Despertarse en un ferry en medio de un fiordo, es
inesperado!! Y maravilloso a la vez.
Anoche tomé un micro de Oslo a Bergen para atravesar el país
hacia la costa occidental, durante 8 hs. de noche, y lo que menos me imaginaba,
era que en un momento, el micro se subía a un ferry, y nos cruzaba el mar…
A partir de allí, ya no pude seguir durmiendo, a pesar de
ser las 5 am. es que era un camino tan tan tan hermoso…de cuentito! Por un
valle verde verdísimo, lleno de pinos, cascadas, lagos, graneros, granjas, y un
sol purísimo asomándose entre las montañas.
Aunque no me dio las fuerzas para sacar la cámara y enfocar….
Se las debo!
Llegada a Bergen, me sorprendió la limpieza y diagramación
de la ciudad. El puerto 100% turístico, lleno de cruceros, ergo, millones de
personas por todos lados… Aún así no perdía su encanto!
Monumento a Grieg, compositor noruego de música clásica. Genio!! |
Modernísima Oficina de Turismo y rebien atendida! |
Recorrí la feria de alimentos en base a pescado –hasta tienen
unos salamines y fiambres de estos pobres bichitos- A otros los tienen
encerrados en peceras, esperando al devorador, y otros muchos yacen en asaderas
y paellas… Huí!
Me tenté con el Ice Bar, una experiencia única y genial!,
encima me hicieron sentir una reina!
Aunque preferí brindar con jugo de naranja…
ja! siendo el mediodía, y mal dormida,
no es cuestión de perder la entereza.
El recinto está a -5°C, pero con el abrigo que te dan en la
entrada + los guantes, se la pasa bastante lindo, aunque a los 20´ ya es
suficiente…
Sobretodo para los piecitos
en sandalias!
Por suerte, siguieron cumpliendo su función, en la recorrida
por el pueblito viejo, que es Patrimonio de la Humanidad: todas casitas de
madera (reconstruídas después de un voraz incendio no me acuerdo cuando) que
ahora albergan comercios, galerías de arte, souveniers, empresas de
excursiones, bares y restaurants. O sea, es la Meca de Bergen! Muy pintoresco!
bicis para muchos |
Infaltable! aunque más discreto... |
El resto de la ciudad, toda empedrada, se va montando por
las laderas de las colinas que encierran el fiordo. Muchas casitas con techos
de colores, parecen salpicar los verdes que las cubren. Precioso!
Lástima la subida de 200 metros hasta la cima donde estaba
mi albergue. Tiene unas vistas espectaculares, pero se las debo para mañana,
hoy ya estoy exhausta! Y prefiero una pasadita por el spa… Ja!
Hasta pronto…
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