Llegar al DF tempranito en día laboral, pretendiendo ir al
centro en metro, con mi gran maletota, no fue una idea demasiado genial!
El pequeño gran problema, es que aquí el subte no tiene
escaleras mecánicas! Y para llegar a la dirección de mi hostel, tuve que hacer
una combinación de 3 líneas en diferentes subsuelos…! Y largos pasadizos…
Por suerte, sigo admirando la cordialidad y gentileza de los
mexicanos, que ante mi cara de pavura ante los escalones, siempre aparecía uno
dispuesto a alzarse con mi valija y dejarme con una sonrisa de más que
AGRADECIDA!!
Enlatada como sardina a las 8.30 am. llegué finalmente a
destino! Tiempo propicio para un desayuno de relax, dejar las cosas, y salir “a
conocer” mapita en mano!
A las pocas cuadras, descubrí un puesto de alquiler de bicis
y allí me monté directo al Parque de Chapultepec.
Una especie de gran Palermo,
con lagos con patitos, botes y puentes entre la hermosa vegetación. Especies
gigantes de ahuehuetes llamaron mi atención por el colorido y rugosidad de sus
cortezas, como por su tamaño! Centenares de ardillitas los habitan de arriba abajo
mientras se te acercan a que les des de comer, como si te conocieran.
Algunos se alzan homenajeados, y otros ya caídos, te
desprenden lágrimas…
Aquí mismo funciona el zoo, y hay varios museos. El de
Antropología es el más importante, de moderna arquitectura y salas muy bien
presentadas.
Me puse al día con la historia azteca, con las vasijas,
utensillos, momias y demás…. Hasta que mis piecitos pidieron piedad.
Visité luego el de Arte Contemporáneo, pero salí
refrustrada! Nunca voy a dejar de admirar la autoestima de los artistas que
llegan a exponer obras tan valiosas (¡?) como un palo de escoba, bolitas de
telgopor en la maceta de la abuela, o un piolín colgado “con arte”(¡?) en la
pared….
O bien tienen banca con los curadores, o…. son “tan”
creativos que mi capacidad de observación no llega a captar algún detalle
importante de la cuestión. A las pruebas me remito. Se fini para mí, a otra
cosa mariposa!
Lo cierto es que el DF me sorprendió por sus avenidas, sus
modernos edificios empresariales,
y por sus barrios antiguos de callecitas de
color. El naranja, el morado y el fresa de los muros, te impregnan una alegría
tibia que te va creciendo en el corazón.
Por todos lados hay vendedores ambulantes de comidas con
nombres que no llego a retener, cuyos humitos se te meten en las venas y te
pican los ojos de curiosidad. Pero mi lengua ya escarmentó y no se anima a más.
Subí por el Paseo de la Reforma con sus estatuas y sus
fuentes
hacia el centro histórico, denominado El Zócalo. Es la gran plaza
central con la desmesurada Catedral
ultra super barroca que me dejó con la boca
abierta! Y me hizo recordar la monumentalidad de la de Cuzco, evidentemente
hermanadas por la conquista hispánica.
A pesar del relajo que me producen esos altares y
baldoquinos de oro, no podés dejar de admirar el trabajo de todos los que
intervinieron en su construcción, en esas épocas…. Alrededor del 1700 en
sucesivas etapas… y proyectos superpuestos. Lo que más me sorprendió fue el
enorme Cristo Negro que preside el primer altar.
Digo primer, porque la
Catedral tiene dos sectores. Uno corto al inicio, con un gran órgano por
encima, y por detrás de éste, la gran
nave principal que desemboca en el altar mayor dedicado a la Guadalupe, patrona
indiscutible de los mexicanos*. O sea, a esta nave no se llega directo desde el
atrio de la calle, sino que hay que rodear el primer altar. Tampoco tiene
crucero transversal, todo va en una única dirección, aunque con altares menores
laterales todo a lo largo y en la rotonda posterior, con cuánto santo mortificado
y difuntos amortajados en ataúdes vidriados, propicios para la culpa y la
resignación. La economía del alumbrado y las pinturas oscuras de los murales te
sometían a un dramático estado de zozobra…
Salí rajando! A respirar el aire
festivo de la calle, donde el organillero convocaba a un bailecito a cambio de
monedas.
¨* el próximo 12 de Diciembre es la fiesta patronal de la
Virgen, y dicen que el DF desborda de feligreses que ya están llegando en
procesiones desde el interior del país. A juzgar por las multitudes que
recorren las calles y la plaza, parecería realmente cierto. Veremos de que se
trata…
Formando ángulo de 90°, al otro lado de la plaza, se halla
el Palacio Nacional, donde funcionan dependencias del gobierno y un museo
histórico, otro de máscaras, que les comparto la visita:
En los muros del
balcón del primer piso que rodea el patio central, se hallan unos murales de
Diego Rivera, dignos de admiración!
Salí de allí y me metí en cuanta galería de arte había,
antiguas casonas con paredes azulejadas, confiterías tradicionales
Cálidamente iluminado y abierto a una función de gala, me dio
la oportunidad de recorrer sus instalaciones interiores, y admirar los murales
de otros artistas, entre ellos Siqueiros.
Rematé la noche en la plaza Garibaldi, centro de comederos
con mariachis,
pero como la lluvia no cesaba, había poca gente. Y como estas
cosas, sin compañía masculina, me ponen un tanto melancólica, decidí darme por
agotada y por terminado el día.
Que sueñen con la palomita de la Paz…
los QUIERO!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Si querés, dejame aquí tu mensaje o compartime tu Milagro...