Por esas magias que tiene el internet, buscando alojamiento en Windhoek, capital de Namibia, di con este mágico lugar.
Estaba pidiendo al Universo un lugar tranquilo -sabiendo que en las capitales es como pedir un Milagro- donde descansar de todo mi periplo africano. Tomarme una semana break para decantar todas las vivencias, recuerdos, emociones, propósitos cumplidos, metas y sueños realizados. Algo así como digerir una gran torta de chocolate, que por más rica que esté, un bocado más ya no te entra. Debes dejar un pedacito para repetir en otra vuelta.
De hecho,
Africa es ENORME! Hay 54 países y yo solo visité 10. (Otros 5 ya los conocía de
otros viajes) Tiene una superficie igual a 10 Argentinas. Mi recorrido en
buses, matatus, camionetas, 2 avioncitos para cruzar a Madagascar ida y vuelta, 2 ferrys
para cruzar a Zanzibar, toc tocs varios, un camión de papas con efecto entre
nefasto y milagroso, motos, canoa, taxi, transfers y otras ruedas, sumó hasta
hoy (aún me falta Botswana) 33.745 Kilómetros !
Si supiera
cómo hacer, les pondría acá un mapita con la línea recorrida, pero aún no lo sé
hacer. Ya veremos que invento.
¿Qué
cuántos días? Casi 4 meses en tierra africana. Más los 3 que anduve deambulando
entre Buenos Aires, Portugal y España. Me llevo bastante bien con mi nomadismo,
pero hoy sentí que debía parar un poquito, como para tomar una respiración
profunda y exhalar, cerrar el círculo, despedirme, hacer el duelo, o como lo
quieras ver.
También es
tiempo propicio para pensar, imaginar, inspirarse, buscar, organizar, decidir y
emprender nuevos horizontes…
¿Qué hacia
dónde?
-Sorpresa!!!... veremos, veremos…y ya lo sabremos…
Mientras
les cuento de este lugar, Penduca. Es una organización no gubernamental que se
dedica a emponderar mujeres en situación de riesgo, bancada por empresas
alemanas y holandesas. No es que yo esté en situación de riesgo ni mucho menos,
ja! (solo algo loca y/o cansada). Aquí, en este predio frente a una laguna
majestuosa, ellas reciben apoyo psicológico mientras trabajan en diversos
talleres: costura, cerámica, artesanías, reciclado de vidrio para alhajas,
batik, cocina, huerta, etc. Además cuentan con alojamientos en cabañas, y alquilan
algunos espacios para eventos.
Para mi sorpresa, me recibieron con los brazos abiertos y en menos de media hora de mi llegada, ya estaba cociendo dobladillos para almohadones en una Singer industrial.
Es un grupo
de más o menos 20/25 mujeres sonrientes, esforzadas, con empeño y sumisión.
Me dieron una habitación con cocinita y heladera y me llevaron a comprarme comida para toda la semana. Lo cierto es que no podría salir sola a la calle, porque esta vez, sí que estoy en medio de un barrio terrible, más que villa miseria, y a suficiente distancia del centro de la ciudad. El predio está todo rodeado de alambrada de púas y con guardia armado las 24 hs. Pero los jardines son tan grandes que casi no te das cuenta. Además el embarcadero de la laguna meciéndome atardeceres dorados, me tiene fascinada. El cielo se llena de golondrinas en bandadas, mientras negros patos se deslizan por las aguas tranquilas.
De 8 a 5
coso en el taller, con una hora para almorzar. Prestar atención a la prolijidad
de las puntadas es la mejor forma de vaciar la mente, de estar en el presente
absoluto, dejar de planificar, dejar de mirar mapas, de hacer cuentas, de
establecer calendarios. Solo dejarse fluir con el prrrrrrrr…. de la aguja en
alza y avanza…
Estoy
chocha con la decisión tomada.
Aún no me
explico cómo llegué hasta aquí, pero indudablemente es donde debía estar, aquí
y ahora.
Ohmmmm…….
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