jueves, 3 de diciembre de 2015

D.F.

Llegar al DF tempranito en día laboral, pretendiendo ir al centro en metro, con mi gran maletota, no fue una idea demasiado genial!

El pequeño gran problema, es que aquí el subte no tiene escaleras mecánicas! Y para llegar a la dirección de mi hostel, tuve que hacer una combinación de 3 líneas en diferentes subsuelos…! Y largos pasadizos…

Por suerte, sigo admirando la cordialidad y gentileza de los mexicanos, que ante mi cara de pavura ante los escalones, siempre aparecía uno dispuesto a alzarse con mi valija y dejarme con una sonrisa de más que AGRADECIDA!!


Enlatada como sardina a las 8.30 am. llegué finalmente a destino! Tiempo propicio para un desayuno de relax, dejar las cosas, y salir “a conocer” mapita en mano!

A las pocas cuadras, descubrí un puesto de alquiler de bicis y allí me monté directo al Parque de Chapultepec.


Una especie de gran Palermo, con lagos con patitos, botes y puentes entre la hermosa vegetación. Especies gigantes de ahuehuetes llamaron mi atención por el colorido y rugosidad de sus cortezas, como por su tamaño! Centenares de ardillitas los habitan de arriba abajo mientras se te acercan a que les des de comer, como si te conocieran.










Algunos se alzan homenajeados, y otros ya caídos, te desprenden lágrimas…



Aquí mismo funciona el zoo, y hay varios museos. El de Antropología es el más importante, de moderna arquitectura y salas muy bien presentadas. 









Me puse al día con la historia azteca, con las vasijas, utensillos, momias y demás…. Hasta que mis  piecitos pidieron piedad.


















Visité luego el de Arte Contemporáneo, pero salí refrustrada! Nunca voy a dejar de admirar la autoestima de los artistas que llegan a exponer obras tan valiosas (¡?) como un palo de escoba, bolitas de telgopor en la maceta de la abuela, o un piolín colgado “con arte”(¡?) en la pared….




O bien tienen banca con los curadores, o…. son “tan” creativos que mi capacidad de observación no llega a captar algún detalle importante de la cuestión. A las pruebas me remito. Se fini para mí, a otra cosa mariposa!

Lo cierto es que el DF me sorprendió por sus avenidas, sus modernos edificios empresariales, 










y por sus barrios antiguos de callecitas de color. El naranja, el morado y el fresa de los muros, te impregnan una alegría tibia que te va creciendo en el corazón.

Por todos lados hay vendedores ambulantes de comidas con nombres que no llego a retener, cuyos humitos se te meten en las venas y te pican los ojos de curiosidad. Pero mi lengua ya escarmentó y no se anima a más.






Subí por el Paseo de la Reforma con sus estatuas y sus fuentes 




hacia el centro histórico, denominado El Zócalo. Es la gran plaza central con la desmesurada Catedral


 ultra super barroca que me dejó con la boca abierta! Y me hizo recordar la monumentalidad de la de Cuzco, evidentemente hermanadas por la conquista hispánica.

A pesar del relajo que me producen esos altares y baldoquinos de oro, no podés dejar de admirar el trabajo de todos los que intervinieron en su construcción, en esas épocas…. Alrededor del 1700 en sucesivas etapas… y proyectos superpuestos. Lo que más me sorprendió fue el enorme Cristo Negro que preside el primer altar. 

Digo primer, porque la Catedral tiene dos sectores. Uno corto al inicio, con un gran órgano por encima,  y por detrás de éste, la gran nave principal que desemboca en el altar mayor dedicado a la Guadalupe, patrona indiscutible de los mexicanos*. O sea, a esta nave no se llega directo desde el atrio de la calle, sino que hay que rodear el primer altar. Tampoco tiene crucero transversal, todo va en una única dirección, aunque con altares menores laterales todo a lo largo y en la rotonda posterior, con cuánto santo mortificado y difuntos amortajados en ataúdes vidriados, propicios para la culpa y la resignación. La economía del alumbrado y las pinturas oscuras de los murales te sometían a un dramático estado de zozobra… 

Salí rajando! A respirar el aire festivo de la calle, donde el organillero convocaba a un bailecito a cambio de monedas.


¨* el próximo 12 de Diciembre es la fiesta patronal de la Virgen, y dicen que el DF desborda de feligreses que ya están llegando en procesiones desde el interior del país. A juzgar por las multitudes que recorren las calles y la plaza, parecería realmente cierto. Veremos de que se trata…


Formando ángulo de 90°, al otro lado de la plaza, se halla el Palacio Nacional, donde funcionan dependencias del gobierno y un museo histórico, otro de máscaras, que les comparto la visita: 










En los muros del balcón del primer piso que rodea el patio central, se hallan unos murales de Diego Rivera, dignos de admiración!






Salí de allí y me metí en cuanta galería de arte había, antiguas casonas con paredes azulejadas, confiterías tradicionales 











Cálidamente iluminado y abierto a una función de gala, me dio la oportunidad de recorrer sus instalaciones interiores, y admirar los murales de otros artistas, entre ellos Siqueiros.

Rematé la noche en la plaza Garibaldi, centro de comederos con mariachis, 
pero como la lluvia no cesaba, había poca gente. Y como estas cosas, sin compañía masculina, me ponen un tanto melancólica, decidí darme por agotada y  por terminado el día.











Que sueñen con la palomita de la Paz…   



los QUIERO!!!

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