Como todo lo
bueno, dos veces breve! (O algo así), la
mañana siguiente fue de despedida, y a seguir el Camino..! dejando siempre abierta la puerta a los
reencuentros futuros.
Volví a la
ruta, dedo mediante, con el desafío de volver a cruzar el largo puente que une
la isla con el continente, y seguir 900 kms. más! En el horizonte: Toronto!
Paso previo a las famosas Cataratas del Niágara, ya veremos, veremos… y
al fin llegaremos.
Lo cierto es
que me llevó sólo dos autos para salir y un tercero directo a Ontario!!!
Eran tres amigos cincuentones que volvían de
una semana de pesca en Newtherland con la carga trofeo de pescado en cubetas
llenas de hielo. Debían llegar a sus hogares
a 1200 kms. para la repartida antes que se echen a perder. Ergo, sin
paradas! Directo!
Amigables y
dicharacheros, músicos de profesión, y gustosos de la vida (excepto de la de
los pescados!) estaban encantados con mi historia de viajera, y sacaron a
relucir las propias cuando ellos también fueron jóvenes. Es hermoso este volver
a confiar, recordar los buenos tiempos, sentirse que uno todavía PUEDE!!! Ya les daba ganas de organizarse otra nueva
“escapada”, pero sin la camioneta, volver a “los dedos”. Vamos todavía!
Pensaban
turnarse manejando toda la noche, por lo que llegados a Riviere du Loup, ya
siendo las 20 pm., me pareció prudente pedirles que me dejaran en algún motel
sobre la ruta. Insistieron en continuar, ya que íbamos en el mismo sentido,
aunque yo sin urgencias! Así que decliné el ofrecimiento, y entonces me
buscaron un lugar “precioso!”.
Se tomaron
la molestia de buscar en internet algún potable en los kms. sucesivos, y previa
despedida con café de Tim Hurton, me dejaron en la puerta y me entraron la
valija. Hasta que yo no les dí el OK. De que estaba todo en orden para mí, no
me abandonaron. Parecían mis primos! Ja!
Hay veces
que los encuentros parecen cortos, o llevan varias horas, pero es tal la
intensidad de las emociones que se tocan, que las despedidas duelen como si se
tratara de viejos amigos….
Buena Vida,
chicos! y Salut a los pescados! Y GRACIAS!!!!
Me acomodé
en el hotelcito, salí a buscar algo para cenar, cervecita mediante, y a la
vuelta, en la plaza central, un grupo de música celta, cerraba la noche.
¡Qué
placer..!
A
demain!... faltan otros 400 kms. a
Toronto.
Gracias
angelitos!, y Gracias por los primos disfrazados de Uds.! los reconozco!
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