viernes, 11 de julio de 2014

Valparaíso- Viña

Amanecida temprano en Valparaíso recibida con un girasol gigante en mi ventana! 


Cómo no sentir su fuerza para emprender el día!


Fuerza extra para subir y bajar las interminables escaleras que perforan esta ciudad de balcones continuos, Patrimonio de la Humanidad x la Unesco!, y Monumento al Graffity para mí! 














Es una especie de Gran Villa! (miseria). Al principio el desorden y la mugre me espantaron, pero al poco de recorrer, le vas encontrando el encanto…
El “Caminito de la Boca” es como un botón comparado con este gran laterío, con el mar de marco en el abanico de su bahía.



























Remonté la calle de mi albergue, a 10´de marcha, “La Sebastiana”! la 3° y última casa de Neruda, que causalmente mañana es su cumpleaños!




Otra excentricidad esta vez en vertical, ya que son 5 pisos en altura, con escalerillas interiores (para variar!) que van cosiendo cada ambiente, extravagantemente decorados con la melange de sus colecciones de objetos, y las mejores vistas desde lo alto del Cerro “Alegría”, lástima que no dejaban sacar fotos! O suerte para Uds.! para no colmarlos..Ja!  
Les convido un poema que explica ese sentimiento…


ODA A LAS COSAS
AMO las cosas loca,
locamente.
Me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sombrero.
Amo
todas las cosas,
no sólo
las supremas,
sino
las
infinita-
mente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.
Ay, alma mía,
hermoso
es el planeta,
lleno
de pipas
por la mano
conducidas
en el humo,
de llaves,
de saleros,
en fin,
todo
lo que se hizo
por la mano del hombre, toda cosa:
las curvas del zapato,
el tejido,
el nuevo nacimiento
del oro
sin la sangre,
los anteojos,
los clavos,
las escobas,
los relojes, las brújulas,
las monedas, la suave
suavidad de las sillas.
Ay cuántas
cosas
puras
ha construido
el hombre:
de lana,
de madera,
de cristal,
de cordeles,
mesas
maravillosas,
navíos, escaleras.
Amo
todas
las cosas,
no porque sean
ardientes
o fragantes,
sino porque
no sé,
porque
este océano es el tuyo,
es el mío:
los botones,
las ruedas,
los pequeños
tesoros
olvidados,
los abanicos en
cuyos plumajes
desvaneció el amor
sus azahares,
las copas, los cuchillos,
las tijeras,
todo tiene
en el mango, en el contorno,
la huella
de unos dedos,
de una remota mano
perdida
en lo más olvidado del olvido.
Yo voy por casas,
calles,
ascensores,
tocando cosas,
divisando objetos
que en secreto ambiciono:
uno porque repica,
otro porque
es tan suave
como la suavidad de una cadera,
otro por su color de agua profunda,
otro por su espesor de terciopelo.
Oh río
irrevocable
de las cosas,
no se dirá
que sólo
amé
los peces,
o las plantas de selva y de pradera,
que no sólo
amé
lo que salta, sube, sobrevive, suspira.
No es verdad:
muchas cosas
me lo dijeron todo.
No sólo me tocaron
o las tocó mi mano,
sino que acompañaron
de tal modo
mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mí tan existentes
que vivieron conmigo media vida
y morirán conmigo media muerte.

A media mañana, bajé hacia el centro cívico, donde la gran manzana central, me sorprendió que es usada de estacionamiento!  Y los edificios que la bordean son el Ministerio de la Armada, un viejo Hotel, la Casa de la Cultura y comercios! Ni Iglesia, ni Muni, ni Carabineros…raro!  Lo único común, aunque aquí “ilógico”, es que es cuadrada! Ja!




Seguí hasta el puerto, donde la playa de los cointeners (millones!!!!!) me frustraron el paso a donde yo esperaba encontrar las playas. En cambio me “harto” sorprendió la invitación del capitán de un barquito “Perla Negra” que ya zarpaba a dar “una vueltita”! ja! 

Ni lenta ni perezoza, acepté al toque!  De un saltito estaba impregnada de la bachata y el reggeton que amenizaba la cubierta, Ja!  No sería Charles Aznavour en el Sena, pero tenía su onda! Ja!

Y ver la ciudad desde el agua tuvo su encanto…

 lástima que me mareé un poquito… pero pude disfrutar de la presencia de los lobos marinos en una especie de muelle destartalado.



Tras la hora de navegación, volvimos al puerto y yo a remontar las escaleras y rampas, hasta arribar a mi hotelito a buscar la mochila, ya que dí por vista Valparaíso, y decidí salir para Viña. En un bus (colectivo) de línea local,

ya que son sólo 20´ de distancia, todo a lo largo de la costa, hacia el Norte.

Siendo las 4 de la tarde, arrivé a esta otra ciudad, tan diferente! Fue como llegar a Miami!  Todo un frente de edificios de maso 15 pisos, formando un murallón paralelo al mar. Y un mar de autos! Y un mar de negocios! Y bares y restaurants de “otra” alcurnia! Ja!


Dejé las cosas en mi nuevo hostel y directo a la playa! Arena rojita y gusto a sal, con gaviotas y rocas negras… para Agradecer al Supremo…




El rosado atardecer me invitó a una larguísima caminata por la costanera, pasando por el emblemático reloj de flores, un castillo del 1900, un edificio con forma de barco, y una gitana que me predijo la suerte en mi mano abierta, ja!






Con mis patitas temblando, volví a mi refugio a contarles, previa compra de empanadillas de quesillo.
Mientras escribo, suenan los Jaivas en el equipo de unos chicos que me convidan cerveza…

Qué más se le puede pedir a la vida?

2 comentarios:

  1. buenisimo, te sigo mami. beso

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  2. Te había dejado un mensaje pero no apareció.
    Te felicito por la modernización: un blog de viajes, con fotos y comentarios de tus andanzas.
    Creo que tendrías que poner "seguidores", para que nos anotemos y nos lleguen aurtomáticamente las notificaciones de tus posteos.
    Que lo disfrutes mucho.
    Un besote.

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