Contento y orgulloso de su viaje, Herg se había citado con
su hijo en un shopping donde él trabajaba, para desayunar. Storm y yo, lo
seguimos, igual de contentos!
Su hijo hablaba
inglés y pude descifrar varias de las situaciones de los días pasados. Incluso
él había estado en Buenos Aires, por lo que tuvimos un agradable rato de
compartir “conversación de verdad”, ja!
Luego de despedirnos y prometerme una visita a Patagonia,
Herg me llevó a dar una vuelta más por la capital y entonces, detuvo mi carroza
en un museo de arte moderno,
donde exponían una selección de la obra de
y de la obra de Kjarkas el pintor que
había conocido días atrás al pasar por su hermitaña cueva en Borgarfjöudur, por
allá arriba…
Y me fascinó!! Todos sus cuadros son paisajes naturales,
donde las flores, ocupan un lugar más que relevante. Una preciosidad! Otro para googlear, digno de conocer! Maravilloso!
Al salir, me volvió a sorprender! Quiso invitarme a almorzar a un restaurant al
parecer exquisito, y super top por la decoración.
-“De ninguna manera!”- me negué esta vez. –“Ya has hecho un
montón por mí! No puedo seguir aceptando tanto!
Estoy en deuda contigo por las
siguientes 5 vidas!”- traté de hacerle entender mi negación con mi mayor
amabilidad, aunque sin querer lastimarlo, porque me daba cuenta, que para él
era un gusto y un placer, sentirse acompañado, y agasajarme. Pero yo ya no
podía entender tanto ofrecimiento, a cambio de nada!, y sin mostrar 2°
intenciones….
Tanto insistió que no tuve más remedio que aceptar. La camarera nos ubicó en un bonito lugar, y
yo me sentía una vagabunda con mi ropa de turista (¡?) ya cuasi roñosa.
Despés de la comida pedida (que él eligió porque para mí la
carta estaba en árabe puro o ponja básico), yo seguí preguntándole :_ “Porqué??” Porqué hacía todo eso conmigo?
De alguna manera, y no me pregunten “cómo?”, entendí!
De alguna manera me “dijo” algo así: “Por lo mismo que compro muchos zapatos, y
muchas camperas…. No me voy a llevar mi plata a ningún lado… Desde hace dos años, tengo un cáncer en todo
el cuerpo, que me está llevando…. No me queda mucho….”
El ahora sonreía y a mí se me llenaron los ojos de lágrimas.
La moza reapareció con 2 cafés y 2 porciones de torta, de lo
más exquisita y bella (parecía una pintura de flores al óleo), y de lo más
amarga que fue esa despedida.
Le hice prometer que vendría a Patagonia, y sólo asintió con
la cabeza como diciendo: “Ya no puedo prometer nada”….
Me alcanzó entonces al aeropuerto, con Piazzolla y su Adios Nonino, en el MP4.
Con un silencioso largo
abrazo, dimos por cerrado mi paso por Niceland...
Storm me ladró desde la ventanilla
baja, mientras juntos emprendían su solitario regreso…
Por mi parte, con el alma llena de sentimientos de gratitud, me dispuse a seguir mi vuelo!....
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