sábado, 30 de junio de 2018

Yellowstone II


Descansada y feliz, siendo las 6 am. me preparé un desayuno con mis tecitos y barritas de cereal, y me fui a asolearme suavecito a una terraza cercana, donde “justo” en ese momento, se divisaba en todo su esplendor, otra nueva erupción del Old Faithfull!!!


Increíble bonita manera de empezar el día!



Quise volver a agradecerle la gentilea al gerente pero aún no estaba en funciones.

Aunque “justo” una pareja mayor salía hacia mi siguiente objetivo del día: “La bacina de porcelana”. Allá vamos!



Resultó que es una especie de cascada, donde el sulfuro de las fumarolas se va depositando y formando una superficie grisácea rosada de apariencia resbaladiza y brillante, algo semejante a la loza… aunque la adivinás a través de las nubes de vapor que ella misma produce. Un efecto bastante bonito y diferente a todo lo conocido! 



Faltaría agregarle la descripción del olor a toda la zona, que no diría que es muy agradable. 

Aproveché a invocar a los espíritus para alejar a cualquier posible demonio de mi interior y/o alrededores… (por lo del sulfuro, digo! ja!)


De allí un directo al Cañon Village!  Otro sector del Parque, que como su nombre lo indica, es un cañon entre montañas rojias, en cuyo valle corre un río, para variar, y cada tanto se producen bellas cascadas de diferentes alturas. Después de haber estado en el Cañon del Colorado y en los Gorges du Verdon (Francia), éste no me llamó en absoluto la atención.










Lo que más disfruté de ese momento, fue contemplar una hormiga en la corteza de un árbol diferente, mientras yo saboreaba una fresca naranja…  Ya ven, hay para todos los gustos! Y me sentía profundamente identificada....


Decidí retornar a pie hasta el Centro de Visitantes, ya que el clima acompañaba, que tenía suficiente tiempo, y que me apetecía atravesar un poco de bosque “a solas” y no tanta ruta pavimentada. 



El sendero inspiraba mis mejores recuerdos y fantasías de Caperucita libre, hasta que pasada una hora, me agarró un miedito de no haber tenido en cuenta los avisos de “Cuidado con los osos” que proliferan por todos lados, y en todos los folletos del Parque. 



Tarde para dar marcha atrás, sólo me quedaba estar muy atenta: afiné mis oídos y mis ojos, y proseguí la marcha a un poquito más de velocidad, aunque sin correr! Ya que realmente aún no había motivos reales.

Continué disfrutando del piar de los pajaritos, y de los clarosocuros entre las hojas brillantes de sol, del frescor de la brisa y los aromas de los diferentes pastos.

Finalmente llegue a un área de cabañas de alquiler y una gran  tienda. 

En la entrada había un stand de venta de aerosoles paralizantes para osos. Podía ser venta o alquiler.
 Lo que es seguro es que es el “negoción” del Parque!  Todo el mundo se detiene a comprar un envase “por previsión”, como si fueran a bajarse del auto en algún momento, ja!  















Lo cierto que en 48 hs. en el Parque, no vi ningún Yogui!  
Sólo 3 visones, perdón! “bisontes” (que aprendí que son lo mismo que Búfalos), unos 2 o 3 ciervos, una víbora  y unas pocas ardillas… en fin!  es más lindo por el canal del National Geographic, ja!







Aproveché la tienda para comprarme un helado de chocolate como premio a mi caminata, y encontré una hamaca a la sombra donde me sentí una reina en su trono. Esto es disfrutar con lo simple!


Pasado el break, encaré nuevamente el camino hacia las Marmoths Spring, último punto pendiente. Enseguida una Traficc con tres jovencitas a bordo, se detuvieron a llevarme. Ellas estaban encantadas con mi aventura y yo con su camioneta hecha casita.

Pasamos por la “Big Fall”, que tenía más nombre que agua, y seguimos…


Cuarenta  minutos más tarde estábamos  ya en la meta.

Otro Centro de informes para Visitantes, otra cafetería, otra tienda de Souveniers, otro fabuloso hotel, otro parking para millones de autos y super casas (camiones con acoplado!!!) rodantes, y por allá atrás, las Marmoths.





Unas extrañas formaciones que dejó un volcán erupcionado y cuyas cascadas de lava se encuentran ahora secas, aunque aún hay pequeñas erupciones de gases y chorrillos de agua termal hirviente –prohibido acercarse!-  sólo para las fotos.  Interesante los colores y las formas, aunque ya tanto turismo apuntando hacia el mismo punto, me estaba cansando.












Me fui a hacer un recreíto de mandarinas y barrita de cereal, y a revisar el mapa para decidir el siguiente paso.

Si ya transité Wyoming, porqué no seguir a  Montana?

Salida Norte del Parque? Gardiner! Allá vamos!

Llegué en menos que canta un gallo, realmente estaba muy cerquita, y como tal, el orecio de los hoteles para pasar la noche, carísimos!

Es un villorio con aspecto de película de cowboys, bares del lejano far west para turistas, y más tiendas de souveniers! 









Muchos locales de alquiler de kayacs para rafting en el río Yellowstone, y pare de contar. Ergo:  nuevo dedo en la ruta de salida.

Pasó entonces una pareja joven que me avisaron “que estaban fumando”, si no me molestaba… Por supuesto sí pero dije que no, con tal de viajar pronto, ya empezaba a anochecer…

Lo que no entendí es que se trataba de marihuana…

Y acompañaban con una lata de no se qué que también compartían. La música a mil, y la camioneta a diez mil! Las risotadas a cien mil! (las de ellos, yo empecé a paniquear… entonces mejor me puse a rezar, en serio!)

La chica peliroja muy amable, me preguntó si me quedaba bien Helena, la capital? Supuse que sería una ciudad con alternativas y dije que sí una ve más, ya me daba lo mismo. No era cuestión de quedar a mitad de camino en la ruta de noche.

El muchacho, recién inmigrado de Africa,  tras otro pucho de no sé qué hierba nauseabunda, se quedo dormido. 

Ella al volante, se fue tranquilizando, y manejó las siguientes 3 horas con prudencia y decisión. Gracias ángelitos! Uds. sí que son todo servicio! Todo terreno!

Al llegar a Helena decidí ir directo al albergue “de rescate” que tenía en la lista que me habían facilitado en Coddy, ja!  ya tenía ficha de antecedentes como homeless, y no era cuestión de andar caminando con la valija buscando hotel barato.

La “shelter” resultó un tanto más precaria que la anterior, y menos amistosos, aunque igual me ofrecieron un sándwich (la cena ya había pasado) y sábanas limpias en una habitación compartida de mujeres solas. Es un decir, mi nueva compañera de cuarto dormía con su enorme perro negro a sus pies.

Yo estaba tan rendida que no me importó, sólo quería una ducha y dormir, y así lo  hice!  


A la mañana siguiente, compartimos con Anne, la anciana del perro, desayuno y consejos, y me despedí amistosamente. Nuevos rumbos me esperaban….

Salí a recorrer la ciudad tempranera y me asombré de lo bonita que es!




















Muchos edificios art- decó, plazas, calles tranquilas, árboles por aquí y por allá, las montañas alrededor, y un clima de serenidad…   que coincidía con el mío.







Entré a un café con música de los Beatles, y me puse a contarles todo esto…




Gracias por acompañarme!

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