarse a la pileta de agua verde, confieso que un poquito miedito y mucho asquete… finalmente llegué al centro, tras 2 horas de ese bus! Hubiera podido llegar antes caminando.

Pregunté por todos lados por la oficina de turismo, y nadie supo explicarme. Quise comprar un mapa (Google map sin internet aquí no funciona!) y ni siquiera dí con un kiosco o librería. Todos son puestos callejeros de papas, frutas, herrería, telas, celulares, zapatillas, ollas, collares, lámparas, bolsas de cebolla, lamparitas, ropa, cuadros, muebles, ferretería, etc.etc.etc. todo mezclado con el máximo desorden y en la más increíble mugre. No hay veredas ni líeas divisorias de predios. Es un continuum de mercadillo hasta el hartazgo. 

De repente una plaza central, la llamada “La Independencia”, con pastos altos del año anterior y mugre de hace una década, yergue su monumento central, bordeada de algunos edificios públicos que parecían haber pasado varias guerras. Increíblemente en una esquina, un monumental hotel Sofitel a todo trapo, y con autos negros lustrosos en su aparcamiento, marcaba un hito. Jamás entenderé cómo alguien con dinero suficiente para pagar ese lujo, pueda pensar en venir de turista a Senegal. De hecho no puedo entender que “esto” sea la capital de un país!  El nivel de pobreza, y por ende de pobreza intelectual, está totalmente fuera de mi entendimiento…  Que alguien me lo explique por favor!

Tras pasarme toda la tarde tratando de averiguar los sitios recomendables para visitar, resultó que la recomendación era ir a no sé que puerto y de allí a una isla, que es desde dónde se sacó a los millones de esclavos de Africa hacia Estados Unidos y Brazil!  Con réplicas de los suplicios, las cárceles y los escenarios donde se vendían…. Gracias, paso, no es el tipo de “aventura”  que aprecie.

Volví al hotel exhausta, derretida, hambrienta (sólo seré capaz de comer bananas y mandarinas en los próximos días si el panorama no cambia. Todo el resto es de dudoso origen, incluso el agua!). Primera duchada (¡?) a tacho! Con agua fría obviamente! Y a la cama. 

Perdón, esto no me está gustando naa…

 

4/11/21

Con el poco internet que logré conseguir de a ratos en el hotel, supe que hacia el sur había un bosque de baobas. Allá vamos!- me dije. El problema que nadie era capaz de explicarme ni dónde era la estación de autobuses, ni si había autobuses a esa región, mucho menos los horarios, y ni por asomo el precio presunto.

Todo te lo solucionan con –“Tómese un taxi”.

Cabe aclarar que aquí los taxis son compartidos con 6 o 7 personas! Nada de distanciamiento social obviamente. Y hasta que no llenan su cupo, no salen. El precio se negocia a los tirones, así que hasta aprender la técnica, fui estafada varias veces.

Finalmente “fui transportada” hacia M´Bourne.  Por el camino alegré el alma al descubrir los primeros baobabs en primer plano!  Son gigantes! Crecen aislados, aunque en conjunto a lo largo de los kilómetros, se les llama bosque.






Más tarde aprendí su leyenda:

-Dicen, que como eran árboles que crecían tan grandes y con tanta fuerza, se volvieron soberbios, desafiando a otros árboles, e incluso al Creador.

Finalmente Éste se hartó de la altivez de los baobabs, y los arrancó de la tierra y los arrojó boca abajo. Es por eso que lucen como raíces patas pa´ arriba!

Aunque a mí me parecen bellísimos, tanto me recuerdan al Principito….

Resultó que para ir a la Reserva Sambia, donde había uno de más de 1000 años, debí tomar otro taxi. Nueva pugna con los choferes de turno!  Desgastante! Y todo bajo 40°C de calor…  Me pedían 8000 francos para un trayecto de 20 kms, dejándome sobre la ruta y no en la entrada del Parque, 1 km. más adentro.

En un momento, Moustaff, como salvador angelito negro, me rescató! Y por 1000 Fr. Me llevó hasta la recepción de3l Parque. El problema era que ya era tarde para entrar porque en 1 hora cerrarían…



Increíble como se pasó el día! En nada! en averiguaciones, y un traslado de 89 kms.! Tan frustrada me habrá visto, que se ofreció a llevarme de vuelta a M´Bourne, donde dijo conocer un pequeño hotelito para pasar la noche y que al día siguiente, me volvería a buscar para traerme temprano al Parque.

Y todo por el primer y único precio, un SANTO!!!

Eso sí, debía esperar hasta las 10 de la mañana, porque antes tenía un cliente ya contratado. ¿Qué problema? Podría dormir un rato más para reponerme….

El “hotelito” resultó indescriptible!  La dueña una amorosa que sin entendernos ni una palabra, me otrogó un lugar, por así llamar a la pieza asignada. El resto me lo reservo….  





Al cerrar la puerta contabilicé 2 mandarinas y 1 banana en mi mochila, y me dí por cenada. No se me ocurriría ni por asomo, salir a la “calle”.

 

5/11/21

Salvo una nube de mosquitos con los que cohabité durante la noche, me desperté repuesta y con todas las ganas!

Ganas de desayunar!

La dueña me trajo un vaso con agua caliente y por suerte yo siempre tengo a mano sobrecitos de azúcar y saquitos de té. Las facturas se las debo para el año próximo…  

Salí a ver los alrededores aprovechando “la fresca” y descubrí que el hotelcito daba a la playa! O mejor dicho, al mar. Porque la playa,  lo que menos parecía ser, una playa, sino más bien, un basural indescriptible….  






Y para que vean que no exagero, los limito a las fotos. Terrible!!!   ¡Cómo puede haber en el mundo, al día de hoy, tanta inconciencia!?  Tanta ignorancia!!!....  Una pena irreparable…   No creo que esto cambie para esta gente, en los próximos 300 años…   Faltan siglos de educación y evolución, si es que nos los tapan los residuos….

Decidí cerrar mi corazón a las críticas infructuosas, y destinar mi día a agradecer por estar en plena libertad y disfrute de mis derechos, aunque lo del disfrute, está por verse….

A las 10 pasadas llegó Moustaff a buscarme tal cual había sido su promesa del día anterior. Directo a la Reserva Bandia!  Justo había una familia que iniciaba la ruta y me permitieron compartir la 4 x4 y el guía contratado! Casi me atraganto con el precio de la entrada, pero no era momento para dudas, así que opté por “el disfrute”.



A pesar del calor sofocante, el frescor entre los árboles daba consuelo, y la alegría ante el descubrimiento de los primeros animales, disipó cualquier inconveniente.

Entre monos, jabalíes, jirafas, cebras, avestruces, cocodrilos y otras especies fue pasando la jornada, entre acacias y baobabs gigantes.








































 












Paramos frente a un baobab, que según el guía, hasta el año 1960, oficiaba de depósito de muertos en el interior del tronco. De hecho, por un agujero, se podían ver los cráneos. - Bonito final para mí, pensé. Aunque quizás sea más elegante, quedar en cenizas entre las raíces, que andar doblándote toda para entrar por un agujero. En fin, para entonces, ya no tendré que ocuparme en decidir nada…

Tras la visita, la familia me invitó a un almuerzo en el bonito restaurant del lugar. 


Hacía 48 hs que no probaba nada decente, así que dejé la timidez a un lado, y acepté gustosa. Y hasta helado y café!, un lujo! Todo amenizado con los monos que no dejaban de pasar entre las mesas, tratando de robar algo, aunque más no sea, las pajitas de los refrescos. Super divertidos!







A media tarde nos despedimos, y uno de los mozos del lugar, me llevó a la parada de taxis –distante 15 kms.- para rumbear al delta de Siloum Riviere, tal como dicha familia me recomendó.


Lo cierto es que el taxi que me dijo tardaría 1 hora en llegar, se tomó 3! Y en vez de dejarme en el pueblo pedido, me dejó en otro a 39 kms!. Ya había anochecido y comencé a desesperarme un poquito…  No tuve más remedio que tomar otro y confiar….

En determinado momento, se me agotó la confianza, porque me dí cuenta que el chofer no tenía idea de adonde le había pedido ir: Djilor. Daba vueltas por rutas oscuras nada amigables y comencé a temer por mis pertenencias (a esta altura, no creo que nadie pretenda violarme, ja!).  Así que cuando ví una especie de restaurant con las luces bien prendidas, le pedí que se detenga allí. Más rápida que una ardilla, me bajé con mi bolso bien apretado bajo mi brazo, le extendí el dinero prometido y le pedí sacar mi valija del baúl. Refunfuñó un poco acusándome que no le tenía confianza. No me detuve a discutirle nada, entré dispuesta a recibir ayuda y allí la obtuve.

La dueña del local me tranquilizó, llamó a un hotel cercano de su confianza, y en pocos minutos vinieron a buscarme. Salvada! O cobijada! O bienllegada! , como quieras mirarlo.

 Lo cierto es que el hotel, bien parecido al de la película “Marigold Exotic Hotel” en la India, se acuerdan? Ése que se caía a pedazos, y el jovencito que lo administrataba, trataba de disuadir a los turistas americanos de la 3° edad de los problemas evidentes. Bueno, así, pero peor!




Agua estancada desde el año anterior....




Vista desde el balcón

los alrededores...


No lograban darme una habitación que se precie de tal: la que no tenía lavabo, no tenía cerradura, la que no prendía la luz o no salía agua. O no funcionaba el aire o no abrían las ventanas. En fin… la 7° fue la vencida! Eso sí! con sábanas con agujeros y cucarachas bajo la cama. A la mañana siguiente, mi valija amaneció llena de hormigas…

Obviamente, yo era la única “turista” en ese miserable pueblito. El dueño estaba tan contento de recibirme, que me abrió una cerveza en el patio, junto a la pileta de estancadas aguas verdes, en una silla de plástico reseco de tres patas. En fin, es lo que hay….

 

6/11/21

Debo confesar que a pesar de la “decoración” del cuarto, me dormí todo! directo hasta las 9 de la mañana!

Los pajaritos me cantaron el "Feliz cumpleaños" y respiré profundo, agradeciendo la Vida.....

El modesto desayuno consistía en una bebida “UFO”, por lo que apelé a uno de mis saquitos de té, y un pan con manteca (seguramente del día anterior o más anterior, a juzgar por su dureza).

Dodó, el muchachito de la limpieza (¡?), se ofreció a darme una vuelta por los manglares de la zona, en su motito. Acepté gustosa, ya que la seguridad de las piraguas no me parecía tal!  La verdad, la de la motito, tampoco. Pero al menos, si nos caíamos estaríamos en tierra y no en el estuario.



















La verdad es que no entendí a qué se habrían referido los que me recomendaron este lugar, porque para ver pajonales en agua marrón, me quedaba con el delta del Tigre en Buenos Aires. No hacía falta venir hasta aquí…  En fin, quién me manda inventarme estas aventuras?

Lo bueno fue que pude ver bien de cerca las aldeas locales, su gente y su forma de pasar el día. Lastimosamente sentados esperando vaya a saber qué, o recogiendo cacahuetes a mano, doblados sobre una tierra reseca, 








o buscando agua en el pozo comunal con los asnos, u ofreciendo productos en sus mercados, o cocinando vaya a saber qué, en ollas de puchero en la calle, o saliendo a la pesca en sus largas piraguas, o simplemente mirándome pasar como quien ve un fantasma intergaláctico. Está claro, que allí la extraña era yo!

Debo admitir que pasé un buen rato. Quizás con más adrenalina que la recomendada, ya que a cada rato patinábamos en la arena, o chocábamos con una vaca blanca o un niñito negro.




Allí no hay calles, ni rutas, sino caminos en todas las direcciones posibles. Ergo, se hace camino al andar, y al volver la vista atrás, se ven las montañas de basura acumulada, las termitas gigantes de hormigas laburantes, palmeras asadas al sol, gallinas por doquier, bostas, nylons, botellas, zapatillas u ojotas solteras olvidadas semienterradas, latas, malezas, conchas de mar, huellas de ruedas de labranza a mula, y cuanto prehistoricismo imagines….

Volvimos transpirados como si hubiéramos atravesado el Sahara. El patio y una jarra de agua helada, me parecieron un lujo afrodisíaco! Todo es relativo en esta vida…

Me quedé escribiendo y ordenando fotos en una mesita de dudoso equilibrio y segura mugre.

Al rato llegó el dueño y me invitó a almorzar a su casa y a su "piscina"  (¿?). Los 40°C no me permitieron negarme. Su esposa había preparado fideos con pato. No era cuestión de andar explicando mi vegetarianismo, sino más bien de AGRADECER lo que el día otorgaba. Tras los postres, el chapuzón! (Otro Milagro cumplido en la lista de los deseos).

Volví al hotel con la excusa de una siesta, pero lo que realmente añoraba era un aire acondicionado!

Recién a la caída del sol asomé el morro. Caminé un poquito hasta la Riviera, pero el barro y los mosquitos, me mantuvieron a suficiente distancia de cualquier deseo. Me dirigí al restaurant “Cocodrillo” donde había sido recibida la noche anterior. Le agradecí su trato a la dueña y brindé conmigo misma, con una refrescante cerveza. Fin del día de mi exótico cumpleaños!




 

7/11/21

Dispuesta a ir a Tambacounda –aunque no sabía muy bien a qué- continuando mi dirección hacia el este: Mali, etc…, salí tempranito a tomar el taxi compartido (Blablacar A.C.) (Antes de Cristo). Hubo que esperar un buen rato a que se llenara (con otros pasajeros)… y finalmente nos ubicaron dentro a 8! En un auto diseñado para cuatro.

A los tantos kilómetros, en Yousbundum hube de cambiar de taxi, ya que el anterior, mentiroso!, no llegaba a Tambacounda. Allí conocía Awa, una hermosa mujer que me explicó que con ése tampoco llegaría, que en Fatick debería cambiar a otro hasta Loastck y ahí finalmente tendría un bus directo!!! a Tambacounda.  Según mi Google map, eran 500 kms a hacerse en 6 horas, pero por esas cosas senegalesas, tardé 12!!!  (3 horas esperando que se llene el #taxi-bus” del último tramo, más todas las paradas alternativas que se mandó en cada esquina, donde bajaban y subían personas, cabras, colchones, maletas, televisor (del año ´60!) y otras posesiones.

En fin, agotador! Por supuesto apiñados peor que sardinas en lata, y con 40°C de sensación térmica. Por suerte, me rindió la botella de agua, sorbo a sorbo…  aunque no el dinero previsto, ya que todos cobran el doble de lo que te dicen que va a costar. Te tenés que pasar discutiendo el regateo, y encima te dejan donde el diablo perdió el pocho, la mierda misma!

Al llegar a destino, ya era de noche y todo oscuro, no me quedó otra que confiar en el mototaxi que se ofreció a llevarme a un albergue “económico”, a mí con gran maleta, bolso y ridículo tapado en el brazo izquierdo.

El aubergue me dio repugnancia!!!! Pero no tenía escapatoria: o “eso” o la calle…

El abusador de turno pretendió cobrar 40 euros por esa pocilga!  Uffffff…..

Por suerte tenía en mi valija, mi bolsa de dormir, para colocar encima de las supuestas "sábanas" (¿?)  que reposan sobre una dudosa goma espuma mordisqueada por ratas, entre muros despintados, quebrados los revoques, los cables colgando afuera, sin mesa, ni silla, ni toalla, ni papel higiénico!  El baño privado se limita a un foso “inmirable” y una canilla colgando, sin agua!! en la pared, a la altura de la rodilla (lavabo? ducha? Qué sería?) . Hasta me daría vergüenza mostrar las fotos…

En fin, cerré los ojos, y la boca del estómago, obvié los distintos bichos circundantes, me hice una especie de lavado express y ya estoy horizontal escribiendo hasta que las pestañas se me cierren solas… Ahora! Bye!

 

8/11/21

A las 6 de la mañana, unos gritos (¡?) provenientes del parlante de la mezquita más próxima, me despertaron con  “la oración”. Enseguida escuché unos pájaros y el mugir (¿?) de las cabras de la calle. Ya no pude seguir durmiendo. Las aspas del ventilador sobre el colchón amenazaban caerse sobre mí en cualquier momento.

Decidí salir de allí cuanto antes. Me lavé, cerré la valija y abrí la puerta de la habitación.

No había nadie en el “hotel”. Estaba cerrado con llave…

Comencé a llamar a través de la puerta por si había alguien del otro lado. Unos minutos después apareció un muchacho en calzoncillos, con cara de dormido, preguntando que quería.

-“¡Salir!”- ir al centro era mi único deseo, además de un desayuno.

Me asomé a la calle, por la que había llegado a oscuras la noche anterior, y ví que era imposible trasladarme por el fango y la caca humana y de cabras, con mi valijota. Le pedí que llamara a un taxi.

Veinte minutos después, llegó una motito que no quiso llevar mi valija.

A unos metros vi un auto estacionado y varios hombres. Me acerqué a preguntarles si alguno sabía dónde era la “Oficina de información Turística”, o algo similar…  a falta de internet, no podía ver mi teléfono para saber donde merd estaba ni que había más allá de mis narices.

Uno se ofreció gentilmente a llevarme por 2000 francos. Enseguida me dí cuenta que no tenía ni idea de adónde era y empezó a dar vueltas y a alejarse de lo que mi radar personal me indicaba. Por gracia divina nací con un GPS instalado en mi mente y mi memoria.

Comencé a discutirle y le pedí que me lleve a la oficina de Policía. Por suerte accedió, y tras otro montón de vueltas por las embarradas callejuelas, me dejó frente a la comisaría. Le dí 500 francos y lo despedí sin rencor. Un montón de gente aguardaba para ser atendida, o vaya a saber qué esperaban tirados por el suelo…   Me hicieron pasar muy amablemente y la verdad, es que me atendieron muy bien, a pesar de la dificultad del idioma.

Les relaté todo lo difícil que había sido llegar hasta allí para ver “los árboles de Africa”. Obviamente parecía una locura! Y no lo niego…

A ningún turista con cerebelo se le ocurriría venir aquí sin información, sin conección a internet, sin un guía, y con poco dinero.

Lo cierto es que tras preguntarme veinte veces lo mismo, y ver que realmente estaba interesada en conocer el país, su gente, y su Naturaleza, accedió a ayudarme. Dijo que llamaría a un amigo que es “botánico” y que tiene un “campamento ecológico” en las afueras de Tampacunda. Que él podría enseñarme todo lo referente a los árboles y hacerme una visita al Parque Niokolo.

Tuve que esperar 1 hora sentada en la comisaría hasta que llegara Kalyat. Se presentó como un guía que hacía 30 años acompañaba a los turistas a conocer la región. Me pidió 160 u$s por el día!  El “favor” me resultaría imposible!  Me negué categóricamente, y quise averiguar cómo volver a Dakar, a cambiar mi pasaje de dentro de 90 días para el día siguiente! Basta de Senegal para mí!!!  Siento que todos pretenden robarme! Te ven blanca y piensan que sos europea con euros y dicen cualquier cosa!!!!

Mantuve la calma…

Pareciera ser que el único bus disponible parte a las 20 horas.

Entonces me propuso trasladarme a su “campamento ecológico” para reposar y comer, hasta la noche que me trasladaría a la partida del bus.

No me quedó otra que acceder, sino, debía quedarme en la comisaría sentada hasta la noche.

Visualicé un campamento con tiendas de campaña, con tules blancos alrededor, la fogata con Robert Redfort u Omar Shariff…  como en las películas…   OH!!! Hollywood!  Que nos has mentido tanto…!

El campamento resultó ser un conjunto de chozas prehistóricas, en una tierra desértica, con unos pocos árboles medio raquíticos, con cabras hambrientas por doquier, mascullando botellas resecas aplastadas, tetrabricks, latas de sardinas, papeles de galletitas, hojitas de afeitar, una pelota de plástico reventada, chapitas de botellas, trapos, semillas caídas del árbol, y manojitos de yuyos resecos que intentaban salir de la tierra reseca.


La recepción






Algunas vacas blancas, con cuernos y mirada inquisidora, merodean cerca de las tablas que me han puesto a modo de mesa. Debo mantener el equilibrio para no caerme de la supuesta silla. Corre un aire caliente que te va adormeciendo.

A cada rato, llega alguien a saludar al propietario. Intuyo que vienen a ver a “la blanca”, o sea, yo!  Dan un vistazo y se van sin poder hablar de nada… Alguno hasta me tocó el hombro para comprobar mi piel. O decirle a sus amigotes “que tocó a una blanca”. En fin, ni me molestó.

Yo saludo con mi “Bonjour” medido, y sigo escribiendo, tratando de cerrar las fosas nasales, pues el ambiente apesta….



Igualmente sé que estoy bien, no hay amenazas, confío en esta familia que “me cobija”. Fátima es la esposa del propietario, tiene un niñito de alrededor de 3 años que llora y grita cuando me ve. No se anima a acercarse. Las cabras van tomando confianza y ya me mordisquean las zapatillas, y están a punto de robarme las manzanas que Fátima, generosamente, me entregó a modo de bienvenida.

.



¡A no quejarme!!!  Yo sola me metí en esta “aventura” y sé que voy a salir airosa, vivita y coleando como tantas veces en mi vida. La pregunta es:

-“¿Qué vine yo a aprender aquí?”.

O -“Qué puedo yo dar aquí?”….

Quizás el tiempo me lo dirá, porque por el momento, es una gran, gran, grandísima incógnita!  ¿Cómo hago yo, inconscientemente, para caer en estas situaciones?  ¿Por qué no seré una mujer más normal, que contrata un crucero por el Caribe? (por la misma o menos plata!). ¿Cómo podría llegar a ser que algún día encuentre un compañero “normal” para compartir la vida, si termino metiéndome en parajes tan exóticos y en semejantes locuras? ¿Cuándo voy a sentar cabeza???  Ya estoy grandecita para estos trotes….   Por otro lado, no deja de ser “buen material” para relatos de viaje, Ja!  Espero no se asusten, y puedan acompañarme hasta las últimas consecuencias! Ja!

Ayer me sentía presa del chofer del bus que me hizo esperar 3 horas antes de la partida, sin explicarme nada, ni a qué hora partiría, mucho menos cuándo llegaríamos a Tambacounda. Hoy estoy en una especie de “retiro” a la espera del supuesto autobús nocturno.

Por de pronto, esta vez, me está ganando la cordura, y estoy decidida a regresar a la capital y de allí volar a la civilización (Europa). No más intentos de atravesar África para llegar al inicio del “Cinturón Verde”, en Kenia,  como era mi objetivo. Si para avanzar 600 kms. tardé 1 semana y ya estoy agotada, se imaginan para 8.600 kms.? más la vuelta???  Con toda la suerte 11 semanas para ir, los 3 meses previstos, si todo funcionara bien. Suponiendo que la vuelta a Dakar la pudiera hacer en un avión, cosa que es altamente improbable. O a qué costo???   Y no me refiero sólo al dinero, que obviamente, a este ritmo,  no me alcanzaría ni para un tercio del trayecto, sino el costo emocional y físico. Es imposible vivir sin comer, y no estoy dispuesta a diarreas por ingerir vaya a saber qué. Y el costo emocional de mis hijos y mis amigos que me acompañan “moral y virtualmente”. No tengo derecho a preocuparlos!  No se trata de eso el compartir un viaje. Es verdad que para conocer lo desconocido, hay que vivirlo en carne propia, pero a esta altura, ya me estoy convenciendo que es mejor mirar un documental por Youtube, y no arriesgarse tanto!  Ni hablar de si me pesco fiebre amarilla, violeta, malaria o la que sea!  Ya esta mañana amanecí toda picada de no sé que salpullido en brazos, piernas y abdomen, y eso que usé mi propia bolsa de dormir!  Y me vengo salvando de cualquier clase de diarrea!

Agradezco al Universo, a los ángelitos y a todos Uds. la fuerza y el ánimo que me dan para sobreponerme a esta “aventura”, y tratar de llegar a un final feliz. Mientras tanto, a seguir aguantando… falta poco!

Ya la cabra terminó de destrozarme la zapatilla! Y no quisiera patearla, al fin y al cabo, esta es su casa, yo soy la intrusa aquí. Como anoche las cucarachas, no pude matarlas, sólo las corría de arriba de la cama a los manotazos hasta que me ganó el sueño. Debo admitir que anoche no hubo mosquitos! Aunque vaya a saber de qué son las picaduras..ja!  Ya va pasar… tranquila…

Me acabo de dar cuenta que anoche me dejé mi toalla en la otra pocilga! Como no me animé a usar la que colgaba del “baño” (¡?), saqué la mía de la valija y hoy me olvidé de agarrarla antes de partir… En fin, hay cosas peores…

Otro detalle al paso: anoche, al descender del bus-colectivo, se me enganchó el vestido en un clavo del asiento y se me rasgó todo un costado. Lástima! Era bonito y el más fresco que tenía.( Aunque no el más limpio. ).  Esta mañana decidí ponérmelo igual! Es imposible no llenarse de tierra y oler a transpiración a los 5 segundos de terminar tu “lavado corporal”. Por otro lado, no hay a quien lucirle, y mucho menos, seguir rompiendo otros atuendos durante la incierta jornada….  Eso sí! mi cabello luce impecable! Hace tres días que adopté el sistema “pañuelo en la cabeza” a la usanza de las mujeres de aquí. Ahora comprendo por qué siempre van ataviadas con semejante croquetería en la cabeza. A decir verdad, son muy elegantes. Sus vestidos apretados con volados en la cola, en el pecho y en las mangas, siempre combinan con sus pañuelos. Son telas duras, brillantes, con cuerpo! No entiendo como aguantan el calor con todo eso grueso y manga largas. Incluso los hombres, van con esas camisolas largas hasta las rodillas, portan escarpes que se enroscan en la cabeza y dejan colgando como bufandas, al estilo Principito. Será un modo de combatir el calor, pero no estoy dispuesta a probarlo. Prefiero andar con mi solerito de breteles ajado, sucio, pero fresquito! Nadie me ha mirado mal por eso. Le pregunté a una mujeres, si no era en contra del islamismo, o si era provocación, y todas concordaron en que por aquí no. Los musulmanes de Senegal son mucho más abiertos con “los cristianos” que en Maroco u otros países del Norte. Aquí no hay problema de mostrar los brazos, las piernas, el pelo y la cara descubierta. Menos mal! No soportaría ni un trapo más sobre mi piel!  Los 40 °C  me están matando…  ¡A no quejarme!...  ya va a pasar….   Me lo repito como un mantra para mantener la calma,  mientras las moscas me silban sin cesar alrededor….

 

Me acabo de hacer amiga del hijito del propietario. Se ha acercado de a poco, intrigado por la computadora. Me miraba de lejos, hasta que tomó confianza y empezó a tocar todas las teclas. No me quedó alternativa que sentármelo en la falda, y escribir con él a mi lado. Esto es lo que se diría “una verdadera inmersión cultural”!!!, por no hablar de inmersión en la Naturaleza salvaje, ja!

Al rato llegó Fátima, la mamá, con una enorme olla con un guiso de un arroz partido, trozos de alguna carne (intuyo que cerdo), mucha cebolla, Y MUCHÍSIMO PICANTE!!!  Metió un cucharon y me sirvió una más que generosa ración con una gran sonrisa. Agradecí con otra tan generosa y grande como la suya, y me lo devoré! 



A decir verdad, sólo pude con la mitad del plato. Le pedí me lo guardara para más tarde…  No me entraba más, y picante con sed es terrible…Ja! Cuando me acordé que aún tenía un poco de agua en mi bolso, la botella ya ardía! Y no me atreví a pedirle más agua a ellos. Bastante me estaban dando…  Además acaban de sentarse en cuclillas o en unos trocos en el suelo a comer con las manos. No quería importunarlos, aunque me permitieron sacarles una foto. El sol es tan fuerte, que me salen todas a contraluz oscuras, o se me velan por el reflejo. Aquí hay tiempo de sobra para medir la exposición, pero sería invasivo estar esperándola, así que a disparar y que sea lo que Deus quiera….




Con la panza llena y el ventilador dispuesto en la habitación, no pude resistirme a entrar en mi choza N° 5 (en las demás no hay nadie) a una buena siesta.

Debo confesar que me sorprendí para bien. A pesar de la precariedad, ésta sí estaba limpia! Paredes blancas rodeando la cama fija empotrada en un zócalo de material igualmente blanco que alberga el colchón embutido, con sábanas viejitas pero fiables. Los postigones cerrados para evitar la entrada del calor y las moscas. El piso de cemento alisado podría ser el de un shopping de otras latitudes. Y el cieloraso cónico de pajitas prolijamente bien dispuestas, y sin bichos! O al menos, unas pocas telas de araña, pero muy por allá arriba en la punta del cono!




Baños externos nena- nene



ducha con vistas!



Kalyat me trajo un multi prolongador para poder enchufar la computadora, el teléfono y el ventilador al mismo tiempo. Y hay electricidad, todo un lujo!!! Para el we-fee, habrá que esperar otro emplazamiento. En fin, más que Agradecida!!!

 

Tarde de siesta y mucha lectura y escritura, qué placer!

Para completar el pantallazo cultural, haré a continuación un breve resumen de las “sorpresas” y/o diferencias al venir a Senegal:

-         +  En la cola para embarcar el avión, eran todas personas “de color”!!! y yo la única blanca!

 

-         + Los colores y las formas de sus vestimentas! Ni hablar del calzado o los gorros y pañuelos anudados en la cabeza. Hombres con especie de pijamas y sandalias, mujeres con coquetos vestidos entalladísimos onda Morticia Adams, pero de colores a full y muchos volados.

 

 

-         + La cantidad de bolsos, valijas y paquetes que portan. Pareciera que cada uno es una mudanza en sí mismo. Y la compañía aérea no cobra sobrepeso ni pone límites de cantidad!

 

-         + El comandante da su presentación de bienvenida a bordo en “senegalés” (wolfo) y después en francés, 3° en inglés.

 

-          +Los azafatos son todos varones.

 

-          + Me dijeron que aquí está sancionada la homosexualidad con pena de muerte. No sé si será verdad, pero estos muchachitos no tienen ni un pelo de maricas.

 

-          - En inmigraciones “sólo” me miraron el pasaporte sin hacerme ninguna pregunta.  Los empleados atrás del vidrio, ninguno usaba barbijo.

 

-          - En el aeropuerto de Dakar no hay ningún bar, ni restaurant, Ni oficina de informes. Sólo una agencia de cambio de dinero y una de remises.

 

-         -  El baño del aeropuerto no tiene inodoro, ni provee papel higiénico, ni jabón, ni nada para secarte las manos. Hay una plancha enlozada en el piso a modo de letrina y una manguerita para enjuagarla tras su uso. Estaba impecable! Una señora los revisa continuamente.

 

-         -  El bus al centro era una catramina del año ´50. Aún funcionaba…

 

-          - Por la ruta de ida hacia la ciudad, muchísimas casa en construcción, pero todas sin acabar. Ladrillos grises sin revocar ni techar, hierros oxidándose al aire. Sol abrasador y sequedad blanca en la tierra roja…

 

-         - La entrada a la ciudad era un infierno de bocinazos de autos, colectivos, camiones, chatas, todos chocados, rotos, despintados, sucios, maltrechos, viejos, pintarajeados, ruinosos, entre burros, cabras, vacas blancas y cualquier tiro a sangre imaginable. Un moscardón de motitos interminable surfean por entre medio de todo ese infierno. Todo a paso de hombre debido a los embotellamientos. Nadie respeta los carriles ni las manos, todos hacen cualquier cosa para avanzar! No hay veredas, mucho menos límites.

 

-          - Un ejército de barredoras, munidas de unos palos con una desplumada palma en la punta, junta la arena del camino y va haciendo pilones cada tres metros. Otros atrás, la juntan con pala a unas maltrechas carretillas, para arrojarla más allá del ex guardaraid, si es que lo hubiera o hubiese…

 

-          + Es la peor mugre que ví en mi vida! Peor que El Cairo o La Habanna! Es como una grandísima e interminable villa miseria,  la porteña 31 sería el equivalente al Sheraton en comparación con ésto!  Indescriptible…

 

-          + El centro de la ciudad es una continuidad de puestos ambulantes despatarrados a modo de mercado. No existen los locales, porque no existe línea de edificación. Todo es adentro y afuera al mismo tiempo, invadiendo el espacio público. Las calles son cloacas abiertas, aún en pleno centro. La pobreza es tal que no se distingue entre mendigos, mercaderes, o transeúntes. El barro se mezcla con aguas servidas verdosas.

 

-          + No hay perros, ni gatos. Nadie podría darles ni las sobras. Los caballos de tiro de los carros, son esqueletos en 4 patas.

 

-          + Aquí es la antítesis de la industria de apaciguar la soledad con mascotas con collares de diamantes, aquí se reproducen las familias y el hambre!

 

-         +  Muchos hombres andan con el rosario musulmán en la mano todo el tiempo, aunque también los celulares, como en todo el mundo.

 

-         + Otra constante costumbre es sacarse los mocos sin pudor todo el tiempo, tanto hombres como mujeres. Regodean su dedo índice con gran ímpetu dentro de sus orificios nasales, hasta extraer los sobrantes internos. Creo que ésta es la causa de la formación “ancha” de sus fosas respiratorias, podría aseverarlo!

 

-          - Cada tantas horas, y ante el llamado a la oración, los hombres extienden sus alfombritas, se sacan los zapatos y se hincan de rodillas, frente al piso e inician el ritual gimnástico en dirección a la Meca, todos al unísono, por algunos minutos. Luego se levantan como si nada, y siguen con lo suyo, previo lavarse los pies con unas pavas de aluminio machucadas.



 


-         + Cada dos por tres ves mezquitas, de distintos tamaños y cada cual en peor estado de conservación, como en Europa ves iglesias o catedrales. Sólo los hombres pueden entrar. Éste y otros atributos hacen de este país, un monumento al machismo.

 

-          + Todos hablan muy fuerte como peléandose todo el tiempo. aunque parece ser lo normal porque todo se regatea a voz en cuello, y pidiendo la opinión de los que están alrededor. Las mujeres no se quedan atrás a la hora de hacer valer sus derechos.

 

-          + Aquí son tan pobres que el pan, tipo baguette te lo cortan como fiambre, y te lo envuelven en un trozo de papel de diario!


-       + De fruta sólo hay bananas, mandarinas, y manzanas verdes. Y grandes montañas de sandías por doquier. No veo verduras por  ningún lado, solo bolsones de papas, de cebollas y de ajos.

 

-          + No encontré la oficina de turismo por ningún lado. Mucho menos una librería o kiosco donde comprar un mapa. No hay we-fee en ninguna parte, sólo en el Sofitel, único gran hotel a todo lujo, inexplicable!!!

 

-         +  Cada tanto veo grandes autos negros lustrosos polarizados, últimos modelo, con un francés dentro, y alguna jovencita negra a su lado. No quiero prejuzgar, pero me suena a prostitución de luxe. De “ellos” obviamente!!!

 

-          + Si es que lográs que alguna vez salga agua de alguna canilla, ni se te ocurra tomarla. Aunque la envasada tampoco me da ninguna certeza, y me siento culpable de comprar plástico, pero al menos no voy a morir de sed…

 

-          + Juro que no he visto ni un solo tacho de basura en “ningún” lado. La gente arroja las botellas, las latas, los sachets de agua, las cáscaras de banana, y cuanto papel o desperdicio consideren, sin más, a la mismísima superficie donde estén parados o el bus o taxi transitando. Así es como todo está “alfombrado” de basura.* anécdota próxima: yo no sé qué hacer con mis basuras!!!

 

-          - También he visto gente, viejos en su mayoría, con la espalda deformada, andar en cuatro patas (sin apoyar las rodillas y con ojotas en las manos, aunque descalzos los pies) recogiendo cáscaras en mugrosas bolsas de nylon. Realmente se me anudó el corazón de impotencia.

 

-          + He constatado que aquí casi nadie tiene canas, aún la/os muy vieja/os tienen sus motas renegridas, apenas unos pocos tienen la barba blanca, y son menos aún los pelados (no es moda). Aunque la mayoría del tiempo todos tienen la cabeza cubierta con algo, no sé si por religión, o para preservarse del calor y/o la tierra.

 

-          + Aquí el 90% de los hombres son de flacos tirando a escuálidos, lo mismo que los niños y niñas; pero las mujeres son más bien rellenitas, muy bien dotadas de pecheras y colas.

 

-          + Los atardeceres aquí son impresionantes! El sol completamente naranja, enorme, se desliza en el horizonte entre una neblina que pareciera le hace foco de agrande. Una belleza!   A continuación la noche es más negra que nunca…  Al rato aparece una luna finita, en cunita horizontal, junto a un lucero brillante y poderoso. Nunca había visto este conjunto en esa posición, maravilloso… Y además la luna sale del mismo lado que el sol poniente, bizarro…

 

 

Descansé durante las horas de más calor y me asomé a eso de las 6 de la tarde. La familia de Kalyat se había reproducido!  Una multitud de mujeres, niñitos, y muchachos, tendidos en alfombras bajo “el árbol” , conversaban amenamente y reían cada dos por tres. Hablaban en su lengua “no oficial” y todos estaban esperando conocerme!






Una le hacía trencitas a otra más jovencita, Bababur lavaba su triciclo cual su primo mayor lavaba su moto. Otros jugaban con sus celulares. Fátima partía arroz en un gran mortero. La hermana de la hermana, bañaba a su bebé en un tacho, para luego colgárselo a la espalda en un trapo anudado bajo el pecho, con una destreza propia de malabarista. El bebé chocho!  

Otra prima embolsaba jugo de Baobab: tras haber remojado y molido las semillas, las remolvió durante horas hasta formar una pasta agregándole azúcar para que largaran el jugo. Todo eso en una gran palangana plástica. Luego con un jarrito, tomaba una porción y la vertía en bolsitas plásticas que otra jovencita le alcanzaba. Colgándolas en el aire, las hacía girar para cerrarlas terminando cada bolsita con un nudo. Las colocaba en una bandeja, de ésas que mañana colocará sobre su cabeza, para salir a vender por la calle…  Ante mi curiosidad, me dio a probar! Sentí tocar el cielo con las manos! Por un lado era un placer de sabor, por otro se cumplía lo que el señor que me había llevado de Calpe a Altea en España hace unos meses atrás, se acuerdan del jardinero que leía a Krishnamurti?   Él me había recomendado exactamente esto: beber jugo de baobab como el más poderoso nutriente! Encima esta señora me vió tan entusiasmada, que me llenó y regaló una botellita (de las de plástico vacía). KAMANDA!!!!!   Lo que en Senegal significa “Todos somos todo!” o algo así. Quiere decir que ellos viven todos juntos, y que todo se comparte, que todo es de todos!  Lo cierto es que entre todos hablaban y reían, aunque yo no entendiera ni jota!  En lo que sería la casa, especie de cuartos con cortinas que daban a una galería de hojas de palma en dudoso estado de equilibrio, con las cabras entrando y saliendo de “ese espacio” (living?), reinaba un televisor plano de 40” !!! con una novela a todo color, y propagandas como en cualquier programa. Lo extraño para mí, era ver que todos los actores eran africanos, obviamente! Por sus rostros oscuros, sus trajes, sus gestos, y no era un documental, era una novela romántica! Con pausas y miradas lentas como cualquier novela mexicana o brasilera. ¡Qué absurdo de mi parte pensar que allí no habría actores o productores que hicieran las cosas “a su manera”!  Qué África no es solamente un país de documentales, aquí hay Vida real!  Y aunque vivan de cuclillas en la tierra, tienen su propio modo de ser en un mundo diferente, auténtico, con sus costumbres y sus valores. Su sencillez y generosidad! No sé cuántas familias occidentales, te permitirían pasar la velada en el interior de su hogar, sin intentar demostrar nada ni armar un circo, sin ni conocerme ni entender una palabra más que el saludo inicial y las sonrisas siguientes. Pasé una tarde hermosa! Totalmente inesperada!

Y para mi sorpresa…. Kalyat me dijo que esta noche no me voy nada. Que me consiguió la visita gratis al  Niokolo Koba National Parc  como regalo de cumpleaños!!!!!  Que mañana me pasa a buscar a las 7 am. que esté lista, y él me lleva, (150 kms. distantes de aquí.) y que ya arregló la vuelta!   Se puede creer semejante regalo-milagro!!!!   Si éstos no son ángeles negros, los ángeles dónde están?

Contenta y agradecida con la visita a la familia, y ya bien anochecida, volví a mi “choza”. Como había dejado el ventilador apagado por prudencia en el consumo, resultó que al abrir la puerta, me sentí como un pan dorándose en un horno. No quería dejar la puerta abierta, para evitar que entren mosquitos y otras fieras, por suerte enseguida pasó el efecto calor porque el ventilador en la cara hizo su trabajo.

Me puse a leer y al rato me golpearon la puerta. Me extrañó porque ya nos habíamos despedido. Una voz varonil desconocida me llamó por mi nombre al otro lado de la puerta. Me inquieté un poco, pero no podía dejar de responder. Mi luz estaba prendida y obvio se vería desde afuera.

Abrí con cuidado, y unos ojos negros en la oscuridad negra, me preguntaron si lo conocía. –“No se asuste, soy Idrizavaldé, el policía de esta mañana en la comisaría de Tambacounda… Venía solamente a ver si estaba bien, si está cómoda aquí, cómo pasó el día….”. Inmediatamente lo reconocí, ahora ataviado con esas camisolas largas, azul con brocados dorados no se parecía en nada al uniforme con charreteras y botas de la mañana. Lo hice pasar, con gesto de pase rápido que entran bichitos!, y conversamos un rato. “Inshalá, Inshalá, amén, amén, me bendecía cada vez que yo le agradecía lo que me había ayudado al presentarme a Kalyac y estar allí. Me explicó que para él como musulmán, no podría no haberlo hecho, que ellos creen que todo lo que uno hace en esta tierra por sus hermanos, sean de la religión que sea, que todo vuelve, que alguna vez él necesitará ayuda y que la va a recibir, por que él actuó conforme al Corán…   No muy distinto de lo que ya sabemos muchos, la ley de la reciprocidad, del dar y recibir, del hacer a los otros lo que te gustaría ( o no) que te hagan, etc. etc…  a esta altura, la ley del espejo es pata todos, y al parecer más vieja que el Islam! Se despidió muy afectuoso, y yo me quedé de lo más tranquila.

Ahora aprovecho a escribir otro ratito y ya me voy a dormir. Mañana será otro gran día! Por hoy, más que Agradecida! Bon soir….

 

9/9/21

Amanecí expectante y bien repuesta, aunque solo encontré en mi bolso una manzana para desayunar. Decidí entonces acomodarlo, a modo de limpieza y orden, y para resolver qué hacer con la colección de botellas descartables y cáscaras que desde  hace tres días  porto sin saber a

dónde tirarlas. Sacrifiqué una de mis prolijas bolsas de las zapatillas para armar mi propio basurero y preguntar dónde dejarla.

Tal cual lo prometido, puntualmente a las 7 am. Kalyat vino a buscarme a la choza con una moto-taxi. Deduje que no entraríamos los tres + mi valijota. Me dijo que el muchacho me llevaría a la estación de auto-buses (taxi compartidos de 6 o 7 personas) y que por 2000 francos me dejarían en la entrada del Parque. Un amigo de él, me estaría esperando para oficiar de guía botánico.

Sin dudarlo ni un instante, le entregué la bolsita con mis desechos y la duda de dónde dejarlos. Sin inmutarse tomó la bolsa y la arrojó metro y medio de dónde estábamos, en el mismísimo frente de sus chozas. Allí esperará la eternidad…

Me monté a la motito y partimos. El muchacho se detuvo en la estación de servicio a echarle un chorrito de nafta, tan mísero como un pis apurado. Llegamos a la parada de los buses-taxi y otra vez sopa!: me pedían 6000 Fr.! Y debía esperar a que se llene…  Tras mucho discutir , y llamado telefónico a Kalyat para convencer al chofer, me respetaron los 2000, pero tuve que esperar 2 horas y media! A que se completara el transporte (metió 22 personas en una camioneta con 8 butacas!). Otra que el distanciamiento social! Para entonces, yo ya estaba tan transpirada como el que más, así que ni importarme los olores ajenos, una se va acostumbrando.

Debía dejarme en un pueblo a 170 kms. y allí estaría mi posta.

Tras 3 ½ horas de subir y bajar familias, cabras, bicicletas, bultos, bolsones de papas, sandías, cachos de bananas y etcs. varios, me dejó en un pueblo de chozas a 150 km! Ergo debía hacer 20 kms. más pagando otro transporte. Ningún taxi quería llevarme “hasta allá”. Luego entendí que volverían vacíos, porque nadie va en transporte público hasta el parque, y no les convenía.

Finalmente logré llamar nuevamente a Kaliyat quien llamó a su amigo, y me fue a buscar en otra motito!

En la entrada del Parque Niokolo-Koba, reserva de la Unesco, me esperaba el biólogo y elJefe de Guardaparques y 3 guías. Todos muy amables y sonrientes!  Aunque resultó que debía pagar la entrada, el guía y una 4 x 4 para entrar! (Sumaba 100.000 Fr. = 200 u$s). Un regalo un tanto caro que no sé si hubiera elegido….   Ya no me animé a llamar a Kalyat para preguntarle en qué consistía su ofrecimiento “gratis”. Por un lado me parecía un abuso de favores, pero por otro, también me indignaba que me haya hecho ir hasta allá, para no poder entrar. 

De hecho, entre pitos y flautas, llegué después del mediodía, y ya todos los grupos habían entrado. Debía esperar al día siguiente si quería entrar….

Obviamente volver a dormir a Tambacunda e intentarlo nuevamente más temprano.

Casi me largo a llorar….

Le pedí agua al Jefe de Guardaparques porque ya tenía la boca seca. Le conté de mi amor a los árboles y que esta semana había sido mi cumpleaños, y que este viaje a Senegal había sido mi super regalo, pero sentía que aquí todos mentían, desde los choferes de los transportes, los hoteleros, los comerciantes, en fin…  

Parece que le toqué el amor a su país, que me ofreció lo siguiente: Quedarme esa tarde allí y pasar la noche en un cuartucho que casi me desmayo de asco. Compartiría la comida con todos ´los guías y si a la mañana siguiente entraba un grupo y había lugar en la 4 x 4, él me haría entrar…  Me lo pensé 30 segundos, y a pesar del horror del colchón y el calor matador, acepté (confiando en mi buena suerte para el día siguiente) No era cuestión de volverme frustrada y saber que a la mañana siguiente sería la misma historia, porque los buses no parten hasta que están más que completos. Además debería pagar otra pocilga para dormir en Tambacounda y otros taxis para ir a la estación. En fin, tiré los dados de la suerte y me quedé.






Ellos contentos, me acomodaron una silla en su salón con televisión, me trajeron una botella de agua helada, y compartimos mis libros de árboles con los de ellos. En un rato estuvo listo el almuerzo, y tras colocar la gran fuente en el centro de la mesa, repartieron las cucharas y todos comíamos de la misma. Era una especie de paella picante, con huevos de pescado rebozados como croquetas. Traté de evitarlos pero, Pabile, el jefe, me los ponía en abundancia en mi cuchara, alabándolos y recomendándolos. No era momento para desagradecer con mi vegetarianismo, así que los engullí sin chistar. Y la verdad es que estaban muy ricos!  Poco a poco, se fue creando la camaradería. Tomamos un té senegalés, hecho con la técnica de la teterita y el trasvasamiento de vasitos para generar espuma. Muy rico!

Al rato me trajeron una bolsita congelada, de color bordeaux. Me explicaron que muerda una punta y espere a que se derrita el contenido en mi boca, a modo de helado de hibiscus. Otro manjar!  No sé si tenía hambre, sed o aburrimiento, pero todo me venía bien.



Hasta el noticiero en la tele, aunque  que no entendía nada, algo sobre las próximas elecciones, matanzas y cosas del clima. O sea, igual que en todos lados.  Luego pasaron un programa de la vida de los presidentes franceses, y una serie, todo mechado con propagandas de productos de Francia, con actores blancos, blondas modelos, edificios parisinos, cremas cosméticas para el rostro, supermercados bio, nada más ridículo de ver desde esta choza tan precaria llena de negros….   En fin, ahora todo es cultura globalizada….

En eso llegó una pick up 4 x 4 plateada poderosa con una pareja super mona! Pagaron la entrada y mostraron su reserva en el lodge que hay dentro del parque. Hasta ahí, ni idea que había un super hotel bacán dentro del parque, a sólo 180 euros por persona por noche, más 40 de pensión completa!  El problema de entrar con ellos, es que tenían reserva para 3 noches y yo no tenía la menor intención de pagar esa fortuna. Preferí esperar a la mañana siguiente…

Seguí viendo la tele, a modo de curso avanzado de idioma francés, abanicándome, a falta de poder hacer otra cosa, mientras observaba las gallinas y las cabras a mi alrededor. Allí las cabras son como perros en otras latitudes.

Ya siendo las 17,30 pm., Pabile, el Jefe Guardaparque, me dice que me prepare, que voy a entrar con el cocinero del Lodge en una camioneta cargada de mercadería. Que dormiría allí y que a la mañana siguiente, me traería de vuelta. Entre el Lodge y la Entrada al Parque hay 30 kms. de puro pozo rojo, y luego supe, de pura belleza salvaje!

















No daba en mí de Alegría!!!  Pero mi prudencia me hizo preguntarle si debía pagar ese “otro” alojamiento. Me guiñó un ojo y me dijo que no me preocupara, que ya había arreglado con el encargado del Lodge.

Con la hermosa puesta del sol por delante, avanzamos por entre la exuberante vegetación y el canto de mil pájaros diversos.


Ya casi anochecido el día, llegamos a ……… al PARAISO!!!!!!

No podía creer que hubiera un lugar así, y encima me recibieran Gratis!  Mis ángeles son increíbles!!!! Éste sí que era un regalo más que insospechado! El lugar para un cumpleaños perfecto (aunque sólo con 3 días de atraso, más que compensado!).

Me llevaron a una terraza sobre el río Guinea, con una vista impresionante. Un camarero me trajo una copa con rodajitas de naranja y pajita de bambú, con jugo helado de baobab!   Si éstos no son Milagros, los Milagros dónde están?









Agradecí y recontragradecí al Administrador, mientras me conducía a mi habitación.Un cuarto sencillo, aunque más que limpio! Con un colchón de 25 centímetros de alto, con sábanas blancas impecables, ventilador de techo,placard, mesita y sillón de bambú, y un baño divino! Con agua!!! Toallas suaves y papel higiénico. Todo un lujo!




Me dijo que me acomodara y que no saliera, porque los leones y las serpientes merodean. Que en 1 hora me vendrían a buscar para la cena. Le volví a agradecer y le dije que no era necesario, que ya me había homenajeado más que suficiente. Se negó a recibir mi negación y que en 1 hora me recogería.

Me derretí en la ducha, ni más cerrar la puerta. Qué placer!!!!  Me vestí bonita y maquillada como hacía meses que no hacía. Perfumada y con labios pintados, ja! Como si hubiera un príncipe esperándome. En realidad, yo ya me sentía una reina!

Investigué el frigobar y había botellas de agua helada y bolsitas de maníes! Siguen los placeres…

En eso me tocan la puerta, y un carrito eléctrico, de esos de la Isla de la Fantasía, estaba estacionado delante, dispuesto a llevarme al comedor… Casi caigo desmayada de la emoción! Too much!!!!!!  









Evidentemente la Ley del péndulo existe! Después de tantas últimas decepciones, por fin “un lugar” lindo, más que lindo! GENIAL!  Aunque obviamente, no es el verdadero Senegal. Éste que vengo conociendo hace 1 semana, con su real pobreza. Éste otro es un mundo aparte creado para ricos europeos que vienen de “safari” con todas las comodidades, como si estuvieran en cualquier 5 estrellas del mundo occidental, aunque con paisaje selvático senegalés. En fin, no voy a andar criticando, después de todo lo beneficiada que estoy siendo acá.

Lo cierto que para la cena me habían reservado una mesa bonita junto al río, con velas, balde con bebida helada a elección (sólo pedí agua!), 4 cubiertos, esbelta copa, y pancito tibio. Todo un lujo!  Además del menú!


Tampoco quise despreciar o pedir una ensaladita… Por suerte, en la semioscuridad (por los bichitos voladores) quise hacer como que no me daba cuenta bien qué era, para aliviar la culpa, y decidirme a experimentar placer por lo exótico. Digamos que después de meses ininterrumpidos de comer sandwichs de queso, no soy una devota gourmet. Debo admitir que todo estaba delicioso!!!

Tras una última mirada a la luna sobre el Gandhia, con el rumiar de los hipopótamos, fui conducida nuevamente a la habitación.




Estoy tan, tan feliz, que a pesar de que el colchón me está seduciendo, no podía dejar de compartir estas alegrías con Uds.!
 

Allá voy!  Mmmm…. Mmmmm….. mmmmm…. Alors, a demain! Bonne soireé!

 

10/11/21

Citada para las 7am. para el desayuno, volví a disfrutar de una ducha y del  frescor matinal del río.

No habiendo leones por el camino, me dirigí al salón. Ibrahim, el guía botánico me esperaba con los brazos abiertos!

Me sirvieron un café en taza de moderna cerámica, un par de croissant, un petit au chocolat y unas rodajas de baguette con quesito Philadelfia!  No se puede creer este mundo (occidental) insertado en medio de la selva, en medio de este país tan pobre en un sentido y tan generoso en otro. Para los islamitas, todo es de todos TAMANGA!!! 



Luego me enteré que ese Lodge es una concesión del Estado a un particular belga que lo usufructa. Por eso todos los visitantes son europeos ricos en euros! Yo fui la primera argentina en llegar allí! Y gracias al Islam, Inshalaa… Alaaaaa….Alaaaaa….

El administrador se acercó a mi mesa a saludarme y a comunicarme que en un rato partiría para Tambacounda en su jeep, que si quería me llevaba o me dejaba a la entrada del Parque.

Acepté gustosa el aventón a “la ciudad” para evitarme las 5 horas del día anterior toda apretujada. A él le llevó 3 horas!  Y eso que se detuvo dos o tres veces para que yo sacara fotos!

Leones no ví ninguno! Apenas 2 monos, unas lagartijas, una especie de nutria enana y miles de pájaros diversos. Me contó que en esta época es muy difícil ver los animales grandes, porque recién la semana anterior terminaron las lluvias. De hecho, me podría considerar afortunada que pude entrar al parque porque hasta el 2/11 estaba todo inundado por las precipitaciones tropicales…   Que allí sólo había 2 elefantes pero que andaban mucho más lejos y no es zona de jirafas, quizás algún antílope, pero no se presentaron. En fin, todo no se puede…  Yo me dí por más que contenta de haber pernoctado allí y disfrutado una cena y un desayuno de lujo, y el aventón de regreso! Impagable!

Me dejó directamente en una empresa que tiene un servicio “vip” (aunque al modo senegalés) para comprar un ticket de bus nocturno de regreso a Dakar.

Alli veré si puedo cambiar mi aéreo a Lisboa y se fini Áfrika mía  pour moi! No soy Meryl Streep, todo muy lindo en las películas, pero la realidad es otra cosa!  

Lo llamé a Kayat para avisarle que estaba allí, para despedirme, agradecerle y de paso, si me hacía el aguante hasta la hora que salía el bus, 9hs. a partir de entonces….   Demasiado para estar parada en la calle o merodear por los mercados con 40°C!!!

Encantado me pasó a buscar y me invitó a almorzar con un amigo. Enseguida me dí cuenta que pretendía “presentármelo” como futuro esposo, ja! Me dijo que era viudo y que tenía casa con jardín, como si eso fuera suficiente para mí, una pretensiosa! 



Obsevarán la diferencia "edilicia-decorativa del ambiente". ¡Qué péndulo el mío!!!


La sopa “en común” que pidieron en mi honor, me hizo sentir como si quinientas hormigas coloradas hubieran invadido mi lengua, paladar, labios, bigote y nariz, en un santiamén!!!! Insoportáblemente picante!!! Llena de pedazos de osobuco, minúsculas papas e islotes de algo rojo. Disimulé lo mejor que pude, mientras me bajaba los dos litros de la botella de agua helada, manjar del cielo!!! Insistían en que comiera, mientras yo les daba tiempo a sus cucharas para barrer la fuente, la mía hacía circulitos como para enfriar mi siguiente ración que nunca llegué a llevármela a la boca. Para muestra, primer escarmiento!
  Por suerte, estaban tan gustosos, que no se dieron cuenta que no comí nada. Prefiero muerta de hambre que muerta de fuego! Además con el placentero desayuno de la mañana, tenía para reconfortar el recuerdo en mi alma.

La mesa tablón daba asco de hormigas y pegajoso mantel de plástico raído, aunque a nadie parecía molestarle. Los vasos no existen, mucho menos una servilleta. Igualmente más que agradecida por el cobijo, aunque mientras ellos hablan en Wolof y se pelean o discuten a los gritos terminando a las carcajadas, yo no entiendo nada… Yo sólo quiero que pasen las horas para irme y salir de esta pesadilla de asco. Mientras, cumplo mis lecciones de pacífica paciencia y ver que puedo aprender de todo esto….

 

Tras dos horas, Kayat se excusó que debía hacer “unos trámites” y le pidió a su amigo me acompañara al “campamento ecológico” para dormir una siesta hasta la hora del bus. Acepté gustosa con el sólo recuerdo del ventilador, aunque deseché inexorablemente su proposición de matrimonio. Debió conformarse con mi número de teléfono para un futuro imposible encuentro.

Ya acomodada en mi choza N° 5, como el Channel, ja! me tiré en la cama a disfrutar de mi privacidad y del balar de las cabras alrededor, más los gritos del parlante de la sinagoga cercana. Seguramente en 24 horas estaré en otra historia. Por de pronto, a sobrevivir aquí y ahora…. Inshalaaa….

 

El descanso resultó un poco ruidoso, ya que en una choza vecina se estaba realizando un velorio. Al parecer una jovencita de 18 años, enferma desde hacía dos meses, no entendí de qué, falleció ayer. Aquí los velorios duran 2 días, y vienen de todo “el barrio” a dar el pésame, todos engalanados con sus mejores galas. Hay comida y bebida para todos, cantan, lloran, y rezan.

No intenté acercarme, no fui invitada y ya tenía bastantes experiencias en mi haber. Que en Paz descanse, y yo también, aunque vivita y coleando, Inshallaá!

A las 19 me vino a buscar la moto taxi y me llevó adónde partía el bus a Dakar. Otra espera de hora y media…  Senegal se ha convertido en mi escuela a la paciencia, aquí el tiempo no existe! Es un transcurrir sin medida. No apto para occidentales, controladores, eficientes y puntuales, como yo! pero no me queda otra que seguir aprendiendo…

Una vez ubicados todos, y repartidas las botellitas de agua mineral, los caramelos, y un sachet congelado de yogurt o algo así (se chupa rompiéndole el piquito con los dientes), partimos.

Por los televisores por sobre las cabezas, comenzó “el rezo” con imágenes de diversas mezquitas, tanto interiores como exteriores. Una música sin fin, con el monotema de la plegaria nos acompañó durante las 8 horas de viaje, de noche! Imposible dormir! Peor que las películas de tiros y de guerras que ponen en los buses de la Argentina…  En fin, lo mío es viajar a dedo, no lo cambio por nada. Salvo que wolof se me  hizo imposible.

Llegada a las 5,45 hs. a un barrio distante del centro de Dakar, compartí el trayecto en taxi a la Place de Independence, a buscar refugio en el hotel de 5 estrellas que ya tenía registrado.

Me presenté en la recepción con la educación necesaria como para despistar la apariencia de pordiosera que traía y con la mejor sonrisa pedí asilo mañanero  (con la excusa que más tarde decidiría si me alojaría). Para mí sorpresa, no sólo me dijeron que sí, señalándome los sillones del gran estar, sino que además me ofrecieron café!  Ya en confianza le pedí al conserge la clave de internet, para aprovechar las horas trabajando un poquito…

Es increíble la diferencia entre los dos mundos: dentro y fuera de este hotel!  Adentro todo lujo y abundancia y afuera todo mugre y mendicidad.






Para variar, no me sienta bien ni un extremo ni el otro, pero confieso que en ese momento, no cambiaría su hospitalidad por nada!

Esperé la hora en que abriría la oficina de la Real Maroc Airlines, situada a una cuadra! Y con esperanza, me dirigí a cambiar el pasaje de vuelta. Absolutamente decidida a abortar “esta aventura” y retornar home sweet home, donde sea que ésta quede… Por ahora planeta Spain!

En menos de diez minutos, y previo pago de 90 dólares, me hicieron el cambio para el vuelo esta misma noche, tal cual pedí! ( a ellos y a los ángelitos).  Ya me estaba retirando de la oficina, cuando se me da por revisar el pasaje que me entregaron: 12 de Junio 2022!!!!

Le señalé el error a la empleada que me había atendido, y se sintió ofendida. Me ponía excusas para resolverlo, y pretendía triplicarme la tarifa para cumplir la fecha que le había pedido, hoy mismo! 

Tras sus gritos, y bastante revuelo, me ofrecía mantenerme lo pagado, para el día 19/11!  O sea, una semana de hotel en Dakar para no hacer nada! Me opuse terminantemente, y finalmente lo logré para el día siguiente. Sólo un día más de pocilga!  Obvio no me voy a pagar el 5 stars hotel…

Tras el objetivo logrado, la siguiente maratón fue ir al centro hospitalario aprobado para el PCR de turno. También lo logré!  Ahora faltará el resultado, otra angustiante espera…

Decidí pasar la tarde en el mercado Sarganga, un laberinto de callejuelas abarrotadas de puestos callejeros donde podés adquirir desde una olla a un traje de novia, desde un espejo a una pala, lo que imagines, lo encontrarás!

El tema es que te encuentres a vos mismo, en medio de ese infierno! Los vendedores ambulantes rogándote, los mendigos pidiéndote lo que fuera, los supuestos dueños de los talleres textiles, invitándote a que visites sus tiendas, los curiosos que preguntan de qué país sos, los posibles hurtadores de mochila, los verdaderos ladrones vendedores ante el regateos por menos de un tercio del precio que anuncian, etc. etc….un agobio!!!

Siendo las cuatro de la tarde, volví a buscar refugio al 5 stars, ya que gentilmente aceptaron cuidar mi valijota desde la madrugada y debía pasar a retirarla y buscar un alojamiento más modesto.

Hacia la dirección de un “booking” tomé un taxi, con precio fijo de antemano!!!  Supuestamente a diez minutos del centro, tras casi dos horas de dar vueltas y no encontrarla, metiéndonos en calles “en construcción”, más precisamente en deconstrucción!. 

Aquí no existen los carteles con nombres, todo es al adivinador y/o preguntando a otros taxistas colegas, o vecinos de la zona. Nadie lo conocía y todos tenían otro albergue para recomendar, aunque los precios no condecían con la zona ni con la calidad (¿?) ofrecida. Por suerte, el taxista estaba de mi parte y no le importaba seguir dando vueltas. Ya se había hecho la noche. Finalmente me dejó en uno a una cuadra de donde habíamos iniciado el periplo, y no me pidió ni un peso más de lo pactado. TARANGA!!!   Como ellos dicen, este es el país de la hospitalidad, y dodos estamos juntos!   Algo así es el significado de este término, que todos utilizan continuamente, como slogan de Senegal.  Merci beaucoup!

Sandwichito mediante, y mañana será el último día, bon soir…

 

12/11/21

Amanecida tempranita, salí con rumbo incierto a “matar el tiempo”. Por un lado soy pies inquietos (en este caso 0 curiosidad por la ciudad), por otro lado necesitaba salir del asco de habitación en que había pernoctado y por último, y no por eso menos importante, necesitaba conección a internet para ver el resultado del PCR para viajar tranquila al aeropuerto.

Una vez más recurrí a mi refugio en el 5 Stars donde me recibieron como una huésped conocida, me ofrecieron nuevamente café, y me imprimieron el certificado!!! sin llegar ni a pedírselo. Listo! Negativo!  Ahora sí a caminar…

Enfilé para el puerto, indescriptiblemente mugroso, oloroso, lleno de la misma miseria que el resto de la ciudad.

De repente me sorprendí con la hermosa y reluciente estación de tren. Lo sorprendente es que el tren no funciona desde el 2018! Aunque en un andén, hay uno de alta velocidad reluciente. Intenté entrar pero un gendarme me salió al paso y me dijo que ahora la estación era una oficina del Ejército. OK! Seguí viaje…







Un poco más adelante, un edificio gigante y modernoso con letrero de Museo de las Civilizaciones Negras. Me interesó!  Lástima que faltaba 1 hora para que abrieran.  Seguí viaje…






Enfrentado, otro gigante: El Teatro Nacional. El edificio impecable, los alrededores (por no decir jardines y veredas) destruídos de yuyos y baldosas quebradas y faltantes, por lo hablar del óxido de la verja perimetral.

Este país cada vez lo entiendo menos! ¿Quién podría venir a un teatro así? Por otro lado, no creo que haya público “culto”, o al menos educado, para colmar su capacidad, o tener medios con los que pagar una entrada. O qué obras se representarían. No es por ser despectiva o creerme superior, pero realmente el contraste es TAN grande, que no se entiende.

Como no se entienden los Land Rovers o los Mercedes que cruzan imperiosos las calles entre los carros de borregos y las cabras.

No se entiende que en medio de ese asco haya un restaurant “Petit París” bastante bonito y paquete. ¿Quién irá a comer allí? Y salir a patear botellas y latas vacías hasta llegar a sus limousinas?

Seguí caminando rumbo al zoológico. Entidad deplorable en cualquier punto del mundo, no admito los animales en cautiverio; pero no podía irme de Áfrika sin ver un león. Ja!  Así que doblegué mis juicios y allí fui.

El lugar parecía haber sido demolido y/o bombardeado 50 ños atrás, y aún no haber sido reparado, todo roto, despintado, con bancos públicos deplorables, y paro de contar para no ser más criticona. Cada uno tiene lo que puede, y vale lo mismo para los países, en fin…   lo cierto es que había 4 leones en su hora de almuerzo, un gorilita con lo propio y 3 o 4 monos pirueteando en sus celdas. Un par de serpientes tan grandes como asquerosas, unas aves tipo palomas enjauladas y otras correteando por ahí. Pare de contar.





"bancos" a mode de bar...






















No sabría decir si me alegré de ver leones, o me entristecí de verlos encerrados. Para entonces, sólo contaba las horas para ir al aeropuerto, pero recién era mediodía y mi vuelo era a medianoche…

Decidí volver al Mercado Sarmanga a comprar algún regalito con el último cambio que me quedaba. Otra vez el acoso de los comerciantes y los mendigos, me hicieron huir para siempre.

De repente se hizo un silencio tan conmovedor como si la tierra se hubiera enmudecido. Los autos se detuvieron, y cuanto hombre había en la calle, se arrodillaba en su alfombra, todos con la misma dirección de las cabezas. Debí detenerme yo también y esperar junto a un árbol, ya que no se podía caminar por ningún lado sin pisar a alguno o saltar sobre sus espaldas dobladas. Eran las 14 hs de un viernes, cita infaltable a la plegaria! 






A los pocos minutos, el infierno retomó su ritmo y bochinche habitual.

En eso me llamó por teléfono Moustaffa, a quién había dejado un mensaje la noche anterior, para combinar vernos, despedirnos y devolverle el chip que me había prestado el primer día. Justo estaba en la zona. Una vez más, el ángel apareció  en mi rescate!

En 10 minutos pasó a recogerme por la esquina del árbol, pasamos a buscar mi valija por el hotel, y me llevó directo al aeropuerto!!!  En su auto super limpio, tanto que yo me sentía una mendiga transpirada, pegoteada de tierra, desplumados los pelos y con un cansancio atroz después de la caminata matutina.

Intercambiamos el chip, y nos despedimos con la promesa que después que él logre llegar a la Meca, su 2° meca será ir la Argentina. Nunca digas “nunca”, por qué no?

Lo cierto que llegué al aeropuerto con 8hs. de anticipación, y me parecía el mejor programa del día! : directo al baño a “lavarme” de arriba abajo, incluídos pies en el lavamanos ( para eso sirve tener un estado atlético!).

Me despedí finalmente de las rotas zapatillas y estrené medias y zapatillas nuevas. Lo mismo con ropa interior y la remera. Una bolsa descartable a modo de ataúd de las prendas y cuanta pulga las habitaran. Me tomé el rato para el desodorante, el perfume, el arreglo del cabello, y reaparecer como una personita más civilizada y limpita.

A continuación, ponerme al día con los mensajes y llamadas telefónicas, aprovechando el we-fee del lugar.

De repente me acordé que no había hecho el cheq-in y me asaltó la alarma de si la empleada del día anterior había hecho correctamente la reserva. No me daban los dedos para entrar a la página. Finalmente, falsa alarma! Todo estaba correcto. Por el momento…

También recordé que debía rellenar un formulario digital para entrar a España. Ahí empezó a fallar la conección. No marchaba la página. Intenté 1 y mil veces y nada. Decidí procastinar el problema para cuando llegara a Madrid. Pero cuando fui a embarcar, no me lo permitieron sin el QR en el teléfono. Les expliqué que no era mi culpa, que había iniciado el trámite, pero para ellos sin QR no pasaba. Empecé a transpirar,  a seguir intentando,  no había caso. Después de hora y pico, y ya no habiendo nadie para embarcar, el empleado de la compañía –que me había retenido el pasaporte y la tarjeta de embarque emitida- decidió ayudarme con su teléfono. Y lo logró! Gracias angelitos, también se ocupan de la tecnología!

Debí correr a la puerta de embarque antes que la cerraran. Aunque con los nervios debí perder 10 kilos, volaba con las zapatillas nuevas y la alegría de “IRME!!!”



Agradezco de todo corazón esta experiencia Senegalesa y a todos los que me ayudaron y compartieron en estos días, pero creo que a esta altura de mi vida, prefiero vivir con un poquito de placer y disfrute y no andar sufriendo por problemas ajenos que no puedo resolver ni mitigar. Tampoco quiero verlos como en una película a través de las ventanillas, sacando fotos de los rostros cautivadores de los niños como si de monitos se trataran. No quisiera pescarme ninguna peste más allá del salpullido que estoy ya sufriendo. Tampoco tuve suficiente caridad para meterme en un voluntariado y sentirme mejor persona.

Saldo de la experiencia?:

-me animé y vine!

- me frustré y pude dar vuelta el timón!

- darme cuenta que mi país es maravilloso, a pesar de todas las incoherencias dictatoriales de los gobernantes de turno, pero aún así, somos civilizados y concientes.

-Agradecer todo el tiempo por mi privilegiada vida! por haber nacido en otro lugar y no tener que vivir aquí!

- Haber sembrado nuevas relaciones y cosechado sonrisas.

-Apreciar la Taranga! La hospitalidad y generosidad de la gente.

- Haber abrazado a un baobab gigante!

Por ahora esto, el tiempo ya dirá…








Gracias angelitos africanos por haberme guiado y acompañado!  Hasta la próxima!   (sólo volvería con un tour todo organizado, que me lleven de safari directo desde el aeropuerto en un Land Rover! Y me devuelvan a un 5 Stars!   Ja! cómo cambió la hormiguita, o se está haciendo vieja, o está muy cansada, o no era el momento….  Y como en Senegal, el tiempo no existe, quizás todo esto haya sido sólo un mal sueño…





Hasta la próxima y más divertida historia…  Gracias por venir en mi corazón!

Au revoir!!!....


 

 

 

 

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