viernes, 20 de diciembre de 2024

Brisbane

 Resultò que el hostel seleccionado en Booking, pretendiò cobrarme el doble de lo que marcaba la tarifa, aludiendo que por las Fiestas, estaba a full. Obvio dije “No!” y salì a buscar otro.


El siguiente tambièn estaba completo, otro màs allà, solo admitìa pago con tarjeta (no la voy a usar cuando estoy presente y puedo usar cash), en otro, pretendían que la dejara de garantía. En otro habìa lugar pero era muy caro para lo que ofrecìan. En otro me rechazaron por la edad! Solo admitìan “Jòvenes” hasta 35. (Se la perdieron, ja!)

Este peregrinar me llevò finalmente a un lugar buenìsimo, limpio, bien ubicado, trato amistoso, en precio, dormitorio de 6 y solo de mujeres, y con otros 3 latinos alojados, ergo, con mate!

Fantàstico! No me canso de comprobar que cuando algo se me pone difìcil, luego llega el mejor premio! En todo, y en la vida misma!

Ya instalada, salì a recorrer un poco de la ciudad. 








Crucè el puente sobre el rìo y comencè a andar por la costanera. Una especie de muelle flotante paralelo a la orilla, con parques y jardines en desniveles cual los de Babilonia. Bancos, farolas, recipientes de basura, bebederos, carteles indicadores (todos en inglès y en braile), estacionamiento de bicis, monopatines y motos, dispensers para caca de perros, todo con excelente modernoso diseño. Mucho acero inoxidable, madera y vidrio templado.



Sobre la derecha una serie de edificios monumentales albergaban la Biblioteca Estatal, la Galerìa de Arte, el Museo, el Teatro, La Universidad, Sala de Conferencia, el Stadium. Los nombro en singular, pero cada uno de ellos era una ciudadela en sì misma, con mùltiples niveles entrelanzo volùmenes vidriados y hormigòn, planos coloridos, terrazas de esparcimientos, fuentes, àrboles, canteros, pantallas de proyecciòn al aire libre, mobiliario de exterior, esculturas magnìficas, y muchìsimos focos apuntando aristas y àngulos a resaltar. Al atardecer se prende todo al unísono, generando un espectàculo de luces en movimiento y cambio de colores o tonalidades.








Sobre la margen izquierda del rìo, los edificios comerciales de grandes empresas, las torres de viviendas, los shoopings, el Casino, los mil y un restaurants y bares de moda, el Jardìn Botànico, la Catedral, otras Iglesias anglicanas o de credos varios, el Parlamento, la Corte de Justicia, etc. etc. con idèntico sistemas de iluminaciòn y decoraciones propicias a la època navideña. Un destello de poderìo y despilfarro de energìa inconcebible en los tiempos que corren. Pero aquì, en Australia, evidentemente el dinero no es un problema.














No puedo negar que todo luce precioso, como en las películas de Santa en Nueva York (otro baluarte, ja!) con tintineos de cascabeles de trineos en los parlantes callejeros o de las entradas de los negocios. Moños rojos y estrellas doradas por doquier. La gente se viste con remeras, camisas o vestidos alusivos. Dirìa que el 50% de las personas portan gorros granate con pompòn nevado o cuernitos en unas vinchas enramadas. Algunos hasta llevan lucecitas de colores sobre las orejas! Los niños van disfrazados de duendes, honguitos, hadas o princesas. Hasta decoran los cochecitos de bebès, anque los de los adultos tambièn! Y todos de lo màs contentos, portando bolsas y bolsas shoopineras. Cada dos por tres te cruzas con personajes ataviados para la ocasiòn, dispuestos a sacarse fotos sonrientes con las familias, y ni hablar de la cola para entregarle la carta a Papà Noel.












Hay mercadillos de artesanos por doquier, y con cosas realmente bonitas y originales, làstima no poder cargar nada en la mochila (no admite ni un gramo màs ni un centìmetro cùbico de nada!).

Puestos callejeros de helados, wafles, papas fritas, cervezas, chocolates, golosinas de ginger con formas de bastones retorcidos o caritas de ciervos, sushis varios o platos de Tailandia, Malasia, Indonesia, etc..(aquì la comunidad oriental es inmensa!). !Todo es una Fiesta!

En la fachada del edificio de la Municipalidad, frente a un gran público familiero sentado en el piso o en el cèsped aledaño, proyectan en continuado un cuento con imàgenes infantiles y efectos especiales, como de gansos volando alrededor de la torre, o la bolsa de Santa Claus descendiendo desde el reloj, maravilloso! Yo me quedè alucinada, vièndolo tres veces consecutivas, ja!




Ya con las patitas cumplidas y el lucero sobre mis ojos, retornè al hostel impregnada de “Jingle Bells” por los pròximos cinco años, ja!









No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Si querés, dejame aquí tu mensaje o compartime tu Milagro...