jueves, 9 de agosto de 2018

Toronto


Hay veces que salir de una ciudad, es tan fácil, como dar vuelta la esquina.

Vas caminando, pasas las tiendas, las concesionarias de autos, el WallGreen (farmacia al por mayor tipo Farmacity pero 100 veces más grande!), el copy-paste de Wall Mart, y es como que todo se acabara. Campito, ruta, tu próximo destino! O… Elige tu propia aventura.



Así salí campante y silbando de Riviere du Loup, apacible y amistoso pueblito.









Un cruce, una rotonda y ……..autopista!!!  Claro! A partir de allí, todo va en aumento, el tráfico a las grandes ciudades se hace notar: Quebec, Montreal y Toronto. Como en una peli marcha atrás, aunque en negativo, porque estoy volviendo, por la margen sur del río Saint Laurent, cuando había ido en sentido inverso, hacia el Este, por la norte.

En definitiva, todas las autopistas son muy parecidas, no ves nada de la realidad lateral (la vida propia de los pueblos que vas pasando a toda velocidad), más que las banquinas, guardaraids, yuyos varios aledaños y carteles publicitarios, o indicadores de kms. y localidades…   Rayas amarillas, dobles o punteadas…. A veces blancas, como los pavimentos, a veces blancos de cemento (según mis amigos camioneros, son los mejores porque duran más y desgastan menos las ruedas); a veces negros de pavimento de alquitrán. Pero éstos necesitan muchas frecuentes reparaciones porque aquí los hielos de invierno, los devora! Y como en todos lados, aquí también hay corrupción con las empresas contratistas de vialidad, es el curro oficial! Según las mismas fuentes informantes. De hecho, hay cortes y conitos anaranjados de desvíos por todas partes! 

Me explicaron que porque sólo tienen el verano para hacer los trabajos de reparación. Así que se juntan con las carreteras repletas de turistas!  En fin, intuyo que se va acabando la paz del este quebequense… para pasar a la provincia de Ontario.

De hecho, se me complicó el dedo 150 kms. antes de Toronto. Volvió a llover, y mi camionero de turno decidió parar en una estación de servicio para descansar.

Ya atardecía….  No me dio ganas de insistir con el dedo pensando en llegar a una mega ciudad a medianoche. Así que me lo tomé con calma para escribir en el bar de la estación, obvio una mega sucursal de Tim Horton! Café y croissant! Y a dormir en un banco…   Qué le vamos a hacer? A veces la vida de hormiga es dura, cómo esta mesa…



A veces hasta yo me asombro de mi flexibilidad, y capacidad de dormir como Dios manda! Me desperté a las 6,30 am. fresquita como una lechuga (efecto aire acondicionado!). Y que mejor lugar para desayunar que donde ya estaba, en el Tim Hurton! O sea, era como la cocina…como llevarse las medialunas a la cama, digo! a la mesa.
Lavada de dientes y cara, y a seguir! Toronto me espera.

7am. buena y activa hora para preguntar a todos los que paran allí, por los mismos moyivos que yo ya había satisfecho (pipí incluído).

A Geraldine, una mujer algo más joven que yo, al volante de un superdescapotable, de esos chiquitos que sólo llevan 2 asientos (costó meter la valijota en el pequeño baúl posterior), le encantó probar suerte con llevarme. Otra primeriza en Generosidad y Confianaza para con la dedoadicta. Y yo chocha con viajar en uno de esos modelitos de película, sólo me faltaba el pañuelo de la cabeza enroscado en el cuello y las gafas negras tipo Jacky Onassis! Ja!  Lo cierto que ni uno ni los otro, se me volaron todos los pelos!!!   Cómo hacen las actrices para llegar siempre peinaditas?

Fue divertido! Y me dejó a apenas 25 kms. de la entrada a la ciudad, ya en los suburbios… justo en una estación terminal de trenes de media distancia.



Así que me dí el gusto “finalmente” de tomar un tren en Canadá!  Hubiera querido hacer el cruce total de oeste (Vancouver) a Este (Quebec), pero salía más caro que un pasaje aéreo Bs.As.- Marte!





Por lo tanto me conformé con este pedacito de hora y media sobre el rail! Y entrar directamente por la puerta grande de Toronto city: la estación terminal en pleno Downtown!

Y qué loquero de gente! y de edificios! Y de tránsito!

Es cómo que Toronto le hace la competencia a New York y Chicago juntas! De hecho es la ciudad más poblada de Canadá y 1° centro comercial y financiero, a pesar de no ser su Capital (Ottawa).






Aquí se mezclan inmigrantes de todas partes del mundo que vienen en búsqueda de oportunidades de becas de estudio y oportunidades de trabajo. Canadá los necesita! Y está abierta a recibirlos.  Y 0 pavura de control y fobia como en su país vecino. (Ya saben a quién me refiero, no hace falta decir que al Sur, ya que al Norte sólo están los osos polares y el resto es agua).







De hecho, recuerden que yo entré sin ni revisarme la valija, ni ponerme sellito en el pasaporte.

Apenas llegué al hostel, dejé las cosas, y me fui a caminar la ciudad, de entrada sabiendo que no era para mí, pero ya que andaba de paso para las Niágaras, debía conocerla.

Aquí la arquitectura de las torres es sobrecogedora en tamaño, pero no en creatividad, no dejan de ser prismas acristalados amontonados, desafiando egos de constructores y empresarios.













Las mismas cadenas de tiendas que en todos lados: ara, H &M, Gucci y cía., etc.etc.etc… el famoso copy-paste de la globaliación!   

Hasta las tiendas de souveniers tienen lo mismo que en todos lados (made in China) con la banderita roja y blanca y el logo de cada lugar cambiado apropiadamente en cada sitio que vas recorriendo) pero los objetos son los mismos! En Canadá, Perú, Turquía o Córdoba capital!   Qué lástima.. ya no se encuentran artesanías locales, a lo sumo caricaturistas, músicos callejeros y pintores “en serie”. Algo de arte (¡?) en las galerías, y pare de contar. Hasta la comida es “internacional”: Kebhac paquistaní, tortillas mexicanas, panchos americanos, café colombiano, pasta y pizza italiana, hamburguesas internacionales, ja! 

Nada nuevo bajo el sol… 



El puerto con los consabidos barquitos para turistas, y colas enormes en las boleterías.
Y muchos, muchos, muchos, muchísimos homeless!!!   Una lástima de calamidad…  mendigos, tirados unos, pidiendo otros…

Aquí lo más famoso es la torre de no sé cuántos metros, con un bono contribución de 35 dólares para subir en los ascensores, que preferí dejar el lugar a otros, ja!  ya ví Chicago desde el piso 96° y me basta.



También visitan el famoso (¡?) Acquario. Tampoco me apetecía.

Decidí pasar por la bus stop, y comprarme un pasaje para mañana mismo para las cataratas, sabía que sería difícil salir de esta mega ciudad, y no justificaba estar haciendo tramos cortos. Las Niágaras están a sólo hora y media hacia…  (googleen un poco, che!)



Y a descansar, basta para mí por hoy!


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