sábado, 13 de septiembre de 2014

Au revoir Cayenne....

Magnific!


Con el sol asomando en mi ventana, entre impecables sábanas blancas (las mejores de todo el viaje!) cerré mi mochila y bajé gustosa a despedirme avec un petit café! et un croissant!!!!

A las 7 en punto pasó a buscarme el bus rumbo a la frontera con Brazil. Allí será mi gran aprendizaje de superar esta antítesis de amor-o.?  Deberé estar muy atenta para poder ejercitarme sin críticas ni enojos… 

Porqué será que uno se puede sentir tan atraído a un país y no a otro?  De dónde nace mi amor a La France? Y de dónde tanto rechazo a Brazil?  Vidas pasadas…? Sin duda!

Lo mismo nos sucede con las personas…verdad?  Uno (en lo posible) y de alguna manera va eligiendo  con quién estar… o tratando de ejercitar el amor para superar los escollos…
Lo mismo nos sucede con los colores… porque unos sí y otros ni fu ni fa?

O las formas…  Las texturas…

Los ruidos…. La Música!  Amamos unas y no soportamos otras.  Aunque a veces, con paciencia, logramos adaptarnos un poquito… (lo digo después de esta inmersión súbita y constante en ballenato, cumbia, y etcs. de los últimos meses! Ja!   Y el placer inmenso de escuchar un reggae, un góspel, o una balada francese… en volumen normal!

Guau! Conciencia! Preparate que mañana empieza la batucada por largo…. Y alto!! (volumen)

Bueno, les termino la salida de Guyana:  No es que yo me las busque…las situaciones vienen a mí!

Parezco un imán para "las aventuras!".... estoy condenada a actriz de reparto de una serie alocada de capítulos con todos los géneros: hoy policial…

Veníamos en la traffic los 8 pasajeros de rigor  (son tan eficientes que todos hasta llevan en el baúl, asiento para bebés. Insólito! Y todo relimpio! Tapizados impecables, vidrios sellados para aire acondicionado, etc.)

Ya acercándonos al paso fronterizo, nos detiene la Guardia (en remeritas azules y jean, nada de uniformes militares!) y tras el pedido de rigor de documentos, nos piden bajar para revisar el vehículo. A 2 o 3 hindués y a un brasilero le revisaron todas las pertenencias, incluído interior de billeteras, bolsillitos de interior de bolsos, cuadernos, etc.... A mí, nada! Bonjour Madame y paradita al costado.

Todo bien…seguimos.

Al ratito el chofer empieza a gritarle por el espejito retrovisor al señor que estaba sentado detrás de mí (un hindú de ojitos bien negritos pegados a su recta nariz). (los nativos o descendientes de africanos tienen la nariz ancha y chata)

No alcancé a entender el problema, creo que el señor toqueteaba la rejilla de salida del airea acondicionado. Se quedó quieto.

Al poco rato, de nuevo! El chofer paró y le gritó más fuerte y amenazante.

El señor tanteaba buscando algo entre el plástico guarda-riel de la puerta corrediza y el techo interior, con bastante desesperación y alevosía.

Ante la furia del chofer, debió confesar su pecado: había arrojado allí un paquetito con (no entendí: droga? Dinero? Polvo de oro? Para el caso da lo mismo) cuando paramos en La Guardia fronteriza, y ahora no lo podía recuperar…

Se ve que valía lo que sufría porque prácticamente arañaba el tapizado queriendo desprender la protección.

El chofer casi lo mata! Buscó un destornillador para desarmar el plástico de la puerta y le entregó un sobrecito blanco.

El hindú insistía en que debía haber otro!

El chofer lo puteaba ( en elegante francés también se putea! Ja!) y la cosa no aparecía. El hindú seguía desesperado moviendo las rejillas del aire, buscando bajo los asientos, y cuanto rincón había.
Ya pasaba más de una hora… y muchos empezaron a preocuparse por el horario de la aduana, ya que la cierran de 12 a 14 para almorzar….  Como yo no tenía idea, no me preocupaba de nada, solo observaba.

Finalmente el chofer, rearmó la puerta, y lo amenazó con entregarlo en el próximo puesto, ya que para él era obviamente un compromiso, portar “eso”!

El hindú se tranquilizó y quiso conformarse con solo 1 paquetito. Andamos un rato más…

El hindú seguía “relojeando” los huecos y hendiduras.

Ya no había góspel que calmara la tensión reinante.

En un momento, el hindú pega un golpe en el techo y lo amenaza al chofer para parar y bajarse ahí mismo. No sé adónde pensaba escapar, porque sólo se veían campos y selvas… pero evidentemente prefirió eso y abandonar su carga, a llegar a un puesto policial.

El chofer detuvo la Traffic de un sopetón, y lo bajó de un brazo como a un niño expulsado de la clase.
Corrió la puerta con la misma delicadeza de cada vez (cuidaba lo suyo), y salimos a las disparadas.
Quiso hacer la denuncia al pasar por el puesto, pero muchos le rogaron que la hiciera a la vuelta, porque ya teníamos los minutos contados…

Fin del capítulo policial, no se asustaron, verdad? bien! Seguimos…

Llegamos a otro río, con otras mini lanchitas y todos se subieron en un segundo, conocedores del camino…

Yo miré para todos lados, y no ví la correspondiente Oficina de Migraciones. Le pregunto al chofer que ya partía presto, y me indica para “lá…”  . Veo una mínima construcción como a 4 cuadras.

-“Y porqué no me paró allí para sellar mi pasaporte (él sabía que yo debía hacerlo, aún no entiendo porque casi nunca nadie lo hace.)  antes de avanzar hasta aquí?  Ahora lléveme de vuelta, yo no voy a caminar 4 de ida y 4 de vuelta con esta mochila!” (la lancha ya se iba y el calor sofocaba). Con mi mejor sonrisa pero con la exigencia de quien pagó en euros! Ja!

De mala gana me llevó. Siendo 11,59 me sellaron la “salida” literalmente, ya que cerraron la puerta tras de mí.  Me volví a alegrar con mi sellito y mi “Au revoir Madame… A Tout a l´heur..!”

Volví al puertito y ni una lancha… estaban almorzando…

Debía esperar hasta las 2!  Buah… 

“Todo es como debe ser….”- me tranquilicé dispuesta a ver correr el agua, y llenarme de la Paz de las flores silvestres.


Me sentí “No soy de aquí… ni soy de allá….” como cantaba el célebre cantautor argentino Facundo Cabral.

Mientras meditaba la espera, se me ocurrió que si lanzaba una plomada desde el punto en que me encontraba, la punta de la bocha iría a parar exactamente a mi casita en Buenos Aires! Ja! geométricamente hablando en vertical en un plano de un mapa. pero ya saben... las hormigas hacemos caminitos más tortuosos... pero llegar, llegaremos...! (tenemos la constancia y el tesón a nuestro favor!)

Será que cuando tiraron la semilla de mi Alma desde arriba, se partió en el éter, y una parte fue a caer al Sur, y otra se salpicó en La France? O en la encarnación de “Mikel” por acá nomás…? (Que las hay…las hay!    Mais  J´n´sais pas….!)

En eso se me acerca un botero y se ofrece a cruzarme en su lanchón (a precio de taxi privado, ya en “Reales” no me pareció tanto y acepté, cuanto antes afrontara el nuevo idioma…  (ja! me lo debo proponer con Mucho Amor, aunque a muchos les parezca tan raro…)


Los veo enfrente! Au revoir…! A tout a l´heur…




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