Yo chusmeé
el Facebook, y allí estaba la esperada respuesta de Gaby! Se acordaba de
mí! Se alegraba de mi contacto!
Maravilla de la era de la comunicación! Después de 40 años volver a
conectarnos!
Me contaba
que es feliz en Suiza, con 3 hijos ya adultos, que trabaja 4 días a la semana
de enfermera en un hospital donde su marido es médico…. Y que quería saber de
mí. Me alegro la mañana! (más de lo que ya estoy
últimamente!)
Roger me
llevó con su camioneta, a la salida de Quebec, no muy seguro de mi sistema de
“hacer dedo” en las estaciones de servicio. Insistía en que debía tener un
cartel grande, aunque aceptó que cada uno tiene sus sistema. Quedó sorprendido
cuando ni bien me bajé de su coche, al preguntarle al primero que estaba
cargando nafta, me dio su aprobación y metió mi valijota en su baúl.
Roger le
recomendó que me cuidara, y nos despedimos con un inolvidable abrazo “a lo
argentino!”.
Pierre-Louis
resultó un instructor de “Polo en kayak”, y llevaba todo su equipo en el baúl,
ya que iba a una competición en un lago cercano.
Me fue
hablando de economía circular y de los orígenes de las religiones actuales
comparadas con las mitologías greco-romanas, super interesante! Y encima le entendía todo! Lástima que
resultó corto el trayecto.
Quedé en una
recta donde era muy difícil que alguien parara, ya que los autos circulaban a
mucha velocidad.
Sin embargo,
otro ángel estaba encargado de la situación:
En dos
minutos, clavó sus frenos Charles. Al subir, me presentó a Amazonas y a Maxime,
dos jovencitas de 13 y 12 respectivamente, sobrinas postizas del conductor.
Ofreciéndome
de la cajita de cerezas que estaban picoteando, me contó que iban a un
concierto en Sainte Irenee, y que si quería podía ir, porque era una actividad
libre y gratuita, de todo el domingo, con unos músicos al parecer muy
prestigiosos.
Por supuesto
dije que me encantaría pero que ya tenía planes para tomar el ferry de Saint
Simon a las 13 hs.
Como iba con
tiempo, al llegar a Saint Irenee, y ver que era un lugar maravilloso, una
universidad modernísima rodeada de jardines y bosques de película, acepté
escuchar “un ratito”.
Charles me
propuso dejar la valija en el baúl, y me dio las llaves!!! Para que yo tuviera
la libertad de retirarme de la sala cuando quisiera. (Luego se las podía dejar
bajo una rueda).
Se dan
cuenta lo que la palabra “CONFIANZA” significa?
Y después me preguntan a mí, si no me da miedo entrar a autos con
desconocidos?
Este
muchachito me estaba dando las llaves de su auto, conociéndome apenas 30
minutos antes! Maravilloso!
Y Maravilloso
resultó lo que ví y escuché en el escenario: Un trió de piano, violín y
violonchelo, contando la historia de la música, con pasajes de autores y
músicas de todos los tiempos. Desde que se generó el sonido en las cuevas,
hasta la armada en los sintetizadores. Todo ensamblado en un diálogo de lo más
ameno entre los tres músicos y sus instrumentos: a saber, papá pianista con su
esposa violonchelista, explicándole la historia a su hija (9) violinista! Tres genios!!! Increíbles!!!
Un dinamismo, una plasticidad, ni una nota discordante, y pasajes de
exigencia! E X C E L E N T E ¡!!
De más está
decir que me quedé hasta que terminó, y ni me importó el horario del ferry en
la siguiente localidad. Ya habría otro más tarde…
Al salir, le
super agradecí la invitación, y las chicas (estudiantes de música) estaban
contentas que me hubiera quedado y disfrutado.
Charles me
presentó a sus padres, que vivían por ahí cerca, y éstos, encantados, me
invitaron a un almuerzo familiar en su casa, frente al río Saint Laureen. Otro
lugar increíblemente bello!
La casa con
un montón de detalles de flores y adornitos marinos, más toda la buena energía
de una familia en paz.
Las chicas
me llevaron al altillo y me mostraron “reliquias” de granjeros, improvisaron
una batería con maderas viejas, y nos reimos de tonterías, como buenas
adolescentes (ellas!)
Por la
ventana ví pasar una tanda de caballos por la playa…. ¡Qué embeleso!
Después del
almuerzo, no me dejaron ir!
Seguían los
conciertos y ya me estaban invitando a cenar en el de cierre que era con cena
incluída, y ellos ya tenían “justo” un boleto de más de otro amigo que no podía
asistir.
Después de
asistir a la calidad del concierto de la mañana, imposible desechar la
invitación, y me dejé tentar. Ya Dios provería dónde dormiría esa noche.
A las 15 hs.
otro genio interpretó la vida de Listz, en un monólogo teatral mientras tocaba
sus piezas durante todo el relato. Se fue cambiando la chaqueta, el moño o el
sombrero a lo largo de la interpretación como marcando el paso del tiempo, sin
interrumpir la música. Dedos de oro! Me
hizo llorar y poner la piel de gallina…
El mundo
está lleno de gente con unos dones maravillosos, desde la genialidad de la
creación, a la generosidad de su entrega.
Y no me refiero sólo a los artistas, sino a tanta gente anónima que me
va acompañando en este viaje, en la vida….
Tras los
merecidísimos aplausos de sala plena en pie, pasamos (Charles, sus padres,
Amazona, Maxime y yo ) a otra sala en otro pabellón, dónde había un espectáculo
de flamenco.
Una bailadora espectacular al compás de las palmas, el cajón y la
guitarra de su grupo. Quién me hubiera dicho a mí que en el día de hoy iba a
tener estos regalos del Cielo????...
Tomándonos
un recreo, bajamos todos como el clan que éramos, a la playa!
Atravesamos
las vías del tren de Charlevoix*, costeras al río, casi digo mar, recuerden que
es muchísimo, muchísimo más ancho que el Río de la Plata.
La madre
extendió una gran lona, del tamaño de una cama matrimonial! Y todos los adultos
nos acomodamos en las puntas para que no se volara, mientras las chicas se
metieron vestidas y todo! al chapuzón. Estaba el agua helada, pero para ellas 0
importancia.
*Charlevoix es el tren que yo quería tomar, pero que había
desistido por costo, destino y horario de partida de Quebec. Finalmente llegué
al mismo punto, aunque por las mías y a mi tiempo! Quién dijo que los Milagros no existen? Ja!
Volvimos a
la casa para que las chicas se secaran y la madre se encoquetó un poquito.
Mientras Charles hizo unos llamados y sonriendo me ofreció la posibilidad de ir
con él y las chicas, a la casa de su padre en Tradusac (150 kms. más al Norte) (El marido de su
madre, resultó que no era su padre pero lo parecía en todo momento).
Con todos
los gestos de confianza que había tenido y con la excelencia de todo lo
ofrecido, no dudé ni un segundo de aceptar la invitación, aunque no tenía ni
idea dónde sería Tradusac, ni dónde quedaría mi ferry…
El concierto
vespertino resultó otra maravilla para no variar : arpa y un xilofón medio turco
hicieron una delicia de sonidos medio orientales medio contemporáneos. Algo así
como el menú agridulce con el que nos convidaron. Exquisito en todos los
sentidos!
Con el dolor
de la despedida después de todo un día compartido, me despedí de la madre y su
compañero, y seguimos viaje en el auto de Charles con las chicas.
Estaban tan
contentas que yo siguiera con ellas a la casa del abuelo (que tampoco era
abuelo real ya que no eran hijas de Charles, Ja!) que iban cantando a capella a
dos voces, como dos privilegiadas que eran.
Hora y pico
después, ya anocheciendo sobre el río, lo atravesamos en otro ferry, y pasamos
a Tradusac.
Resultó una villa de lo más animada, ya que desde allí salen los barcos de avistajes de ballenas, que estaban en plena temporada. Un mundo de gente!
Sin
detenernos en el centro, seguimos por la ruta. En un momento Charles dobló por
un caminito arbolado ya oscuro. Al fondo una lucecita indicaba la presencia de
una casa.
La foto la tomé al día siguiente |
Enseguida
llegamos a la luz y a la sonrisa de Gerónimo que nos estaba esperando!
Como si me
conociera, tomó mi valija y la llevó directo a uno de los seis cuartos que
tiene la casa de tres plantas.
Cuarto con
cama doble super mullida, con baño privado, y vista …..al lago!!!
Las chicas
corrieron a ponerse las mallas nuevamente, a pesar de la hora! Ya era cerca de
medianoche, aunque en esas latitudes, apenas oscurecía.
Gerónimo me
mostró orgulloso su casa super bonita que él mismo remodeló hace unos años, y
dónde gustoso recibe a todos sus nietos y amigos de sus tres hijos. Sobre la mesada de la cocina había dos
grandes panes humeantes recién amasados por él mismo.
Abrió una
heladera repleta (todo en él denotaba abundancia y generosidad!) y destapó tres
cervezas haciéndome señas que lo siguiera al jardín de atrás.
Bajamos unas
escaleritas de piedra en penumbra y llegamos a una plataforma flotante con dos
sillones hamaca, y el bote a sus pies.
Las chicas
se zambullían ininterrumpidamente desde la escalerilla, y me invitaban a
imitarlas.
Pero con la
sobriedad (¿?) de una más que adulta, sólo me permití arremangarme los
pantalones y dejar colgar mis patas en el agua. Estaba calentita! Que delicia!
Más regalos del Universo…: cielo estrellado sobre un lago, cerveza
helada, buena compañía y risas de niñas
contentas! Gracias Dios por tantas
bendiciones!!! ¡Qué día!... Y todo por aceptar “cambiar de planes”, el
famoso dejarse fluir, aceptar la Vida como viene… no cuestionar! No planificar! Sólo SER y ESTAR! Aquí y ahora! Y qué “Ahora” maravilloso..!
Y aún no
terminaba!
Comenzó a
refrescar y volvimos a la casa para otra vuelta de botellitas y pan con manteca
de medianoche!
Amazonas y
Maxime volvieron con piyamas puestos y ganas de jugar a las cartas! Charles se sumó y estuvieron como una hora
más disfrutando el encuentro. Yo miraba sin entender demasiado las reglas, pero
disfrutaba al unísono las mulas y las trampas, como en todo juego que se precie
de bien!
Finalmente
la bier hizo su efecto; me despedí a mi aposento, feliz, agradecida,
sorprendida, rendida…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Si querés, dejame aquí tu mensaje o compartime tu Milagro...