lunes, 24 de junio de 2024

Barcelona 2024

Ya no es como en las películas, como cuando los familiares, amigos y amantes, corrían por los andenes de los trenes, manos alzadas en ondulatorios movimientos, despidiendo o dando la bienvenida a algún pasajero allegado. 



Ahora, los andenes del tren AVE (más de 286 kms./h!!), son como las salidas de un aeropuerto, donde deberás dar los besos respectivos antes o después de las paredes de vidrio que separan a los que van (o vienen) de los que se quedan.



 
Lo cierto es que allí estaba mi amiga Zulma esperándome a mi llegada a la estación Sanz de Barcelona, despistada como siempre oteando el horizonte cual cazando moscas con los lentes bien abiertos. Es que es tal el gentío! 
Mi corazón estalló en una sonrisa complacida y más que agradecida! Porque eso de llegar y que te estén esperando! Para una viajera en solitario, es una bendición de los dioses. Gracias Amiga! 




De allí directo a la Sagrada Familia, no porque sea fanática de Gaudí, sino porque por allí quedaba el departamento de su hijo anfitrión: gracias Leo! Y ya que la teníamos tan cerca aprovechamos a rodearla en sucesivas vuelta y contemplar esta maravilla y todo lo que genera en el gran público internacional que la visita cual enjambre. 

El último día logramos entrar cual polizones en la cola gratuita de la Misa vespertina. Una belleza indescriptible desde el punto de vista arquitectónico, pero cuando pieno en todo lo que representa la institución “iglesia” me sale un escozor que debo huir a toda carrera. En fin… cada cual a lo suyo… sin juzgar! (mi gran lección en estos tiempos…) 






QR para hacer donaciones con tarjeta, que modernidad!





Entre mis visitas favoritas a las grandes ciudades está la de ir a conocer los Jardines Botánicos (entre otras, también las librerías antiguas, el Decatlon e Ikea, ja! Algún pecadillo hay que tener!). 

En plaza Cataluña se encuentran dos enormes invernadores donde cobijan plantas locales y exóticas de distintas partes del mundo, una belleza! Y cómo afuera llovía, adentro se estaba de lo más a gusto, como dicen por acá. 







mundo de orquídeas!







Además había una exposición de orden cronológico de cómo habían ido evolucionando las “casas de cristal” para este uso o en diferentes mega exposiciones en Inglaterra y Francia, anque incluía otras mucho más antiguas en baños romanos y otras futuristas en Japón y más allá. Super interesante! 

La típica caminata por la rambla desbordó mis nervios de hermitaña, ya que la multitud de turistas de todas partes del mundo la convierten en paseo obligado y es como estar en medio de un vagón de metro en hora pico, asfixiante! Y solo ves personas y personas y personas, eso sí! De muy variada pinta! Aunque como todos, celular en mano, siguiendo el Google map con las recomendaciones. Yo opté por mirar para arriba y disfrutar las fachadas de las edificaciones. Barcelona me fascina con su art decó, brutalismo, art noveau, neo góticos, neo de todo tipo, modernismo catalán al fin! Sublime y curioso! 





fachadas en perpetuas restauraciones














Obvio con las casas de Gaudí a la cabeza, pero no menos llamativo es el Palau de la Música de Domenech y tantísimos otros edificios anónimos. 

Me quedé con ganas de volver a recorrer el Parque Guell pero no soy de las de comprar entradas con anticipación (jamás programo que es lo que quiero hacer al día siguiente) así que debí conformarme con llegar al mirador sobre las copas de sus árboles. Bonito intercambio al fin! 



Entonces decidimos visitar el Parque de la Horta con su divertido laberinto. 


Oh! Volver a jugar como niñas a las escondidas y reir! Que buena falta hacía! Está en un precioso bosque ex jardines de algún rico y famoso marqués, con sus arroyos, sus cultivos de rosas, sus fuentes, escalinatas, rotondas para besos escondidos de algunprincesa y esas cosas, todo muy rococó. 




Y genialmente fresco para los 35° que ya abatían la ciudad. Picnic mediante, disfrutamos un día especial. 

El mar me llamaba desde el primer día, aunque tanto sol, viento y arena me acobardaban. Definitivamente soy de BOQUE! Ja! Aunque no me lo iba a perder, un buen baño en aguas turquesas con suaves olas tibias, no se le niega a nadie, así que allá fuimos algunas tardes. Delicioso! (Aunque la arena siempre me estorba en el pelo, la piel reseca, las orejas, y.. ja!
 Qué quisquillosa!) 


El monumento al Mamut, que no tengo la menor idea que significa en pleno centro de la ciudad ¡que alguien me lo explique por favor! me dio la despedida. 


¿O sería la bienvenida de antesala a Africa? JA!

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