lunes, 29 de julio de 2019

Oslo


¿Alguna vez viste un glaciar desde arriba? 



Aquí lo tienes, arribando a Noruega!

Aunque lo más curioso que ví al llegar, un hombre skiando por el asfalto, y en cueros!!! con el termómetro marcando 35°C en Escandinavia!


Así de insólita se presentó Oslo!


Además de sorprenderme con el color variado de sus habitantes: creía que en Escandinavia todos serían rubios esgarbados de ojos celestes, y me encontré con muchísimas personas de raza negra, hindués, árabes, paquistaniés, rumanos, etc. y no son precisamente turistas.









Éstos últimos revuelven la basura o andan mendigando por las calles del centro. Otros hacen artesanías para vender o instalan puestitos de “antigüedades y ropa usada” en las veredas del barrio por donde primero circulé, y casi que me dio miedito…   Además de asquete de roña en la calle. No me lo podía creer!  Pero así lo vi!

Claro, después pasas al centro turístico y es otra cosa: la vanguardia de la arquitectura, los parques llenos de flores, los shoppings de marcas internacionales, los veleros y lanchas aparcadas en el puerto top, los buses remodernos –también hay troleys!- y muchísima gente!















Hay muchísimos que se desplazan en monopatín eléctrico! de a uno o de a dos personas.

Se ve que son públicos como nuestras bicis!  Los dejás en cualquier lado, y en cualquier lado los tomás, acercás tu celular al manubrio –debe haber una clave con una cuenta supongo- y salís andando!  Te pasan alrededor como moscas! Y rerápido!



Lo que más me interesaba conocer era La Opera, un modernísimo edificio construido en 2009, de super vanguardia arquitectónica, semeja un iceberg surgiendo del mar.  De líneas purísimas en su exterior, y estudiada acústica en sus salas.





Además de excelente refugio de aire acondicionado para paliar los 35°C a las 3 de la tarde…  Me senté en una sala a oscuras, a mirar el video de su realización y de todas las actividades que allí se desarrollan. Desde la escenografía, los trajes, los ensayos de las orquestas y coros, la escuela de danzas y por supuesto la puesta en escena de grandes obras.  Una delicia de frescura en esta “visita guiada” !

Luego seguí por la zona de edificios públicos: City Hall, Parlamento, El Teatro Nacional, el Royal Palace, que llegué para el cambio de guardia, aunque aquí nadie le da bola a los soldaditos disfrazados al estilo londinense, eran 6 gatos locos…


Ni idea quien era, pero se la veía contenta a pesar del solazo!








El calor era tal que paraba a cada rato en algún cantero a disfrutar las flores y ver los niños refrescarse en las fuentes de cada plaza. Oslo está lleno de parques y espacios verdes. Me resulta difícil imaginarme todo esto blanco en invierno.


Infaltable la visita a la sede de la Paz, donde se otorga el Premio Nobel, pero llegué tarde, ya estaba carrado, y en reparaciones. Es decir, no me tenían agendada! ningún premio para mí, ni el Nobel a la Hormiga...


Al caer la tardecita, me fui para Tjuvholmen, un barrio rebacán (onda Puerto Madero) donde están todos los restaurants top, y donde usan esa punta de la ciudad como playa pública, metiéndose directamente al fiordo.






Graffittis por doquier

Esta mañana me la tomé franco! Ja!  el calor me tumbó, y dormí casi hasta el mediodía, sin culpas!

Porque la verdad es que Oslo no me urge, no me inquieta, no me motiva… es una ciudad más!

Como me habían recomendado ir al parqueVigeland, tomé un bus para llegar, y allí a caminar….



Buscando la sombra de los árboles y el refresco de las fuentes.



Lo sorprendente allí son las estatuas, obra de Gustav Vigeland, noruego 1869/ 1943, artista que diseñó las 800 ha. del parque, y colocó más de 200 estatuas de su autoría. En distintos estilos, y materiales: bronce, hierro, mármol o granito.  


¿Porque las palomas siempre eligen las cabezas para posarse?



Esta es el ícono principal. Dicen que si le tocás la mano o el pito, volvés a Oslo, por eso el bronce está más desgastado en esa zona. No me pintó tocarlo.

Las expresiones de los rostros, las manos, los torsos, son sublimes!

Y las rosas también!


Esta es la de la portada de "Mujeres que corren con los lobos", de Clarisa Pinkola

Serie de niños entre árboles




La mayoría son cuerpos humanos, individuales o en relación con otro, o con muchos otros como remata la estatua central!  

En Reyjiavic he visto la réplica, así que supongo que esta aquí es la original. Y ésta con los niños, más real!

Admirable obra!  Después googlearé algo más de su vida, creo que era contemporáneo y amigo de Rodin..






















Como todo parque que se precie de tal, el infaltable laguito, con puente de los enamorados y los típicos candados....



Seguí por algún senderito hasta



Aunque no sé bien de que se trataba este edificio, lo encontré pintoresco, y allí funcionaba una galería de arte y una serie de fotografías en el exterior, muy interesante!  Comprobé una vez más la teoría de las mil y un dálmatas: cada perro se parece a su dueño! Y sino, mirá!













Llegué luego al museo vikingo, y al museo marítimo, aunque el valor de las entradas, hicieron que prefiriera un arbolito a la sombra, con el frescor de la costanera…










Volví silbando bajito, segundos antes que se largara un tremendo chaparrón, estilo tropical!  En 10 minutos ya pasó, dejando un sabio olor a ozono…  y calma…

Tiro el ancla y a dormir...

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