jueves, 4 de julio de 2019

London bis


Y se va el 3° y último día en Londres.


No podía dejar de pasar por el Buckingham Palace, y aquí va la muestra de botón. 



Pero no me pidan que me quede a ver ese ridículo juego de soldaditos dando patadas y gritos, llamado “cambio de guardia”. Por otro lado, me estoy volviendo fóbica a las multitudes, así que huí silbando bajito.



Preferí la Cupida de esta fuente, y la comparto, por si alguien la anda necesitando…


Me encaminé a la National Gallery y en el camino me encontré una tienda gigante de “Tés” y “cosas finas”, la Fortunate & Mason (y no desmiente su nombre!) aunque todo vale una fortuna, no pude dejar de entrar.  Sólo a curiosear!  Como dicen que todo “entra por los ojos”, les comparto el sabor de estas vistas, en especial las masitas de mariposas!  








Degusté unos quesos exquisitos (porque soy muy caradura en estas ocasiones) quedándome en el mostrador de los mismos, como si fuera a comprar alguno.  Luego pasé por el sector de tes frutales helados, y completé la ceremonia de degustación.  Me sentí culpable de tanto agasajo y terminé comprándome “1” scons!  (en un lujo de cajita!) 
 y me lo fui a comer a un parque con mi paupérrima botellita de agua de la canilla, que me viene salvando (del calor y de los pounds!).







 Disfruté los chicos trepándose a los árboles, y para mí eso es una mayor riqueza!

















Recuperada las patitas, llegué a la National Gallery, donde muchos disfrutan del sol y las escalinatas, y enfrenté a la multitud.







Son salas gigantes que dan para estar todo el día, aquí diría que le compiten al Prado o al Louvre.  Hay un surtido que abarca todas las épocas, pero estaba tan cansada, que casi no lo pude disfrutar. Es más! me senté en un sillón para una pausa, y me quedé dormida por media hora! Habré roncado???  Se ve que se me disparó la cámara sola!!  O serán mis sueños?



De paso les comparto un poquitín de lo que más me gustó! Qué lo disfruten!   Y somos millones, disfrutándolo!













A la salida, una breve visita a la mítica Waterstone,



y luego me dirigí a Greenwich. Por supuesto llegué al atardecer, y ya estaba cerrado el observatorio, pero afuera estaban estos instrumentos y la famosa “línea”  -muy pragmática para mi gusto-  que da inicio a los meridianos.







Desde arriba de la colina, se aprecia la llamada “Casa de la Reina”  (aunque no creo que viva allí, sería de otra reina),
y un airecito cálido me acompañó la bajada por un hermoso camino de tilos.
Fin del día, cena compartida con Clare, quien me ayudó a buscar los pasajes para mi destino en Findhorm  para mañana, allá vamos!!


                                                Hasta mañana......


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