martes, 24 de diciembre de 2024

Nochebuena 2024

A la mañana siguiente Kari me golpeò la puerta para ir a nadar al mar a las ocho de la mañana!

Yo no tenìa ni la màs mìnima intenciòn de despertarme temprano, y mucho menos para ir a congelarme. Se supone que estamos a las puertas del verano, pero a esa hora, el agua està màs que fresquita.

Elegantemente desechè la oferta a travès de la puerta y tratè de retomar el sueño. Sin embargo, mi olfato me decìa que se habìa enojado.

No creo que haya sido este minùsculo detalle lo que hiciera que estuviera todo el dìa con cara de ano. Sin embargo asì estuvo desde que volviò de la playa tras su nadada oficial matutina.

Me pidiò que me quedara en la casa para ayudarla a cocinar, y yo aceptè contenta augurando una linda cena de Nochebuena.

Pasaban las horas y ella no dejaba de estar en su computadora, lejos de las hornallas.

Confieso que yo tambièn lo estaba y dele mandar mensajitos de felicidades por el celular.

Apenas si a eso de las cuatro, se levantò para armar una tarta tipo pascualina de repollo y acelga, y cuando le ofrecì ayuda se negò.

Para las seis estàbamos todos en la mesa, y el humor se cortaba con el cuchillo del silencio sostenido. Para las seis y media, ya habìamos terminado!

Quise ir hasta la playa a ver el atardecer y me quedè haciendo una meditaciòn frente a la laguna de atràs de su casa (vive en un barrio privilegiado, con mar, laguna y arroyo, ademàs de casa preciosas)

Hubiera querido quedarme hasta màs tarde mirando las calles iluminadas para las Fiestas y las casas adornadas para esta festividad, pero me pareciò imprudente volver muy tarde a la casa.

Para cuando lleguè a las 20,30 ya estaban todas las luces apagadas y cada uno en su cama.

Yo hice lo propio, solo que me quedè contestando màs mensajitos, escribiendo y mandando amor a mis afectos. Sin darme casi cuenta, se me pasò la medianoche!

Fue una Nochebuena de lo màs extraña, sin brindis, sin familia, sin cosas ricas, pero conmigo misma, con mi paz, con la serenidad que se amalgama con una alegrìa calma, profunda, sincera…

Podrìa decir que la pasè “feliz” en el exacto sentido de la palabra, sin excitaciones ni entretenimientos superfluos. Suficientemente contenta conmigo misma, y eso, ya es bastante!

Ojalà todos puedan experimentar esta plàcida sensaciòn de un vacìo lleno, de un vacìo que nada reclama, que se contenta con solo SER…

Por eso, Feliz Navidad para todos!



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