sábado, 17 de junio de 2017

11ª Arancones


Una…dos.. tres…cuatro…cinco?....seis!!????  campanadas!   ¿Son las 6?!!!  Y aún estoy tendida en la colchoneta en el piso.  Me incorporo como si fuera a perder el tren y veo que “Todos” (las 30 colchonetas) estamos incorporandonos, tratando de salir de las bolsas de dormir… que nadie se habia despertado antes!   Que nadie hizo ruido de cierres relampagos de mochilas ni desodorantes, ni bolsitas de nylon, ni alarmas de despertadores..ni nada!
Que somnífero nos habrían puesto en la sopa de la noche anterior?


















La promesa de un buen desayuno!!!  A servirse a las 6,30, hora en que se abrirían las puertas de ese albergue, por lo cual todos secretamente habíamos ordenado a nuestros cuerpos a no adelantarse y disfrutar de 1 hora mas que lo habitual!
Por lo demás, la noche anterior disfrutamos de un momento íntimo de reflexión en el coro de la Parroquia, al cual se llegaba por unos pasadizos medievales dignos de El Jorobado de Notre Dame.

Los hosteleros iniciaron con una bendición y nos invitaron a pasarnos una vela diciéndonos solo el nombre y el país de origen, y luego un abrazo de corazón!   Cosa que a la mayoría les costaba un montón acercar el pecho o mirarse a los ojos… (no son latinos! Recuerden que su saludo habitual es estirar el brazo para presentarse dándote la mano, como máximo!)
Al 2º o 3º intento, ya todos lo lograron, ya que lo compartido, va creando lazos que no necesitan demasiadas palabras…  y abundan las sonrisas.  Para esa hora, por suerte, ya estábamos todos bañaditos y perfumados, cosa de lo más agradable!   Ya que también aprendimos a respetarnos los tufos durante el día, las sacadas de las zapatillas con sendas medias, los emplastes mentolados para embadurnar las hinchazones y cualquier otro que se desprenda de nuestros cuerpos (no mas aclaraciones!)

Lo cierto que hoy partimos llenos de energía, dejando atrás La Rioja para pasar a entrar en tierras de Castilla (El Cid cabalga…)

Decidí arrancar con Annabel (de Alemania) ya que desde el 2ª día me la vengo encontrando y nunca nos poníamos a hablar…
Ella luce como una extraña pastora, siempre vestida de negro, con un callado de palo, una mochila enorme, un morral largo y  negro a su costado y pañuelo al tono cubriendo su trenza de costado. Tiene un rostro tan calmo como su paso… lentamente  va llegando siempre en la retaguardia…  sin acelerar ni en las bajadas. Casi no habla, pero siempre sonríe…  Intrigante…desapercibida… humilde!
Pusimos nuestro paso a la par, cosa que debes decidir con la cabeza, pero enseguida tus pies aprenden al ritmo de tu oído que ya no percibe dobles apoyos, sino como si ambos fueran de uno sola persona .
Enseguida descubrí su secreto: cada caracol  que esta cruzado en el camino de piedritas, se agacha a recogerlo y lo deposita amablemente en la tierra a un lado, entre el verde de las  plantas, “para evitar que algún desprevenido lo aplaste sin querer…”- me explica dulcemente. Ojalá todos hiciéramos lo mismo con nuestros humanos semejantes! Sobre todo con los mas débiles.

También me explico que el Camino se puede dividir en tres partes: en la primera, todos tomamos conciencia del Cuerpo, a través de los dolores  (Por cierto: hoy mis tobillos mejor, aunque lucen como patas de elefantes, ni embarazada logré ese estado! Pero ya casi no me importa que duelan! Están ahí y listo! Y avanti!..) .  Bueno luego sigue la segunda etapa de la mente: serán los próximos 200kms. del cruce del desierto, donde ni un mísero árbol te librara de la lucha con tu mente, para arribar a la 3º de ocuparse de lo espiritual…

Ella lo va haciendo por segunda vez!  No es la única, hay muchos que ya vienen por la cuarta! O que ya perdieron la cuenta de cuantas van, o los que te cruzas de contramano porque ya están volviendo, los que viven en el Camino desde hace años intermitentemente rebotando en cada punta, para no parar nunca mas…, los que vienen por otros caminos (el Aragonès, el portugués, etc), o desde mas lejos, como ella que viene desde los Alpes suizos. Hay otra desde Holanda, desde Lourdes, desde la Bretagna francesa, etcs… Hay para todos!

En un momento, a la vera del solitario camino, había una botella de litro y medio de agua, paradita en silencio. Pasamos a su lado casi sin verla. De repente me doy cuenta que no es bueno dejar plásticos por el Camino, como así tampoco, ninguna basura. El Camino es de todos!   Decido volver sobre mis pasos y recogerla, con la intención de tirarla en el próximo basurero que vea. Al instante me doy cuenta que es un peso considerable hasta el siguiente pueblo a los 7 kms., por lo que creo mejor, abrirla, volcar su contenido en las plantitas adyacentes y aplastarla en mi mochila.
Anabell enseguida dice: -“Mejor no!, porque habrá alguien sediento en breve. El que se la dejó sin querer ahí, quizá se arrodilló a atarse los cordones y al levantarse se la olvidó… y ahora estará puteándose por haberla olvidado…”.  Me encantó esa forma de pensar, distinta a la mía, que ya estaba enjuiciando a un invisible, culpándolo de una afrenta a la naturaleza!  Cuanto para aprender… Así de simples son las lecciones del Camino.

Me contó entonces una experiencia que tuvo en su anterior viaje: su hermano le había regalado una petaca muy linda antes de partir, para “los momentos difíciles”. Ella la portó hasta León donde se la olvidó sin querer. Para cuando se dio cuenta, ya no se merecía desandar lo echo, aunque se sentía culpable de perder el regalo de su hermano. Al llegar a Finisterre  (3 días extras al final de Santiago), un ex compañero de ruta, porque desde León no se habían vuelto a encontrar, la saludó a la distancia con su mejor sonrisa en alto con la petaca en la mano. ÉL la había encontrado y en vez de pensar que ella la dejó por peso excesivo (cosa que todos vamos descartando aunque sea un frasco de shampoo recién comprado, o un prolongador de más!), este joven se motivó para cargarla con la esperanza de reencontrar a su dueña y entregársela!!  Y aún tenía todo el cognac adentro!  Es genial ver que hay otros que piensan tan bellamente…

Notamos que las tierras rojas de los viñedos, mutaron en amarillentas, amplias plantaciones de amapolas blancas nos acompañaron un buen trecho…





Así charlando  (mezcla de francés y de ingles alternativo, llegamos a Arancones, un pequeñisimo pueblo donde paramos en otro albergue parroquial (con donativo), porque el calor ya estaba siendo insoportable. Mis tobillos estaban a reventar, aunque mi alma iba mas liviana que nunca. Siento una energía tan mezcla de fuerza, calma, alegría, entusiasmo…  que si no fuera por la insolación, seguiría 20 kms. mas!
Pero sabemos que no hay que descuidarse, escuchar al cuerpo y parar!

El río en sombra llama a una refrescada de pieces merecedores de masajitos con vaselina!
 Nunca en mi vida, me hubiera imaginado toqueteándome tanto mis desalineados deditos! Pero ahora como los quiero! Cómo a todos uds!!! Ja!  A disfrutar!!! Plaff!!!








Qué porque no tantas fotos??  Las señales de internet son tan débiles, y somos tantos tratando de captar alguna ondita, que no me cargan las fotos!  Hasta nuevo aviso!  Ya subirán…  Paciencia!  Como el Camino…   Ja!  Paso a paso…
Nos vemos en el próximo!...  besitos castellanos!

                                                            tiempo de relax....

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