miércoles, 29 de enero de 2025

Ahora sí, basta para mí!

 Como verán, he logrado quedarme en un mismo lugar cinco días consecutivos, en la misma habitación, en la misma cama, por casi una semana. Unas vacaciones dentro de las vacaciones, Ja!

Hoy mi maquinita decidió trabajar, así que aquí estoy poniéndome al día con estos venturosos relatos, para quien quiera seguirme, o para que cuando yo ya no pueda moverme, los lea de vieja, y vuelva a recordar cada paso de mi camino. Gracias por estar ahí! Realmente es una forma de “charlar” con cada uno, y a veces, incluso conmigo misma, la magia de la escritura lo hace posible…

No hay tiempos ni distancias, solo imágenes y sensaciones.

Puedes tomar un libro escrito hace doscientos años y transportarte a las vivencias que el autor relata, o volar a un futuro impredecible dentro de la imaginación de otra autora.

En mi caso, modestamente, pretendo salvaguardar mi memoria día a día. Son tantas las maravillas que vivo en cada lugar, que no quiero que se difuminen. A veces trato de recordar donde estuve o que hice la semana anterior, y entro en un limbo nebuloso de recuerdos borroneados que intento atrapar con la red de las palabras escritas.

Hoy está nublado, momento propicio para escribir en la terraza mirando los barquitos pasar…

El aire es tibio, ya me dí un bañito tempranero para agradecer por otro día en este Pacífico mar.

Son tantas y miles de fotos que tengo para catalogar, que la escritura me sirve para procastinar eso que tanto me cuesta afrontar.

A veces pienso que no voy a sacar más fotos, con tal de no tener que tener el trabajo de editarlas y ordenarlas. Me excuso diciendo que igual no captan la magnitud de la belleza que mis ojos contemplan en vivo, que mi celular no tiene buena luminiscencia, que me da fiaca andar con la otra máquina al cuello, y que aún no termino de descular su uso manual.

No quiero sacar paisajes que no entran en su totalidad en el objetivo. No quiero sacar retratos de personas o niños que no son monitos para mostrar. No me gusta sacarme a mi misma.

Y sin embargo, todos los días mi teléfono se llena de nuevas imágenes que luego no quiero borrar.

Debo pasarlas a la compu para liberar la memoria, me digo con autoexigencia. Y así tener espacio para más...ja! Otra de mis incoherencias, entre lo que me propongo y lo que hago. ¨Pero es que al final, si no guardo fotos, que además en algún momento también fue otra de mis pasiones, ¿qué mostraré a mi regreso?

No puedo cargar con regalos, cada servilleta, señalador, o hebilla, suma peso y espacio en la valija, por más mínimo objeto que sea.

Sólo puedo cargas mis vivencias hechas palabras, por eso escribo… por eso amo escribir! Para no olvidar, para compartir… Para inspirar?, para distribuir alegría? Para sentirme acompañada?

Un poco de todo eso, y un poco porque sí, que no es poca cosa.

Al fin y al cabo, con los textos, como con la tele, uno puede hacer zapping cuando quiere, o apagar la pantalla. Cada uno elige.


¿Aún estás ahí?

Gracias!

Me haces mucho bien…


Ahora sí, me silencio un rato para dedicarme a las benditas fotos, algún día lograré terminar?

Es que la Vida es tan bella… y el mundo tan maravilloso…


Bye, bye!


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