viernes, 27 de diciembre de 2024

Nuevos y màs Encuentros...

 El jueves era el dìa pactado para dejar la casa de Kari, pero antes debìa cumplirme mi autopromesa de dar la vuelta completa a la laguna, en bicicleta! Y asì lo hice.

Tras el desayuno, inflè las gomas, empuñè mi sonrisa, roguè que parara la lluvia nocturna, y salì a

D I S F R U T A R!

Como por arte de magia, las nubes se corrieron dàndole paso a los rayitos de sol, los patos se deslizaron desde la orilla, los juncos bailaban con la brisa amarillenta, los aromas de la tierra hùmeda se elevaban como salmos, los pàjaros salìan de sus nidos con mi mismo asombro, los gusanitos, hormigas, arañitas, y otros cientos de insectos buscaban sus hoyos y sus surcos nutrientes. El bosque que rodea a la laguna està tan vivo o màs que yo, tiene alma…

Rodar rodeando entre los esbeltos troncos pardos, otros rojos como arrayanes o blancos cual canosos, rugosos oscuros casi negros, y los increìbles de siete colores, es una fascinaciòn para el espìritu.

Terminada la vuelta, me sentè en un banquito de plaza frente a las aguas doradas, cafè azucarado en vasito descartable, contemplè, inspirè, relajè y A G R A D E C Ì…

Volvì a la casa con el aliento màs descansado. Dejè la bici en su lugar, y me despedì de todos los presentes con los buenos augurios para el nuevo año.

Yo debìa buscar nuevo alojamiento en Sydney para mis siguientes ùltimos cuatro dìas en Australia.

Elegì la zona playera de Coogee para estar cerca de la casa de Belèn, y con dos colectivos, en casi dos horas lleguè con el calor que ya no perdona.

En el hostel que ya tenìa seleccionado, me avisan que el precio es el doble que el publicado hacìa unas horas. En otro a la vuelta, no habìa lugar. En otro màs allà, no admiten mayores de 35!!!

¿QUEEEEEE??????

Primera vez en mi vida, que me discriminan, y por la edad!!!

Indignada, les recrimino que eso està fuera de cualquier ley! Que Australia se las tira de paìs multicultural, y tienen ese prurito limitante en un hostel, que estaban para ser denunciados, etc..etc..

En el mientras tanto, el viento empezò a soplar desde el mar y la temperatura bajò de golpe, anunciando tormenta tropical.

Me fui para otro hostel, y la misma historia: no admiten mayores de 35 en los dormis (por una cuestiòn del seguro, me aclararon) )no se si piensan que uno se va a morir en las litera..) y en las habitaciones individuales, que estaban todas tomadas, los precios ascendìan como fuegos artificiales!!! mìnimo 259 uSs la noche, una locura… Esto es Sydney! Playas de moda!

Enojada, cansada y fastidiada, decidì volverme para el centro, y dar por perdida la tarde de encuentro con Belèn.

Finalmente, descubrì un hostel frente a un parque divino, que tenìan lugar, a un precio lògico, que no discriminaban, y que me atendieron educadamente.

Tomè mi habitaciòn y le avisè a Belèn que ya estaba disponible. Al rato apareciò con su mate y su sonrisa, y nos fuimos a una plazoleta cercana a seguir nuestras charlas interminables.

Me acompañò al super a comprar algo para comer y pactamos el encuentro del dìa siguiente: playa si estaba lindo, o parque si estaba nublado.

Fue lo segundo, ya que el dìa se presentò grisàceo y fresco.

Caminamos por el Centennial Park todo el dìa, es enorme! Y precioso! Con otra laguna y otros bosquecillos. Nos hicimos el infaltable picnic de sabrosos sandwichitos con mate y seguimos parloteando hasta el atardecer. En el medio, en un momento, presenciamos una boda de una china hermosa y un chino no tanto, ja! Habìan armado un arco lleno de flores, a modo de altar, frente a los camalotes y las garzas, el cèsped impecable, las docena de sillas blancas alineadas como si de un templo se tratara. Bajo unas lonas, la cantante con solo una guitarra y su dulce voz. Los invitados ataviados para la ocasiòn, iban llegando y al sentarse, abrìan sus sombrillas parasol (a esa altura el sol ya se habìa decidido a salir con todo) mientras esperaban a la pareja en cuestiòn.

Aparecieron las tres damas de honor, de dorado y una flor roja entre los apretados rodetes, y los caballeros amigos del novio, trajeados negros con moñito rojo en ella garganta.

Comenzò la mùsica, y la blanca novia entrò caminando sola entre las flores, sutil, evanescente, pura pureza… como una acuarela viviente.


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