Magnific!
Con el sol asomando en mi ventana, entre
impecables sábanas blancas (las mejores de todo el viaje!) cerré mi mochila y
bajé gustosa a despedirme avec un petit café! et un croissant!!!!
Porqué será que uno se puede sentir tan atraído a un país y
no a otro? De dónde nace mi amor a La
France? Y de dónde tanto rechazo a Brazil?
Vidas pasadas…? Sin duda!
Lo mismo nos sucede con las personas…verdad? Uno (en lo posible) y de alguna manera va
eligiendo con quién estar… o tratando de
ejercitar el amor para superar los escollos…
Lo mismo nos sucede con los colores… porque unos sí y otros
ni fu ni fa?
O las formas… Las
texturas…
Los ruidos…. La Música!
Amamos unas y no soportamos otras.
Aunque a veces, con paciencia, logramos adaptarnos un poquito… (lo digo
después de esta inmersión súbita y constante en ballenato, cumbia, y etcs. de
los últimos meses! Ja! Y el placer
inmenso de escuchar un reggae, un góspel, o una balada francese… en volumen
normal!
Guau! Conciencia! Preparate que mañana empieza la batucada
por largo…. Y alto!! (volumen)
Bueno, les termino la salida de Guyana: No es que
yo me las busque…las situaciones vienen a mí!
Parezco un imán para "las aventuras!".... estoy condenada a actriz de
reparto de una serie alocada de capítulos con todos los géneros: hoy policial…
Veníamos en la traffic los 8 pasajeros de rigor (son tan eficientes que todos hasta llevan en
el baúl, asiento para bebés. Insólito! Y todo relimpio! Tapizados impecables,
vidrios sellados para aire acondicionado, etc.)
Ya acercándonos al paso fronterizo, nos detiene la Guardia
(en remeritas azules y jean, nada de uniformes militares!) y tras el pedido de
rigor de documentos, nos piden bajar para revisar el vehículo. A 2 o 3 hindués
y a un brasilero le revisaron todas las pertenencias, incluído interior de billeteras, bolsillitos de interior de bolsos, cuadernos, etc.... A mí, nada! Bonjour Madame y
paradita al costado.
Todo bien…seguimos.
Al ratito el chofer empieza a gritarle por el espejito
retrovisor al señor que estaba sentado detrás de mí (un hindú de ojitos bien negritos pegados a su recta nariz). (los nativos o descendientes de africanos tienen la nariz ancha y chata)
No alcancé a entender el problema, creo que el señor
toqueteaba la rejilla de salida del airea acondicionado. Se quedó quieto.
Al poco rato, de nuevo! El chofer paró y le gritó más fuerte
y amenazante.
El señor tanteaba buscando algo entre el plástico
guarda-riel de la puerta corrediza y el techo interior, con bastante
desesperación y alevosía.
Ante la furia del chofer, debió confesar su pecado: había
arrojado allí un paquetito con (no entendí: droga? Dinero? Polvo de oro? Para
el caso da lo mismo) cuando paramos en La Guardia fronteriza, y ahora no lo
podía recuperar…
Se ve que valía lo que sufría porque prácticamente arañaba
el tapizado queriendo desprender la protección.
El chofer casi lo mata! Buscó un destornillador para
desarmar el plástico de la puerta y le entregó un sobrecito blanco.
El hindú insistía en que debía haber otro!
El chofer lo puteaba ( en elegante francés también se putea!
Ja!) y la cosa no aparecía. El hindú seguía desesperado moviendo las rejillas
del aire, buscando bajo los asientos, y cuanto rincón había.
Ya pasaba más de una hora… y muchos empezaron a preocuparse
por el horario de la aduana, ya que la cierran de 12 a 14 para almorzar…. Como yo no tenía idea, no me preocupaba de
nada, solo observaba.
Finalmente el chofer, rearmó la puerta, y lo amenazó con
entregarlo en el próximo puesto, ya que para él era obviamente un compromiso,
portar “eso”!
El hindú se tranquilizó y quiso conformarse con solo 1
paquetito. Andamos un rato más…
El hindú seguía “relojeando” los huecos y hendiduras.
Ya no había góspel que calmara la tensión reinante.
En un momento, el hindú pega un golpe en el techo y lo
amenaza al chofer para parar y bajarse ahí mismo. No sé adónde pensaba escapar,
porque sólo se veían campos y selvas… pero evidentemente prefirió eso y
abandonar su carga, a llegar a un puesto policial.
El chofer detuvo la Traffic de un sopetón, y lo bajó de un
brazo como a un niño expulsado de la clase.
Corrió la puerta con la misma delicadeza de cada vez
(cuidaba lo suyo), y salimos a las disparadas.
Quiso hacer la denuncia al pasar por el puesto, pero muchos
le rogaron que la hiciera a la vuelta, porque ya teníamos los minutos contados…
Fin del capítulo policial, no se asustaron, verdad? bien!
Seguimos…
Llegamos a otro río, con otras mini lanchitas y todos se
subieron en un segundo, conocedores del camino…
Yo miré para todos lados, y no ví la correspondiente Oficina
de Migraciones. Le pregunto al chofer que ya partía presto, y me indica para
“lá…” . Veo una mínima construcción como
a 4 cuadras.
-“Y porqué no me paró allí para sellar mi pasaporte (él
sabía que yo debía hacerlo, aún no entiendo porque casi nunca nadie lo
hace.) antes de avanzar hasta aquí? Ahora lléveme de vuelta, yo no voy a caminar
4 de ida y 4 de vuelta con esta mochila!” (la lancha ya se iba y el calor
sofocaba). Con mi mejor sonrisa pero con la exigencia de quien pagó en euros!
Ja!
De mala gana me llevó. Siendo 11,59 me sellaron la “salida”
literalmente, ya que cerraron la puerta tras de mí. Me volví a alegrar con mi sellito y mi “Au
revoir Madame… A Tout a l´heur..!”
Volví al puertito y ni una lancha… estaban almorzando…
Debía esperar hasta las 2!
Buah…
“Todo es como debe
ser….”- me tranquilicé dispuesta a ver correr el agua, y llenarme de la Paz de las flores silvestres.
Me sentí “No soy de aquí… ni soy de allá….” como cantaba el
célebre cantautor argentino Facundo Cabral.
Mientras meditaba la espera, se me ocurrió que si lanzaba
una plomada desde el punto en que me encontraba, la punta de la bocha iría a
parar exactamente a mi casita en Buenos Aires! Ja! geométricamente hablando en vertical en
un plano de un mapa. pero ya saben... las hormigas hacemos caminitos más tortuosos... pero llegar, llegaremos...! (tenemos la constancia y el tesón a nuestro favor!)
Será que cuando tiraron la semilla de mi Alma desde arriba,
se partió en el éter, y una parte fue a caer al Sur, y otra se salpicó en La
France? O en la encarnación de “Mikel” por acá nomás…? (Que las hay…las
hay! Mais J´n´sais pas….!)
En eso se me acerca un botero y se ofrece a cruzarme en su
lanchón (a precio de taxi privado, ya en “Reales” no me pareció tanto y acepté,
cuanto antes afrontara el nuevo idioma…
(ja! me lo debo proponer con Mucho Amor, aunque a muchos les parezca tan
raro…)
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