martes, 31 de julio de 2018

P.E.I.



 Meta del día: de Causapascal (Presbitería) a la Isla Príncipe Eduardo: 500 kms.

Salí con mi valijota rodante por la costanera del río, y mientras aguardaba “mi chofer del día”, un puente colgante llamó mi atención.




A su derecha, otro!  Colgante más difícil! Ideal para suicidas, sonámbulos o distraídos.
Yo paso…

Enseguida paró una camioneta con un señor de camisa de mangas largas, muy prolijo, pero que hablaba en un dialecto francés totalmente inentendible. Imposible entendernos. Por lo que le mostré mi línea de destino en el mapa, y seguimos en silencio.

En silencio es un decir, porque a cada rato sonaba un pitillo de alarma en la radio, y él se enchufaba una boquilla (como las de control de alcoholemia) en la boca y soplaba con fuerza a intervalos repetitivos, hasta que el pitillo se calmaba.
Asombrada, aunque educada, lo miré hacer sin preguntar nada. Sabía que no entendería la respuesta, y dí por hecho que se trataría de una bomba de oxígeno para asmáticos. Ni idea si era eso, pero me conformé con mi propia respuesta.

A falta de explicaciones, le siguió una tos expectorante como de fumador empedernido. Pobre! El que sufría era él! Aunque se ve que estaba acostumbrado, porque no largaba el volante, ni disminuía la velocidad, con ninguna de las acciones anteriores.

Entonces ví que tenía los dorsos de las manos totalmente blancos y ampollados: Soriasis severa!  De reojo ví que también tenía las mismas manchas en el cuello y en parte del rostro, bajo los grandes lentes negros. Pobre! Realmente debía tener un gran problema, y unas cuantas molestias. Sé que eso pica un montón. Me dio pena…

El paisaje seguía de lo más maravilloso y pasamos por otro gran puente llegando a la Ville de la Cruz.

















Parecía que era el día de “Puentes”.

Entonces volvió a sonar el pitito, y nueva escena de soplidos y toses posteriores.  

Esto se repitió durante los 100 kms. que me llevó.

Ni idea de qué se trataba, pero una vez más pensé en lo privilegiada que soy que a esta altura (60! Para los curiosos) tengo una salud de oro! Y una vez más, AGRADECÍ!

Cambié de auto y de chofer: Robert,un directo a P.E.I..! (Principe Edward Island)  400 kms! en 5 horas de honrosa charla, donde me contó la historia de los Acadienses (ver próximo capítulo en Islas de la Madelaine), y la historia de su familia. Además de mostrarme varios videos de su hijo cantor Paul, de 10 años, ganador del Programa de Fama y Talentos en USA del año pasado, y que desde entonces no para de dar shows en giras por todo el país y grabar discos. Uno junto a Mark Anthony!  La verdad, que sonaban lindo, y la baba del padre orgulloso, llenaba el auto poco a poco, Ja!

Me contó de sus otros 3 hijos, todos genios y campeones de distintas actividades: beisball en la Liga de no sé cuánto, otra que baila en el Circus de Soleil y otro fotógrafo profesional.

Él estaba tan contento que iba al encuentro de otros dos amigos, por unos días de barco a vela (su hobby). Primeras vacaciones “solo”! desde que se casó hace 25 años y al parecer seguían en idilio amoroso.

En esas historias estábamos, cuando apareció el Gran Puente que une el continente con la P.E.I.  

 



El más largo de Canadá, 17 kms.!!! y el único peaje que hubo que pagar en tantos días que vengo en rutas.   Fue construido hace apenas 14 años! Por un consorcio privado, y dentro de 10 años pasará al estado de Canadá, que recién entonces tendrá derecho a las recaudaciones.

Tan contento (y tan charlatán) iba Robert, que al llegar a la Isla me invitó a cenar, con el compromiso de luego llevarme a la casa de la pareja coursurfing que me alojaría (amigos de Roger) (Esto es una verdadera cadena de favores!)

Él debía esperar al día siguiente para pasar en barco a las Islas de la Magdalena, que yo también tenía previstas, pero para dentro de tres días más tarde. Estuve tentada de aceptar la continuación del aventón, pero la prudencia me llamó a sosiego y disfrutar el Presente en la casa de Jude & Frank.



Al llegar, bajó mi valija, se disculpó por la tardanza, como si entregara una hija que llega tarde, y pidió permiso para estacionar su camioneta en el jardín, para pasar la noche durmiendo dentro de ella.

Frank sin ni conocerlo, aceptó la primera parte, pero lo invitó a pasar y cederle otro cuarto (Ya que sus hijos grandes ya no viven más en la gran casona en la que estábamos llegando).  Eso se llama CONFIANZA!  Yo le apunté unos porotos, asegurándoles que era un buen hombre, feliz de su familia, y no tenía más datos, más que su generosa sonrisa.

Robert aceptó gustoso, acomodó su auto entre unos árboles, y todos a dormir, cada cual a sus respectivos dormitorios recién otorgados.

Pasan cosas increíbles! En los viajes Milagrosos!  Para bien de muchos!


La mañana radiante estaba prevista para ir a la playa a la casa de la hermana de Frank. 

Jude preparó unas viandas para compartir, y marchamos a la costa opuesta de la isla (200 kms. de largo este-oeste, y anchos variados entre 20 y 80 de norte a sur)

Robert aún dormía, y los dueños de casa no se hicieron ningún problema de dejarlo descansar. Nos subimos a la camioneta, y partimos sin cerrar la puerta con llave. Éstos me ganaron!

La isla, donde la tierra es tan roja como en Misiones (Argentina) está absolutamente sembrada de papas, o patatas como eloos dicen...  Aquí Mc. Cain tiene sus plantaciones y sus usinas y empaquetadoras. De aquí salen las papas fritas para todo el mundo!



Las plantas son pequeñas, de unos 30 cms. de alto, bien apretaditas en hileras infinitas. 

Con millones de flores blancas a punto de estallar. Una belleza!  En dos meses más será la cosecha, fin de Septiembre. 

Aunque los granjeros están preocupados con la falta de lluvias y que este es el verano más caluroso de la historia de P.E.I.   (Como en todo el mundo!)

Llegamos a la cabaña que la familia alquila en una playa solitaria y exclusiva.




Disfruté mi primer baño de mar, con los brazos extendidos al sol, entre olas cálidas y calmas de un océano infinito mirando al pleno noreste del mundo!



Nos llamaron a almorzar y una vez más experimenté la gratitud de saborear algo exquisito por lo que yo no había tenido ni la menor preocupación en haberlo planeado ni preparado.  Un poupurrí de ensaladas (en mi honor sabiéndome vegetariana), y ostras para los amantes de los moluscos y otros bichos marinos.

Nobleza obliga, lavé los platos!

Todos los parientes charlaban de sobremesa, mientras yo me disfrutaba la reposera al sol. 











Volvimos temprano para pasar por el supermercado, donde para mí sorpresa, había una selección de vinos argentinos.

Compré uno para mis hostess, y lo compartimos en la cena.


Último día, decidí pasarlo tranquilo en la casa. No más vueltas hasta ponerme al día con los escritos pendientes. Por otro lado, me enamoré del ático, donde me refugié para unas horas de silencio y contemplación del mar desde las ventanas, y con el largavista!



  Espacio exquisito entre las maderas de la bohardilla y el piso lleno de almohadones. Relax…..

Por la tarde fuimos a nadar un rato a la laguna frente a la casa. Al salir del agua, los tábanos  nos comieron a picotazos . Como los dueños de casa saben que esto pasa en estos días del año, ya tenían preparado los toallones para saltar del agua directo dentro del auto. 

Al llegar a la casa, fue la misma escena con los mosquitos. Millones dispuestos al vampirismo! Corrí a la puerta de entrada por la cocina, y me refugié para nunca más salir.

El deseo me quedó corto, porque Frank se puso su uniforme de “colmenas” y se puso a preparar un salmón a la parrilla.  




Yo no pude menos que acompañarlo…  previo uso del gorro correspondiente a la ocasión.

Agotador eso de andar dándose palmadas en brazos y piernas para espantar a los millones de  vampirescos mosquitos.




Agotada, y sin probar el pobre difunto salmón (sino un exquisito guacamole con papas!) me retiré a mis aposentos a recobrar dulces sueños.


Vista desde mi ventana

Mañana a las Iles des Madelaines, nueva meta, más que recomendada!
Veremos, veremos, y ya lo sabremos….

PD: Como les dije, hoy día de Puentes! Ahora cruzaré el de la frontera entre el consciente y el más allá….    Gracias por acompañarme!

Buenas noches!



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