Nuevo día,
nuevo paseo: a una hora del centro del DF. se hallan las ruinas de la cultura
teotihuanesa, que no es azteca ni maya! Las famosas pirámides del Sol y de la
Luna, también la de Quetzacoatl y otras menores.
Están construídas
con piedras locales, aunque de tamaños más “manejables”, por lo que aquí nada
de suposiciones de Ovnis ni ayudas externas, puro trabajo de mano de obra dura
y eficaz. Así que bien se podría decir en este caso: La Fe mueve montañas!
El gran
desafío de todos los turistas es subirse los nosecuantos escalones, nada
confortables, ya que la pendiente es abrupta y la altura de los mismos va de
los 40 a los 60 cms. de alto! (algo más que tu propia rodilla c/u!). Por
supuesto no me quedé atrás! Con paciencia,
esfuerzo, constancia y debida respiración profunda, pude arribar a la cima,
disfrutar la gran vista y el ego inflado de orgullo!
Pero la
cosa, es bajar!!! Eso sí es otra cosa…!
no tan maravillosa… aunque necesaria ineludiblemente, ja!
Aunque "Los Voladores", un grupo de indígenas de show lo hacen de una forma no convencional, al ritmo de sus pitos y matracas.
Tomadas las consabidas fotos a las pinturas rupestres, cabezas esculpidas de dragones y reptiles, pumas y diablos, me retiré dispuesta a una buena siesta al sol, cual lagartija, ja!
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